Nerja siempre podrá contar conmigo

EXPRESO - 11.09.2011

Miguel Joven, 'Tito' de Verano Azul

No hay nada que me haga más ilusión que dedicarme profesionalmente a lo que ya vengo haciendo de manera altruista desde hace treinta años, y siempre podrán contar conmigo, porque esto es riqueza para Nerja…

 
Hace ahora treinta años, un 11 de octubre de 1981, España entera se sentaba ante el televisor para disfrutar del primer capítulo de Verano Azul, la serie más internacional de la historia de RTVE.
Ese día, Nerja pasaba de ser un paraíso escondido en la Costa del Sol a convertirse en uno de los destinos turísticos más famosos del mundo.
Coincidiendo con este aniversario, Nerja ha comenzado a hacer justicia.
Para conmemorarlo, los días 11 y 12 de octubre de 2011 se celebrarán diferentes actos públicos en Nerja, organizados por el Ayuntamiento, como un paseo colectivo en bicicleta o una gran paella en el chiringuito de Ayo, con la asistencia todos los protagonistas de la serie.
Pero, sobre todo, Nerja comenzaba a hacer justicia el pasado 3 de septiembre, cuando la nueva corporación municipal en pleno aprobaba por unanimidad el nombramiento de Miguel Joven, el pequeño Tito, como Embajador Turístico de Nerja.
Este nombramiento forma parte de un precioso proyecto de promoción que todavía está dando sus primeros pasos, y que incluye la apertura de la oficina ‘Tu Verano Azul en Nerja’, donde los turistas encontrarán recuerdos, anécdotas y materiales de la serie, y desde donde podrán hacer una ruta por sus principales localizaciones.
Nerja debe mucho a Miguel Joven. El único de los actores de la serie que siempre ha vivido en Nerja, lleva desde los seis años promocionando altruistamente la localidad. Los turistas lo paran por la calle, van a buscarlo a su casa como cuando era pequeño y se paraban frente a la puerta ‘¡Que salga Tito!, gritaban’.
Los medios lo llaman para pedirle entrevistas, y a todos atiende como si tuviese todo el tiempo del mundo, con una sonrisa amable y con ese gesto pícaro que recordamos de su personaje. Tuvimos la oportunidad de comprobarlo este verano en una de las terrazas más céntricas de Nerja. Lo ‘atracamos’ sin cita previa, pero nos dedicó su tiempo, sus recuerdos, sus ilusiones.
‘Tito’ nos contaba que tantos años después le siguen llegando comentarios cariñosos, que la gente lo recuerda, y nos descubría sus rincones preferidos de Nerja con cariño, con pasión. Y sin saber que poco después sería nombrado Embajador Turístico de Nerja lo felicitábamos por la importante labor de promoción que viene haciendo desde hace tres décadas.
Tendría que contratarlo el Ayuntamiento como Embajador de Nerja.
Ojalá, no habría nada que me gustase más que trabajar en la promoción turística de este pueblo. Nada que me hiciese más ilusión que dedicarme profesionalmente a lo que ya vengo haciendo de manera altruista desde hace treinta años.
Mi filosofía siempre ha sido muy clara. Como personaje público se ponen en contacto conmigo muchos medios de comunicación que vienen a Nerja, y yo siempre estaré aquí, siempre podrán contar conmigo, porque esto es riqueza para Nerja.
Tantos años después, la serie sigue atrayendo viajeros.
Estas series suelen tener un éxito tremendo y luego bajar. Pero Verano Azul ha pasado a ser un clásico. Por eso garantizamos ese cariño hacia Nerja y a todos los personajes durante muchos años más.
Ahora están ocurriendo fenómenos muy curiosos. Porque en los dos últimos años hay otros países que están viendo Verano Azul por primera vez, y el efecto es el mismo que aquella primera vez.
En Bulgaria, por ejemplo, fue la primera serie occidental que se emitía, fuera de la censura. Para ellos Verano Azul es lo que para nosotros Serrat, vientos de cambio, de apertura, y han tomado la serie como ese punto de partida. Era la primera vez que veían el estilo de vida hippie, el divorcio… y este verano pasado la volvieron a emitir, y a través de los comentarios de la gente en nuestra página de Facebook, y de la web de La Pandilla de Verano Azul, vemos el impresionante impacto que está teniendo.
Recordaré toda mi vida la primera pareja de Bulgaria que se presentó en el hotel donde trabajaba como recepcionista para preguntar por mí. Fue algo precioso, una historia muy bonita: Llegan, ella rubia, con los ojos azules, y él con una pinta de sueco tremenda. Miro mi lista de entradas y ya estaba todo el mundo. Y pienso, ‘aquí viene alguien que no teníamos previsto, menos mal que queda alguna habitación libre’. Le digo en inglés: ‘Hello, welcome’. Y me contesta en castellano chapurreado: ‘Usted es Tito de Verano Azul, Miguel Joven’.
La leche. Les había dejado marcados esa primera vez que habían visto la serie, y desde entonces habían trabajado mucho, como hormiguitas, para poder venir aquí. Era la ilusión más grande que tenía en su vida esta pareja. Venir y conocer Nerja, ver ese lugar que tanto les había emocionado. Bueno, pues la mujer no pudo decirme nada más. Se puso a llorar, emocionada, mientras el hombre intentaba explicármelo en inglés.
 
Les emplacé al día siguiente para tomarme un café con ellos y les traje fotografías, recuerdos, pósters firmados, y se quedaron tan enamorados del pueblo, de la gente, que se trasladaron desde Bulgaria para venirse a vivir aquí. Yo les dije que aquí la vida no es más fácil. Es mejor, pero no más fácil. ‘No penséis que esto es jauja, te vas a encontrar con las mismas dificultades, porque aquí en invierno la vida es muy dura, es difícil mantenerse, pero la calidad de vida, por poco que tengas siempre va a ser mejor. Esto es Andalucía, es Málaga, es alegría’.
Ahora están aquí, ella es traductora, él es informático, las hijas están en el colegio y hablan con acento andaluz, llevan seis años viviendo en Málaga, y ella me ayuda a veces con las traducciones al búlgaro. Es una historia muy bonita y en cierta medida me siento responsable.
Este efecto tan fantástico está ocurriendo también en otros países. Venezuela, Cuba, Costa Rica, Argentina, Chile, Perú, prácticamente toda América Latina, media Europa, África… Para mí, magnífico. Para Nerja, lo mejor, una promoción impagable.
Aquella primera vez, la emisión en España, debió de ser una auténtica locura…
Así fue. De un verano para otro toda España se enteró de golpe dónde estaba Nerja, cómo era, conoció sus playas, la orografía del terreno, que también es diferente, puesto que aquí la montaña toca el mar y hace calas. La Carihuela, por ejemplo, que es un pedazo de playa enorme, con la avenida de San Miguel. La gente no se podía creer que a 50 kilómetros de donde había pasado las vacaciones toda su vida hubiese un lugar como este. Así que hubo un boom enorme en cuanto al turismo nacional de un año para otro con la primera emisión de Verano Azul.
Los extranjeros, en cambio, ya habían descubierto las Cuevas, sobre todos los alemanes, pioneros en busca de su famoso paraíso habían encontrado ya Nerja. Por aquel entonces había pocos hoteles, infraestructura, pero era todo más espontáneo, diferente.
¿Sigue en contacto con el resto de personajes de la serie?
Mucha gente no sabe esto, pero nosotros nos reunimos de vez en cuando y hacemos cortos. Hicimos uno donde aparecíamos todos absolutamente, incluso Pilar Torres [Bea], que no había vuelto a aparecer en televisión para nada, excepto cuando hicimos aquí en Nerja lo de las calles, para la plaza. Pero incluso ella se puso otra vez delante de la cámara para este corto.
Luego hicimos Pipas, que lo presentamos aquí en el Centro Cultural. La Ambulancia, que rodó entero y se presentó en Granada. Y ahora se va a hacer Niño y Niña y probablemente hagamos otro que he escrito yo y que se va a hacer entre Frigiliana y Torrox. Lo hacemos porque nos gusta, nos divierte, y así matamos el gusanillo.
Hay muchos proyectos, muchas ideas, y desde luego mantenemos el contacto, y muchos vuelven de vez en cuando por Nerja. Por ejemplo a Gerardo Garrido, Quique, lo puedes encontrar casi todos los fines de semana comiendo en el Ayo. Vive entre Granada y Málaga. O a Cristina Torres, Desi, que viene cada septiembre un par de semanas de vacaciones a mi casa.
A Juanjo Artero [Javi] cuando está por Granada o Málaga intento agarrarlo de la pechera y traérmelo un par de días aquí, y la verdad es que se deja llevar, porque a él le gusta también venir, salvo que no tenga tiempo.
Y en general los demás van viniendo cuando pueden. A Pilar, en una época le busqué un apartamento súper tranquilo en Maro, para que no se enterara nadie, y estuvo viniendo durante cuatro años, lo que pasa es que ella veranea en Alicante, donde tiene la familia.
El Piraña viene de vez en cuando, porque veranea en San Fernando de Cádiz. Y a mí de aquí no me sacan ni los GEOS.
¿Qué es lo mejor que tiene Nerja?
La gente. El cariñete que te da la gente. La palabra es ‘cariñete’. No sé si es que los turistas vienen con una predisposición agradable, pero nos facilitan la tarea, porque les gusta según llegan. Te encuentras con que la gente te aborda, te dice cosas, rompe el hielo, te habla, te hace sentir a gusto y en tu casa. Ese es el mayor secreto, además del clima y de lo bonito que es el pueblo en sí. No es solo un escenario, es que la gente que vive aquí aporta.
Vender un producto que se vende solo, del que tú estás convencido, y que a la gente le gusta, es fantástico. Tener a la gente contenta, tener en mi mano que las dos semanas que pasa aquí una familia les pueda guiar, descubrirles Nerja, y que al final me digan ‘fenomenal’, y vuelvan, para mí es la culminación de mi trabajo.
Trabajar para el turismo de Nerja, vender un producto que se vende solo, que solo hay que verlo y a la gente le encanta… Es una maravilla trabajar así.
 
¿Cuál es su rincón favorito?
Hay varios. Para mí, Burriana, yo siempre digo que soy de la República de Burriana, es mi país, donde yo me he criado. Sobre todo entre el chiringuito de Ayo y el final de las Rocas, no solo de chaval sino también de mozuelo, siempre ha sido mi lugar preferido. Está en el límite entre el pueblo y el parque natural de los acantilados de Maro y Cerrogordo que es un tesoro que tenemos en la Costa del Sol, las únicas calas salvajes que hay en Málaga están ahí. Es el rincón más especial.
Y dentro del pueblo hay muchos. Me gusta más en invierno, porque hay menos trabajo y se puede disfrutar más. Como se suele decir aquí, ‘tenemos un verano y tres primaveras’, y a mí me gustan mis tres primaveras. Y rincones, casi todos. En cualquier sitio cerca del mar te sientes a gusto. En el Balcón de Europa y en el nuevo balcón de la playa de Torrecilla, el mejor lugar para ver los atardeceres.
¿A qué sabe Nerja?
A mar, a pescadito, a paella del Ayo, a tinto de verano fresquito. A tu sangría, tu cóctel por la noche, a conciertos en la playa. Y a típico. Creo que sabe a típico. Seguimos teniendo la facilidad de que aquí seguimos siendo auténticos, gente de Nerja, está todo en español, y aunque trabajamos en pro del turismo seguimos siendo españoles, y nerjeños.
Expreso. Nerja, Málaga. Ana Bustabad
 

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