Viaja a Tahití y contribuye a salvar las tortugas marinas

EXPRESO - 09.08.2009

Viajando a Tahiti se puede combinar una idílica estancia en un magnífico resort o en su petite hotellerie, con la colaboración activa en la atención y recuperación de las tortugas marinas tahitianas, en peligro de extinción.

Ayudar en su alimentación y cuidado, nadar con ellas en la laguna o cooperar en su puesta en libertad son algunas de las sugerencias que las infraestructuras hoteleras tahitianas ofrecen a sus huéspedes.
Desde apadrinar tortugas marinas hasta participar en programas de protección y conservación, los visitantes que viajen a Tahití y sus islas podrán compatibilizar su estancia con una emotiva contribución en el salvamento de esta bella especie, declarada en peligro de extinción desde los años 90.
Apoyados por el ministerio de Medio Ambiente tahitiano, el sector privado hotelero está colaborando en el cuidado y la recuperación de estos animales, ofreciendo a sus huéspedes la posibilidad de vivir una enriquecedora e inolvidable experiencia.
Por ejemplo, Le Méridien Bora Borafundó hace años el Santuario de Tortugas, ubicado en el corazón de este idílico resort de 99 cabañas, único en Tahití y sus islas. Ofrece una oportunidad incomparable para aprender acerca de las tortugas marinas en su hábitat natural y vivir de primera mano la experiencia de contribuir en su salvación.
El programa consiste en la observación de su comportamiento, cuidados, alimentación y protección de las crías; el vínculo emocional que se crea es total al nadar con ellas en la laguna privada del resort, acompañados del biólogo marino del centro.
También la Petite Hotellerie de las islas se ha sumado a esta iniciativa como, por ejemplo, la pensión Hibiscus de Tahaa.
Este pequeño hotel familiar, ubicado en la Bahía de Haamene, ofrece un íntimo alojamiento en sus siete bungalows amueblados al estilo tradicional tahitiano. La pensión creó en 1992 la Fundación Hibiscus para el salvamento de las tortugas víctimas de las redes pesqueras.
Para evitar que sean vendidas como alimento, la fundación compra las tortugas capturadas. Su fundador y propietario, Leo Mouru, se dedica desde hace años a identificarlas para poder realizar un seguimiento y a curar las heridas de las que encuentra lesionadas, previo a su puesta en libertad. Más de 1.400 tortugas han sido rescatadas por ellos.
La pensión ofrece a sus huéspedes la posibilidad de realizar una excursión para conocer la labor de esta fundación y colaborar activamente en acciones como la alimentación o la puesta en libertad, animando a las tortugas a sumergirse en el mar. Además, el centro brinda la oportunidad de apadrinar un ejemplar.
Expreso. Redacción. Q.R

Comentarios