Quito, Capital Americana de la Cultura 2011

EXPRESO - 10.05.2011

Plaza de la Independencia de QuitoQuito, capital del Ecuador ubicada en la mitad del mundo, se llena aún más de vida en este año 2011 en que ha sido declarada como Capital Americana de la Cultura. Este título le fue otorgado por el Buró Internacional de Capitales Culturales (IBOCC) el 8 de septiembre de 2010, el mismo día en que celebró el 32 aniversario de su declaración como Patrimonio Cultural de la Humanidad.  
El gran cúmulo cultural y la abundancia del legado artístico le han valido sucesivos calificativos al Quito colonial, designado unas veces como Ciudad Convento o Claustro de América, y otras, como Relicario de Arte en América.
La designación de Quito como Capital Americana de la Cultura, ha convertido a la ciudad en un referente especial para la Región. Durante 2011, los actos y celebraciones se están desarrollando en cuatro etapas, que sin duda impulsarán su promoción a escala mundial.  
La primera etapa -que ha transcurrió entre enero y marzo- tuvo como propósito posesionar la imagen de la ciudad cosmopolita; la segunda etapa, en la que nos encontramos actualmente y que se prolongará hasta el mes de junio, tiene como objetivo el difundir la idea de Quito como patrimonio artístico y religioso; la tercera etapa se desarrollará entre julio y septiembre: su eje central será el concepto de Quito verde, de aventura y naturaleza; y la cuarta etapa -que se desarrollará entre octubre y diciembre- estará encaminada a promocionar al Quito ancestral, festivo, cultural y popular.
Durante todo el año están previstos actos para resaltar las fiestas de la ciudad, de los difuntos y de Navidad. Bienales de danza, conciertos de música sacra, festivales de gastronomía quiteña, obras de teatro o recorridos nocturnos, entre otros, serán el colofón de esta celebración.
Quito es una ciudad de más de dos millones de habitantes, cuyo centro histórico es el más grande, menos alterado y mejor preservado de Latinoamérica. A esto se suma su variada oferta turística, que va desde aventura, deporte, religiosidad y arquitectura hasta sus costumbres y tradiciones.
El área colonial de la ciudad mantiene una estructura urbanística y arquitectónica espectacular. Cuenta con 4.000 edificaciones y más de 100 monumentos construidos en 320 hectáreas, que representan un valor histórico sin precedentes, al ser la más viva expresión española del Medioevo, fusionada con la tradición indígena de los pueblos que habitaron allí con anterioridad a la época colonial.
La Plaza Grande –también llamada de la Independencia–, sigue representando el corazón fundamental de la capital ecuatoriana como en tiempos de la colonia; allí confluyen el Palacio de Gobierno, de estilo neoclásico con piedras incas en su base y custodiado por guardias con uniforme de gala; el Palacio Arzobispal, de piedra, ladrillo y madera, con sus características arcadas o portales; el Palacio Municipal, la iglesia del Sagrario, y la Catedral metropolitana de 1565, con su espectacular fachada mitad de piedra, mitad encalada.
Las calles aún conservan su peculiar y sinuoso trazado, en donde los visitantes perciben la nostalgia de sus tradiciones y reviven los fantásticos efectos de sus leyendas que dan un toque virtuoso y mágico a Quito, que mantiene viva su expresión cultural y arquitectónica sin que los efectos de la modernidad le hicieran cambiar.
Otro factor de gran atractivo y que le brinda el sello peculiar a esta ciudad es el volcán Pichincha, sobre cuyas agrestes faldas se extiende la ciudad, dando la impresión de cobijarse entre los muros de este coloso natural que además concentra un gran significado histórico para la Nación.
Para los visitantes extranjeros son muy llamativos los detalles que se han mantenido por más de 500 años y que reflejan el alma de la ciudad, como la Calle de las Siete Cruces, la Cuesta del Suspiro, el Arco de la Reina, la Plaza de San Francisco, la Ronda o la Calle de los Milagros, porque no es solo una exposición monumental, sino una estructura viva, donde la modernidad no ha anulado las formas tradicionales de ser de los quiteños, alegres, dicharacheros, ingeniosos, generosos y amantes de reunirse en una esquina para cumplir con un ritual básico de la vida en comunidad.
Otros lugares imprescindibles para empaparse de la historia de la ciudad son el Museo de la Ciudad, el Centro Cultural Metropolitano, el Convento de San Agustín, la Capilla Sixtina, el Museo Nacional de Arte Contemporáneo o el Museo de Cera.
Expreso. Redacción. T.R

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