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El lenguaje de las campanas: la banda sonora de nuestra vida
EXPRESO - 25.05.2021
El uso de las campanas para anunciar desde las iglesias algún acontecimiento es muy antiguo, pero no todo el mundo sabe tocarlas ni entenderlas. Secundino de la Torre continúa tocando los 'clamores' para los habitantes de Canalejas de Peñafiel (en la provincia española de Valladolid), ese toque que avisa del fallecimiento de algún vecino. Ni la edad, ni los más de 20 años que ha estado encargándose del toque manual de campanas han hecho que sus ganas decaigan. Una técnica que aprendió de niño cuando era monaguillo y de la que su padre y su abuelo también tenían conocimiento.
Canalejas de Peñafiel es una de las pocas localidades que no cuenta con el sistema eléctrico de campanas. Desde principios del siglo XX y más notablemente durante la década de los años 60, los campanarios de muchas ciudades y municipios españoles se electrificaron para facilitar el trabajo cada vez que tienen que sonar las campanas. Sin embargo, no hay tecnología que supla ni los repiques tradicionales, ni el sentimiento con que lo hace el campanero.
Secundino estuvo toda una vida dedicado al campo. Con su jubilación llegó el momento de volver a lo alto del campanario y hacer doblar las campanas. El oficio de campanero requiere estar informado de todo aquello que ocurre en la localidad antes que nadie para, después, trasmitirlo a través de un repertorio de toques. Con ese sonido, los vecinos interpretan perfectamente si se trata de una llamada a misa, un nacimiento o si se está tocando 'a fuego' avisando sobre algún incendio. Todo forma parte de un saber popular que por la modernización y avance de la tecnología se está perdiendo.
La importancia de no perder una tradición ancestral
La identidad de cada lugar está ligada al toque manual de campanas. Cada localidad cuenta con unas particularidades específicas que también se manifiestan a través del sonido de la campana. Forma parte de ese patrimonio cultural inmaterial, esa serie de conocimientos que han sido transmitidos de generación en generación desde hace siglos y que ha servido como el medio de comunicación más antiguo.
La protección de los toques de campana manual supone preservar, además, dos pilares fundamentales de esta tradición: las campanas como sistema de comunicación y la figura del campanero.
Y esta última figura, la del campanero, es la que cuenta con el conocimiento necesario sobre los distintos toques tradicionales. A misa, clamores, a fuego, cuando hay tormenta, para llamar al trabajo... Son muchos los mensajes transmitidos desde el alto del campanario.
También en España, Albaida, en la provincia de Valencia, es uno de los lugares donde esa tradición se ha mantenido intacta. Durante cerca de 800 años el toque manual y diario de campanas ha formado parte del día a día de los vecinos ininterrumpidamente. Solo en esta localidad hay recogidos más de 3.200 toques diferentes, recopilados en un manual histórico, la consueta. Como sucediese desde el siglo XIII, las campanas siguen marcando el transcurso de la jornada que, actualmente, toca la sacristana: al amanecer, al medio día, por la tarde y por la noche. Este municipio es el ejemplo de que esta tradición se puede recuperar. En la Comunidad Valenciana hay diferentes grupos de jóvenes que, de manera vocacional, se implican e invierten su tiempo en recuperar este patrimonio. Investigan sobre los toques históricos y los vuelven a interpretar. Antonio Berenguer, coordinador de Campaners d'Albaida, señala la importancia de no perder una tradición ancestral: 'El trabajo de campanero es un oficio imprescindible. Las campanas hablan de todo y hablan para todos'.
Además, para todo aquel que visite la localidad, no puede perderse una buena comida de la tierra. En pleno centro se encuentra el restaurante El Calero, conocido por su buen vino, su extensa carta con especialidad en paellas y porque el chef prepara un generoso flan.
'Tente nube, tente tú, que Dios puede más que tú'
Con esta frase, Jorge de Juan Fernández, miembro de la Escuela de Campaneros más antigua de España, en Villavante (León), explica cómo se enseñan desde la escuela los diferentes toques de campana. 'Esa frase es la que tiene en mente el campanero para anunciar el 'toque de nube'. En los pueblos dedicados a la agricultura, como Villavante, la tormenta es un problema porque puede destruir las cosechas.'. Todo tiene una historia. Si se pierden costumbres como esta, se pierden las historias que hay con ellas'.
Asegura que poner en valor el lenguaje de las campanas es muy importante porque lo reconoce todo el mundo. Es muy intuitivo. 'Si alguien toca anunciando que hay fuego, tú te vas a alarmar, porque el sonido es de alerta'. Además, señala es un es un lenguaje que supera todo tiempo y barrera. Tanto es así, que no olvida la anécdota que le sucedió tiempo atrás: 'Una cadena de televisión nacional vino a grabar al pueblo. Una vecina de aquí, que vivía desde hace años en Galicia y tenía alzheimer, al escuchar el sonido a través de la televisión, le dijo a sus familiares: 'esas son las campanas de Villavante.' El sonido es característico de cada lugar.'
La iglesia se identifica perfectamente al llegar a la localidad, en la calle Campaneros. Es fácil encontrar a algún vecino paseando por la zona que cuente alguna anécdota sobre el pueblo y sobre su iglesia.
¿Cómo se puede conservar el lenguaje de las campanas?
El Ministerio de Cultura y Deporte ha presentado la solicitud para inscribir el toque manual de campanas y que se reconozca como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. El impulso para promover esta candidatura ha sido por parte de las asociaciones Hispania Nostra, Campaners d’Albaida y el Museo Internacional del Toque Manual de Campanas, MitMac, quienes llevan trabajando desde hace varios años para que esta tradición tenga su reconocimiento.
En 2018 organizaron un gran concierto de campanas en el que participaron más de mil campaneros en toda Europa. Un año después, se consiguió que se declarase Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, lo que ya supone que tenga protección a nivel nacional.
Ahora toca esperar a junio, cuando se conocerá si la candidatura se entra en la lista definitivamente. De ser así, en diciembre se sabrá la resolución final por parte de la organización.
Desde Hispania Nostra muestran su alegría y agradecen al Ministerio su apoyo. Señalan que a partir de ahora continuarán difundiendo lo máximo posible esta candidatura a través de redes sociales, ya que cabe la posibilidad de que se unan otros países y la propuesta cobre más fuerza.
En su portal web, recogen algunos de los lugares que cuentan con toque de campana manual que, solo en España, suman más de 400. No están registradas todas las localidades que disponen de este sistema, por lo que, con el fin de que se sumen aquellos lugares no señalados, han incluido una hoja de inscripción para que puedan registrarse quienes lo deseen.
El lenguaje de las campanas forma parte de nuestro patrimonio. Es pasado, presente y futuro: una herencia del pasado que debemos conservar en el presente para que se mantenga en el futuro. Es tradición del paisaje sonoro que habla a lo largo de los siglos, de todo y para todos. Las campanas son historia viva, la historia de vida de Secundino, de los vecinos de Albaida y los de Villavante. La historia de millones de personas desde hace siglos, la banda sonora de pueblos y ciudades. La banda sonora de nuestras vidas.
Texto: Sandra Fernández Fernández. Fotos: Secundino de la Torre, Paco Boronat, Jorge de Juan Fernández
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