Selva Negra Ecolodge, un ejemplo de sostenibilidad en Matagalpa, Nicaragua

EXPRESO - 12.02.2024

cisnes

Selva Negra Ecolodge, imprescindible para el viajero que viaja a Nicaragua, es el círculo perfecto de la sostenibilidad.

A partir de la exitosa empresa cafetalera y la incursión turística con el hotel-restaurante, su preocupación por el medio ambiente la ha llevado a producir todo lo necesario con sus huertos, ganaderías y talleres, a la vez que transforma los residuos orgánicos derivados del café y de las granjas en fertilizantes para cultivos y gas metano para cocinar.

Los saltos hidroeléctricos y los paneles solares completan las necesidades energéticas; las aguas residuales del hotel y viviendas son tratadas antes de incorporarlas a los cauces fluviales. Y, muy importante, los trabajadores cuentan con viviendas unifamiliares y escuelas para sus hijos.   

alberca

El 4x4 que nos lleva se mueve con seguridad, como si tuviese orugas, por pendientes que llegan a superar el 25 %. Nuestra guía, al volante, pregunta por radio al capataz si la pista que baja al río estará transitable esta mañana. El caso es que las recientes tormentas derribaron algunos árboles y aún no se han despejado todos los caminos.

Nos detenemos para observar la maduración de las cerezas o para escuchar la explicación sobre la poda y el próximo zoqueo. Nos vamos cruzando con operarios que saludan con simpatía y, un poco más abajo, Mausi se dirige a dos recolectores que aguardan con sus cestos llenos al borde del camino. 

trabajadores

La historia, o la leyenda, dice que los alemanes llegaron a América atraídos por el oro del Norte, pero la realidad es que algunas familias decidieron quedarse en Nicaragua. Fue entonces, 1890, cuando el inmigrante alemán Hanss Boesche decide sembrar café en estas fértiles tierras de  Matagalpa, donde también fue pionero en la producción de energía eléctrica, ya que no tardó en construir la primera presa hidroeléctrica de la región, anticipándose a la propia ciudad de Matagalpa.

Aunque conocida como Selva Negra, su primer nombre es Finca la Hammonia (Hamburgo, en latín). Así la compraron Eddy Kühl y Mausi Hayn, descendientes ambos de aquellos inmigrantes alemanes, en 1975, comenzando ese mismo año la construcción del Hotel de Montaña Selva Negra.  

cafetales

A partir de 1990 decidieron incorporar nuevas actividades agrícolas a esta finca que, hasta entonces, era estrictamente cafetalera. De sus 400 hectáreas, conservaron un tercio del bosque virgen original, dedicando otro tercio a plantación de café cultivado en sombra; y el resto, sucesivamente, a cultivos orgánicos y pastos rotativos para ganadería, convirtiéndola en menos de una década en diversificada y sostenible. Producen gran variedad de frutas y todas las hortalizas para consumo del hotel, además de carnes, embutidos, huevos, leche y quesos.

Pero el mayor esfuerzo se dedica al tratamiento de los desechos de toda esa actividad, para aprovechar al máximo los recursos y reducir el impacto al medio ambiente. De ese modo obtienen energía, en forma de gas metano, para la cocina del restaurante, y abono orgánico para fertilizante de los cultivos. También se impulsa el uso de las energías renovables, solar e hidroeléctrica. Desde 1996, su nombre y logotipo, Selva Negra Estate Cofee, está patentado en Nicaragua y Estados Unidos. 

café

Actualmente el hotel cuenta con restaurante y salones para bodas y eventos corporativos. Para hospedaje dispone de bungalows individuales o familiares y habitaciones de hotel. Como opción más económica de alojamiento, cuenta con un albergue de seis dormitorios, para ocupar con un mínimo de cuatro personas por habitación, muy demandado por grupos de estudiantes, que encuentran en esta hacienda el lugar ideal para introducirse a fondo en el mundo del café, simultaneando con senderismo o cabalgadas, además de la posibilidad de  múltiples recorridos para profundizar en la evolución de la finca (tour del café, turismo científico...) o en la observación de la naturaleza (avistamiento de aves, reptiles, mamíferos...). 

terraza

El río al que bajamos en este recorrido por los cafetales es el Grande de Matagalpa, que tiene en estas montañas sus nacientes y es el segundo de Nicaragua, después del Coco, que hace frontera con Honduras. Las gentes que nos vamos cruzando son trabajadores habitantes de la Selva Negra (algunas familias están aquí desde el principio), que tienen en la hacienda cuanto necesitan para su vida cotidiana, incluyendo escuelas para sus hijos, muchos de los cuales podran seguir estudios superiores becados por la empresa.

propietaria

Nuestro privilegio es que nos ha guiado la propia Mausi, la enamorada del café, la propietaria y alma mater de esta parte de las montañas de Matagalpa, escondrijo de recuerdos de la revolución, que producen el mejor café entre 900 y 1.570 metros sobre el nivel del mar, a sólo unos 50 km de Metapa (hoy Ciudad Darío), cuna del 'príncipe de las letras castellanas', Rubén Darío. Pero de esto sabe mucho y nos cuenta los pormenores el marido de Mausi, el empresario, diplomático y escritor Eddy Kühl (*). 

Texto y fotos: Manuel Bustabad Rapa

(*) Rubén Darío según un paisano matagalpa, en 'Biblioteca')

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