El Parador de Santa Catalina, un castillo renovado en lo alto de Jaén

EXPRESO - 28.07.2020

En lo más alto, junto a la cruz que corona la capital jienense, se alza el imponente castillo viejo de Santa Catalina.

Junto a él, otro castillo, este de nueva planta, pero elegante e igualmente imponente, alberga el recientemente renovado Parador de Jaén.

Su aspecto defensivo exterior contrasta con lo acogedor e impoluto de sus 45 habitaciones, recientemente redecoradas, hoy austeras a causa de la prevención contra el Covid-19, con el sello inconfundible de Paradores, que garantiza una estancia segura.

La mayoría de las habitaciones se asoman a los cercanos cerros, dotadas de unas vistas increíbles que se pueden disfrutar también desde la gran terraza posterior a los montes de cerro Zumel, Peñas de Castro, la Fuente de la Peña, Fuente de la Mora y monte Zabalcuz, siendo éste el más alto de la zona y que da nombre también al restaurante del parador.

Y de las habitaciones, apuntar la buena y clásica lencería en sus camas, estupendamente hechas y esas toallas de Paradores que en los baños nos invitan a secarnos de una manera magistral.

ensalada pipirrana

La gastronomía es uno de los puntos que se han mejorado en la reciente reforma del hotel y además de utilizar nuevas técnicas culinarias y sistemas de seguridad en la cocina, la renovada oferta culinaria se basa en productos de temporada y de proximidad.

Por ejemplo, ahora en verano es buena idea comenzar cualquier menú con un refrescante Salmorejo regado con los aceites de oliva virgen extra de Jaén, entre los mejores del mundo o, por qué no, con la afamada ensalada Pipirrana, tradicional de esta provincia. Pero apuntamos más propuestas.

Desde la cocina diseñaron una carta en donde sus platos pretenden reflejar la cultura y la tradición culinaria de Jaén. No hay que olvidarse de platos como el Hoyo aceitunero, el Ajilimójili, Croquetas de aceituna Picual, Papajotes con miel de Andújar, Crema de carruecano, Ochíos con morcilla de caldera, postres como Bombón de AOVE y naranja o los Buñuelos de batata, todo acompañado de las regañás de Andújar y los vinos con D.O. del entorno.

Construido en 1965 sobre los restos de los dos conjuntos arqueológicos más antiguos: el alcázar árabe o castillo viejo y el alcázar Abrehuí, este edificio es obra del arquitecto José Luis Picardo, que diseñó el parador en este lugar privilegiado de la historia de España.

hall

A la altura de su historia está la preciosa entrada que contempla un tapiz de Fernando III el Santo y que da paso a la escalinata y al espacio del salón principal, decorado en tonos neutros.

También llama la atención la curiosa cúpula de ladrillo que da paso a su bar-cafetería y los pasillos, por los que se cuenta que deambula algún fantasma.

El propio general francés De Gaulle se alojó en este parador en 1970, en el marco de un viaje por España, el último que realizara el extranjero.  Los testimonios de su visita confirman que el ya jubilado general se recreó con las vistas que oteaba desde el parador sobre el valle.

Pero el encanto de la historia no es óbice para que este castillo esté a la última en cuanto a conexiones, con una red wifi muy buena en todo el edificio y dos nuevos ascensores que se han incorporado en la reforma para facilitar la accesibilidad, respetando el patrimonio arquitectónico.

El espacio más refrescante es la piscina de verano, salpicado el verde de toallas amarillas y atendida permanentemente porque para darse un chapuzón o tumbarse al sol hay que solicitar hora, igual que para los servicios de restaurante.

piscina

Nada más llegar, en recepción te facilitan un QR a través del cual se pueden hacer las reservas, consultar la carta del restaurante, e incluso chatear con la recepción para cualquier duda.

En estos tiempos de pandemia, los protocolos de seguridad son estrictos en el Parador de Jaén, y el desayuno incluye elementos nuevos como pinzas desechables de bambú, zumos naturales o leches en frasquitos individuales y un buffet reorganizado para garantizar la seguridad de los huéspedes.

Por último, apuntar que está ubicado en las proximidades de la mayoría de los puntos de referencia de Jaén, como la Iglesia de la Magdalena o el Arco de San Lorenzo, a menos de un kilómetro del parador. También, destacar la cercanía al Centro Cultural Baños Árabes o la insigne Catedral de Jaén.

Texto y fotos: Federico Ruiz de Andrés y Ana Bustabad Alonso

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