Una recomendación para nuestros amigos lectores

Para quienes no lo conozcan, Cogeces del Monte es un pueblecito chico y hospitalario, situado en la provincia de Valladolid, en una de las comarcas más bonitas de España, entre la tierra de pinares y la ribera del Duero vallisoletana.

Aquí se encuentra la Casa Rural Mesón Maryobeli, un pequeño negocio familiar que, sin embargo, se ha convertido en un referente de buen hacer en turismo, de ilusión y trabajo bien hecho, un lugar donde los viajeros se sienten inmediatamente acogidos con cariño.

En su mesón celebramos este año por segunda vez el #CocidoDay, una iniciativa que nació en Galicia hace menos de un lustro y que se está expandiendo por el mundo, gracias a empresas audaces como Maryobeli, que confía en las posibilidades de las redes sociales para llegar a sus clientes.

Los pormenores de este cocido castellano sabroso se los hemos contado detalladamente a través de nuestros Twitter y Facebook, pero para que no falte ningún ingrediente en este boca a boca, queremos recomendar desde el propio diario Expreso a todos nuestros amigos lectores que se dejen caer por aquí un día de invierno.

Que se alojen en Cogeces y disfruten en Maryobeli de un cocido preparado con mimo y fuego lento, con sus ‘gabrieles’ cogezanos, su sopa contundente, sus variadas viandas proteínicas y en el que no faltan los ‘rellenos’, tan típicos del cocido vallisoletano.

Estén atentos a los próximos hitos de @maryobeli, que lo mismo sorprende con un #CocidoDay que con un #díadelalenteja. Será el 11 de marzo, con lentejas de Tierra de Campos, de esta tierra castellana, avisados quedan.

O un día de verano, para probar el ‘bacalao a la Lupinia’, comerse un lechazo asado, acompañado de un buen vinito de la cercana Ribera del Duero, y descubrir las joyas de este municipio que no llega al millar de habitantes. Cogeces del Monte sorprende.

Se lo podría contar mucho mejor mi compañera Julia, que aquí vive y disfruta, no dejen de preguntar por ella cuando vayan a Cogeces, que siempre tiene un café y buena charla para cualquier lector amigo de Expreso.

Yo les añadiré solamente que la sorpresa está asegurada, y que este es un buen punto de partida para descubrir Valladolid, una tierra llana y recia, hermosa como pocas, que enamora a quien se detiene a conocerla.