Cogeces del Monte sorprende

EXPRESO - 26.02.2011

Texto y fotos: Manolo Bustabad

Sí, Cogeces del Monte sorprende porque no es más (ni menos) que un pequeño pueblecito del Páramo vallisoletano1 que, en el último siglo, ha perdido casi la mitad de su población de los más de 1.400 que tenía entre 1912 y 1920.
Sorprende el despliegue de actividades socioculturales, pocas veces visto en una comunidad de sólo ochocientos moradores, plenamente rural. Porque Cogeces sigue siendo básicamente agrícola, con sus cultivos de cereales y viñedos en el páramo y huertos en los valles.
Hemos de precisar que la población se encuentra en el borde del páramo, a una altitud de 888 metros, mientras que los valles próximos rondan los 770.
La transición entre ambos hábitats, de suaves pendientes a veces, pero las más de profundos barrancos, no en vano salvan frecuentemente diferencias de altitud superiores a cien metros, suele producirse con pinares, sabinares y quejigales, entremezclados con las encinas, los enebros y grupos de chopos.
Ese carácter agrario se nota en el mismo núcleo, muchas de cuyas casas siguen guardando en sus bajos los aperos y máquinas de labranza, como indican los amplios y recios portalones. No es raro cruzarse con un tractor en plena Plaza Mayor en las ‘horas punta’.
Las edificaciones, casi exclusivamente unifamiliares (y casi todas con gloria2), están construidas mayoritariamente con piedra de las canteras locales, cuyas vetas no deben permitir piezas grandes ya que abundan los dinteles de madera.
Claro que también encontramos, en algunos vanos o intercalados en la fábrica, piezas de fina labra y con inscripciones religiosas, talladas con esmero por canteros medievales. Conviene saber que a cuatro kilómetros están los restos de Santa María de la Armedilla, ruina irreversible del monasterio cisterciense fundado en 1174.
El monumento más importante es la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción: templo gótico tardío de tres naves, que cobija varios tesoros de gran interés:
 
Una preciosa pila bautismal de piedra; una talla medieval de la Santa de la Armedilla, que precisamente cada mes de agosto visita por un día su antigua residencia en popular romería; un curioso reloj del año 1645, de mecanismo a la vez aparatoso y dizque sencillo; pero sobre todo los tres retablos de madera policromada, especialmente el de la nave central, con magníficas tallas de la escuela renacentista del maestro Juan de Juni.
Los ‘centros urbanos’3 más importantes de la antigua villa de Cogeces del Monte son dos: 
El primero, la Plazuela, ubicación de la ya citada iglesia parroquial, que completa su espacio con un sobrio jardín, en lo que fue cementerio y hoy es balcón privilegiado sobre la zona baja del pueblo, que en esta parte se extiende por el valle, donde está la piscina municipal; y el segundo la Plaza Mayor, más céntrica, solar de la Casa Consistorial con el quiosco de la música delante4.
En un paseo por sus callejas, alguna aún de traza medieval, encontramos casonas restauradas, arcos y blasones que nos hablan de un pasado poderoso de ‘villa Realenga de España en Castilla la Vieja’, en palabras del historiador Lucio Zúmel Menocal.
Pero los nativos están igualmente orgullosos de sus monumentos más humildes: Las bodegas, que proliferan en los taludes próximos, tan idóneos para su construcción, con sus chimeneas de ventilación, que pueden ser a la vez tragaluz y tolva para introducir las uvas por la vendimia.
Los chozos y los corrales para el ganado, en la actualidad en plena rehabilitación, muestra de su arquitectura pastoril y algún día refugio de las ‘abuelas’ de aquel rebaño de ovejas churras que nos obligó a detenernos poco antes de llegar.
Tuvimos la suerte de conocer Cogeces del Monte el 5 de febrero, día de Santa Águeda, con lo cual nos encontramos el escenario en todo su esplendor.
El templo, de por sí luminosísimo, radiante y florido; las mujeres del pueblo todas en la calle, con su ‘Alcaldesa’ al frente –que ya hemos sabido que el próximo año será Feli- y sus ricos y coloridos trajes bordados, con predominio del tradicional rojo; mucha gente en la calle en peculiar procesión con la Santa en andas e infinidad de paradas para bailar al son de la caja y la dulzaina
 
Y la Plazuela de la Iglesia animadísima por las ‘Águedas’, que simbolizan el ejercicio de su mandato por un día obsequiando a los forasteros y demás concurrentes con bebidas y aperitivos y ‘peinando’ a los hombres para recaudar dinero con que afrontar el gasto de la celebración.
Los cogezanos tienen su corazón partido entre Cuéllar (a 14 km.), cabecera de una comarca segoviana a la que perteneció el pueblo hasta el último ajuste de provincias, allá por el 1833; y Peñafiel (20 km.), capital de su partido judicial actualmente, muy conocida por el Museo del Vino y sus selectos caldos, enmarcados en la denominación de origen Ribera del Duero.
La proximidad con Valladolid, a 42 km. de buena carretera, propicia la llegada de visitantes atraídos por su tranquilidad y sosiego, pero también por sus cuidadas rutas de senderismo, sus posibilidades cinegéticas o, simplemente, su sencilla gastronomía, que nos ofrece auténticas sopas castellanas, lechazo churro asado con leña de encina o el bacalao a la Lupinia (plato estrella de la Casa Rural Maryobelia).
Volveremos, por supuesto, para saborear el lechazo y visitar el Museo local de Ciencias5…, para profundizar en los mil detalles de su templo y hacer mil fotos entre las ruinas de la Armedilla…, para disfrutar de su sosiego y perdernos en sus senderos…, para saludar a José María, a Concha, a Feli, a Titín, a Julia…
 
NOTAS DEL REPORTAJE:
1 Valladolid es una provincia española sita en la cuenca del río Duero y perteneciente a la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
2 Aquí las glorias, más que hornillos propiamente dichos (acepción //6 del diccionario de la RAE), son hogares para hacer fuego, más bajos que el suelo, cuyo tiro discurre bajo el pavimento para calentar la estancia. Este práctico sistema de calefacción es de origen romano.
3 Es conocido que las ciudades, sobre todo las grandes, tienen varios ‘centros’, nacidos a partir de las actividades o vocaciones más características de cada zona, o planificados para ordenar y dinamizar nuevos barrios y ensanches, alrededor de los cuales se anima la vida popular con cierta autonomía de hecho.
Pero esto es infrecuente en una población pequeña o mediana, en la cual la Iglesia, el Consistorio y el Mercado suelen coincidir, si no en la misma plaza, sí en la misma zona. Por eso choca lo de Cogeces que, siendo minúsculo, parece tener muy clara la diferenciación de los poderes religioso y civil.
4 Este quiosco ya está en Facebook, en la colección de ‘coretos’ de Susana Marques.
5 Magnífica colección de minerales, donada por Alejandro del Valle González.
 
 
 
Contactos y amplia información sobre Cogeces en las webs:
 

Comentarios

Jose Maria (no verificado)

Enhorabuena por el reportaje !! y por dar a conocer nuestro maravilloso pueblo y sus gentes, Un saludo. jose Maria

internauta (no verificado)

Un pueblo con un encanto y que se está perdiendo al igual que muchos, es una pena que haya poquitas personas, ya puede dar mucho giro o esto no lo remedia nadie. Todos estos pueblos a mas de 30 minutos de Valladolid se van muriendo poco a poco. Cogezanos nacidos y criados ya son pocos. Que bonitos esos Refajos. Refajo=palabra en deshuso y que se va perdiendo con el tiempo al igual que nuestro pueblo. Un saludo muy fuerte a todos mis conciudadanos. Un triguillos de Cogeces

flxmarhdas (no verificado)

Muy buen repotaje, pero lo mejor son lo animada que es la gente. Saludos

flxmarhdas (no verificado)

El reportaje excelente, pero lo mejor lo animada que es la gente. Saludos

maryobeli (no verificado)

cortito pero conciso,muchas gracias en nombre de cogeces y por supuesto de mí misma,me encanta que os encante mi pueblo y mi bacalao..entre otras cosas.

M José (no verificado)

Gracias por escribir de mí pueblo y poner las fotos. Mi familia es una de tantas que se ha marchado de allí, pero a Cogeces siempre le llevo en el corazón

j.molpeceres (no verificado)

no os preocupeis mucho ,ke como esta la situacion en las ciudades seguro nos tenemos ke volver al pueblo. un cogezano