Encuentro con artistas… De un viaje a Cuba (VIII)

EXPRESO - 19.01.2012

Manolo Bustabad Rapa, periodista

Si hay un arte omnipresente en La Habana, ese es la música. En una plaza, en el restaurante, en cualquier calle, nos topamos con grupos músico-vocales, dúos, intérpretes solitarios… Algunos llevan años, se nota, en el decorado del mismo escenario…

Si nos propusiésemos conocer los Centros de Cultura, con una media de cinco visitas diarias, necesitaríamos dos semanas completas para ver solamente los de la Habana Vieja.

La pequeña guía de mano publicada por ‘Habaguanex, compañía turística’, incluye un listado de museos, teatros, iglesias, bibliotecas y centros culturales, con una cifra de más de sesenta, sin salir de los límites de dicho recinto. Un dato más para añadir al largo listado de razones por las que procuraremos regresar a Cuba, y en particular a la Habana, en cuanto la ocasión sea propicia.

 

Esta vez nos limitaremos a brujulear. Además, aquí es frecuente encontrarse en plena calle manifestaciones culturales, en forma de representaciones o actuaciones diversas, como ya hemos contado.

Y si hay un arte omnipresente, ese es la música. En una plaza, en el restaurante, en cualquier calle, nos topamos con grupos músico-vocales, dúos, intérpretes solitarios…
Algunos llevan años, se nota, en el decorado del mismo escenario. Como en la Bodeguita del Medio, donde, a pesar de lo reducido del lugar, no falta el cuarteto especializado en boleros con una magnífica, y veterana, vocalista. O los soportales de la Plaza de la Catedral, con su particular orquesta.
Recordamos con especial cariño el dúo formado por un joven violinista y un guitarrista de mediana edad, que amenizaba la cena en uno de los restaurantes en que repetimos. Una de las noches, que interpretaron especialmente para nosotros, con gran profesionalidad y sentimiento, la bonita pieza ‘María bonita’ del maestro Agustín Lara, mantuvimos una breve conversación con el violinista.   
Este profesional, con estudios superiores de la materia, nos hizo partícipes de su frustración por no conseguir realizar sus inquietudes artísticas, sino sólo malvivir de la música. Cuando, inocentemente, peguntamos que cómo no se planteaba buscar otros horizontes, aunque fuese en otro país, se tornó triste (yo diría que también resignado) y respondió que no le es posible…, simplemente no tiene pasaporte, ni puede conseguirlo.
Otros, sí lo logran. Al artista plástico Daniel Atiés Sans lo encontramos en los soportales de la Plaza Vieja. Escudriñábamos desde la puerta el interior de ´DIAGO galería de arte’, cuando, seduciéndonos con labia, nos arrastró al interior para mostrarnos parte de su obra, y de otros artistas, allí exhibida.
Es un pintor que ha viajado, ha promovido el desarrollo de la escultura de acero inoxidable en Cuba y protagonizado múltiples exposiciones. En definitiva, un hombre optimista y conectado con el mundo a través de varias web, que además nos cuenta que se ha enamorado recientemente de una paisana nuestra, de la Coruña.
De él conservamos un grato recuerdo y un par de cartulinas de la ‘serie oloffi tierra y cielo de técnica mixta.
 
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