Un baño de sal flotante en el 'Mar Muerto' del Algarve

EXPRESO - 25.06.2023

Las salinas del Algarve, en Portugal, no solo son especiales por su ‘oro blanco’, también permiten una experiencia única.

La iniciativa es buscada por viajeros de todo el mundo miles y miles de kilómetros más allá, en el famoso Mar Muerto: un baño flotante.

Con una concentración de sal similar a la de aquél, disfrutar de un auténtico spa natural tranquilo, silencioso, bajo la luz mágica del sur de Portugal es una recomendación muy sugerente e inaudita: te decimos dónde vivirla.   

En medio de un paisaje inhóspito, se extiende la Reserva Natural de Sapal de Castro Marim y Vila Real de Santo Antonio.  Un terreno árido, pero muy próspero, que lleva siglos impulsando la economía de Castro Marim y llevando el nombre de este rincón del Algarve por todo el mundo.

Su sal viene siendo cosechada artesanalmente desde que los romanos se establecieron en estas tierras.  

Fueron ellos, los romanos, quienes descubrieron el ‘oro blanco’ que ha dado vida a este rincón del Algarve y, el método con el que lo extraían entonces perdura en el tiempo. Su secreto lo comparten ahora con el viajero, que puede experimentar en primera persona la dureza y belleza que entraña esta actividad, así como las virtudes estéticas y espirituales de sumergirse en las salinas milenarias de Castro Marim.

Un spa al aire libre en el que empaparse de tradición, historia, naturaleza y relax; la combinación perfecta para darle a las vacaciones el puntito de sal que siempre necesitan. 

Un spa a cielo abierto: yoga, masajes, lagunas saladas a 30º y arcillas naturales

Pero antes de este chapuzón en Castro Marim, otro baño salino nos espera en Olhão, en las Salinas de Grelha, en un placido entorno presidido por un antiguo molino de mar del siglo XVIII, que si bien está inactivo desde hace 40 años, con su encantadora presencia habla del Algarve más tradicional. 

En este mágico lugar, la producción de sal marina empezó a trabajarse aquí en los años 20 del pasado siglo y, junto a la actividad industrial, se desarrolla una muy importante actividad didáctica, con visitas guiadas y educativas que permiten descubrir no solo el proceso de extracción de sal marina y de la famosa flor de sal algarvía, sino también disfrutar de un paisaje único, muy especial, dentro del Parque Natural de Ría Formosa, donde las aves marinas habitan apacibles. 

Esta experiencia única tiene lugar en un lago de cerca de 2.000 metros cuadrados, cuya concentración de sal es equivalente a la del Mar Muerto mundialmente famoso: el de Israel.

Sin irnos tan lejos y sin sufrir jet lag ni masificaciones, es posible vivir esa misma experiencia de flotar sobre las aguas y disfrutar de los beneficios de un baño de sal. Como un relajamiento extremo de los músculos, una activación de la circulación sanguínea o una clara disminución de los dolores musculares. Además de sentir cómo el estrés se diluye en el agua, abandonando el cuerpo de manera implacable. 

En el caso de Castro Marim, para vivir esta experiencia renovadora hay que tomar a la salida de la localidad un camino de tierra, en sí mismo ya una clara invitación a perderse y desconectar. Allí, se aleja uno del bullicio y se acerca a las salinas de Barquinha, de donde se obtiene una sal de pureza intacta que surge al evaporarse un agua natural altamente rica en minerales. 

Acercarse hasta este lugar y no querer sumergirse en los estanques de sal es imposible, pues bañarse en estas piscinas naturales es una experiencia única: una terapia natural y ecológica, envuelta en silencio, bajo un cielo azul brillante. 

La concentración de sal en el agua ronda los 250 gramos por litro (35 gramos por litro en el mar), lo que aumenta la flotabilidad e invita a una mayor desconexión, pues el agua sostiene el cuerpo dando una sensación de ingravidez tan inexplicable como placentera. 

Pero la experiencia va más allá de flotar en aguas salinas a 30º, pues los estanques están construidos con un tipo de arcilla rica en minerales (80 diferentes), por lo que un baño con estos barros resulta muy recomendable.

Una exfoliación de sal, una sesión de yoga o un masaje completan la oferta de este lugar, que comenzó como un proyecto para promocionar la sal tradicional de la región y se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos de la zona. 

Ser testigo de la cosecha del ‘oro blanco’ del Algarve

La visita adquiere además otro nivel cuando uno descubre de primera mano el secreto que ha hecho a Castro Marim famoso en el mundo: su modo artesanal de extraer la sal de estas lagunas naturales; un método que mantiene intacta su pureza, de ahí su gran valor en el mercado. 

La belleza de esta liturgia es innegable y se puede vivir en primera fila, previa reserva, pues se organizan visitas guiadas para poder ser testigo de la cosecha del ‘oro blanco’ del Algarve.

La superficie de las salinas se llena de cristales de sal cuando el sol evapora el agua y es entonces que comienza la recogida. Entran en escena los rodos, unos instrumentos de madera de los que se ayudan para arrastrar la sal limpia hasta la orilla de los talhos (piscinas); una vez conseguido, se deja secar. 

Todo es emocionante y artesanal; desde los cestos en los que se almacena la sal, hasta los aperos y el proceso de extracción. Todo es natural y atractivo a partes iguales. Los colores, la luz, los contrastes, el respeto por la tradición. Una experiencia única en el Algarve.     

Expreso. Redacción. A.F

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