Ruta Vía de la Plata, la polémica de los entendidos

EXPRESO - 03.03.2014

Manolo Bustabad Rapa, periodista

Ruta Vía de la Plata, ruta o vía… la polémica es desde nuestro punto de vista enriquecedora… lo que no genera discusión es su atractivo…

Esta semana traemos a la portada de EXPRESO un reportaje sobre la Ruta Vía de la Plata, una ruta en moto que apetece especialmente a punto de comenzar la primavera.

ruta

El nombre empleado por la ‘Red de Cooperación de Ciudades de la Ruta Vía de la Plata’, podría inducir a confusión (parece más claro ‘Ruta de la Plata’ o ‘Vía de la Plata’) si no fuera porque la dualidad de apelativos de ‘la de la plata’, ruta y vía, no es tal, sino que, usando el nombre Vía de la Plata, nomina un trayecto más amplio, que va desde Sevilla a Gijón, envolviéndolo con la palabra Ruta.
La polémica, desde nuestro punto de vista enriquecedora, abierta por este motivo, y muy viva en los medios digitales, es interesantísima en cuanto a la generación de opinión e investigación de historiadores-arqueólogos, tanto ‘conservadores’ (José Sendín Blázquez, entre otros) como ‘revisionistas’ (José M. Roldán Hervás, Manuel Salinas de Frías y otros), que así se autocalifican, pero a nuestro juicio carece de base para provocar una confrontación seria.
Lo decimos porque, a la vista de lo que nos cuentan los expertos, queriendo ser rigurosos, habría que hilar más fino a la hora de bautizar cada tramo del itinerario que va desde Cádiz (o desde Huelva) hasta el Cantábrico, tanto si rematamos en Gijón como si optamos por terminar en Pravia.
Y es que el Camino de la Plata entre los siglos XV y XIX se reducía a Extremadura y Reino de León, era el trayecto de Mérida a Salamanca. Pero desde el XIX, cuando pasó a ser Vía, amplió su recorrido hasta Astorga. Por otra parte, mapas anteriores al siglo XIV también nos hablan del Camino de la Plata en tierras de Sevilla.
Más confusa es su continuidad en tierras asturianas, no precisamente por falta de caminos, sino más bien por las distintas opciones y su no tan clara traza a partir de Asturica Augusta (Astorga), ya que la mejor ruta para llegar a Flavionavia (Pravia), y al mar, del viajero de hace dos mil años, era seguir el cauce del Órbigo y su afluente el Luna.
Este llega a las proximidades del Puerto de la Mesa, y desde allí, sin apartarse del cordal del mismo nombre ni de los sucesivos que separan las dos cuencas astures más importantes, del Nalón y del Narcea, ir descendiendo lentamente (Camín Real de la Mesa), con pendientes suaves y siempre dominando, hasta el mismísimo Nalón en pagos de Grado. El resto es simplemente dejarse llevar por la corriente de agua hasta su desembocadura entre San Esteban de Pravia y la Arena.
Sin embargo la que se consolidó como principal comunicación de la Meseta con las más importantes poblaciones asturianas es la actual carretera N-630, que se aproxima en gran parte al antiguo camino de peregrinos entre Legio (León) y San Salvador de Oviedo, por la romana Vía Carisia, que se prolongaba hasta Lucus Asturum (Lugo de Llanera) y Gigia (Gijón) (1).
mapa
En una somera comparación de ambos caminos, tenemos que el Camín Real de la Mesa discurre casi en su totalidad por zonas despobladas o con escasos y pequeños asentamientos, aún hoy día. En cambio la de la Carisa, que ya desde tiempos remotos comunica León con Gijón, cobra gran importancia a partir del siglo VIII, por las peregrinaciones a San Salvador de Oviedo, desde donde muchos fieles continuaban a Santiago de Compostela.
Estas circunstancias sin duda fueron determinantes para su posterior auge, aunque con la variante de Pajares, hasta el día de hoy, que, tanto la N-630 como la AP-66, siguen esa dirección. Quizá estas consideraciones sirvan para explicar la elección de la ‘Vía de la Carisa’, como continuación de la ‘Vía de la Plata’ y, entre las dos, componer esta ‘Ruta Vía de la Plata’, que tantas ampollas parece levantar entre los puristas.
Nos parece oportuno hacer las anteriores aclaraciones en este (a modo de) prólogo, puesto que, si bien los estudiosos de la historia seguirán reuniendo datos y aclarándonos matices (a lo que procuraremos estar atentos), al ‘viajero común’ interesado en la historia, como es nuestro caso, puede serle útil para elegir las sendas y visitas de acuerdo a sus preferencias.
 
Red de Cooperación de Ciudades de la Ruta
La Red de Cooperación de Ciudades de la Ruta Vía de la Plata es una asociación de concejos, libre y muy ‘viva’, como nos lo muestra la incorporación sucesiva de nuevos socios (también alguna baja, todo hay que decirlo), que, en Asturias cuenta con los términos de Gijón, Llanera, Ribera de Arriba, Morcín, Riosa, Mieres, Aller y Lena.
En tierras de Castilla y León, los ayuntamientos adheridos son los de La Pola de Gordón, León, La Bañeza, Benavente, Zamora y Béjar. Nueve se apuntan, de momento, en Extremadura. Son: Baños de Montemayor, Hervás, Carcaboso, Plasencia, Casar de Cáceres, Calzadilla de los Barros, Fuente de Cantos, Montemolín y Monesterio. Ya en Andalucía, finaliza en Sevilla con la adhesión de Carmona.
Como vemos, se echan en falta ciudades clave para que el itinerario sea completo, de mar a mar. Estamos hablando nada menos que de Oviedo, Astorga, Salamanca, Cáceres y Mérida (sin mencionar Cádiz y Huelva, por no echar más leña al fuego en la polémica que citábamos).
Lo que no genera discusión ninguna es el atractivo de esta ruta que les invitamos a recorrer con nosotros, esta vez en moto y de norte a sur, quedarán maravillados de la riqueza patrimonial, natural y etnográfica que encierra. Aquí la tienen:
 
moto
(1) Dicen los lingüistas que ‘Gigia’ no puede derivar en Gijón, aunque se admite situada en Cimadevilla. 

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