La lengua de nuestros errores

EXPRESO - 02.11.2014

Manolo Bustabad Rapa, periodista

Asistimos diariamente a terribles atentados contra nuestro precioso idioma, que son más dolorosos cuando vienen de la boca o la pluma de quienes lo tenemos como herramienta esencial de trabajo...

Asistimos diariamente a terribles atentados contra nuestro precioso idioma, que son más dolorosos cuando vienen de la boca o la pluma de quienes lo tenemos como herramienta esencial de trabajo (comunicadores, periodistas, conferenciantes, tertulianos...), pues nuestro ejemplo puede confundir a los sectores más vulnerables de la población en este terreno: el de los niños y el de los extranjeros estudiosos de la lengua española. Personalmente, lo que nos resulta más doloroso es que la repetición de errores pueda acabar en la reforma del propio idioma, con su admisión por la RAE. Lo hemos visto con el leísmo, como ejemplo más sangrante.

aguacaleidoscopio

Hoy no nos resistimos más a escribir sobre la creciente confusión en torno al uso de los artículos 'una' o 'la' cuando entre ellos y un sustantivo que empieza por 'a' tónica se coloca un adjetivo. Ahí van algunos frescos y chirriantes ejemplos.     
Durante un reciente viaje de prensa, atendíamos a las explicaciones de una auténtica mujer de mar ensalzando la calidad de los mariscos y pescados de sus cotos, reconociendo a la vez la evidencia de que en las costas inmediatas, fuera de su demarcación, los productos marinos son también exquisitos, cuando uno de los asistentes, 'de prensa de toda la vida', hizo la siguiente reflexión en voz alta: "¡Claro, al fin y al cabo es el mismo agua!" (por: la misma agua).
Esa misma tarde, escuchando la radio en el coche, pendientes de los pronósticos del tiempo para planificar qué vestimentas y accesorios llevaríamos a la siguiente excursión, oímos atónitos que la voz familiar de una 'señora del tiempo', más conocida por su trabajo en la sección televisiva de su empresa, decía: "estos vientos nos van a traer jornadas de mucho agua" (por: de mucha agua).
Para completar las perlas del día, en uno de los clásicos informativos de deportes, con dedicación casi exclusiva al fútbol, el periodista especializado analizaba los pormenores de un  partido hablándonos de lo acontecido "en este y en el otro área" (por: en esta y en la otra área). Tenemos que decir que, a pesar de hacernos estremecer el tímpano como siempre, fue la menos sorpresiva de las tres agresiones, dada la frecuencia con que la sufrimos, asqueados de oír: “Este área, el mismo área o el otro área”. (Curiosamente, de estos tres casos, el 'corrector' de Windows sólo alerta de anomalía en el primero).
Estamos convencidos de que el único combate eficaz es el librado dentro de la familia y en las escuelas primarias, donde debemos aprender las normas del lenguaje, pero esto no exime a los docentes de los sucesivos ciclos formativos, incluyendo a los universitarios. En cuanto a la RAE, somos conscientes de su 'papel notarial', pero no estaría de más que interviniese colaborando activamente en la formación del profesorado y en la divulgación. Quizás así nuestros errores no acabarían ensuciando el diccionario y podríamos celebrarlo degustando unas exquisitas albóndigas sin tener que tragar a la vez las incomibles almóndigas.
albondigas

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