Hoteles con encanto: teletrabajo en la naturaleza y planes al aire libre

EXPRESO - 07.10.2020

A pesar de las restricciones de movilidad de algunas ciudades, el sector pelea por convertirse en la alternativa al estrés y presión que suponen en estos momentos las grandes urbes.

El otoño es una de las estaciones preferidas por los viajeros para realizar escapadas y así podría seguir siendo, si lo permiten las restricciones de movilidad impuestas en algunas zonas de España a causa de la pandemia.

Por un lado, las cifras registradas durante la época estival han revelado un aumento del 20% en las reservas y un 50% en las peticiones de información sobre hoteles.

El mes de septiembre ha mantenido esta corriente al alza y a pesar de que las reservas se realizan, en general, con muy pocos días de antelación por la situación de incertidumbre, las semanas que vienen apuntaban cifras positivas ya que los hoteles pequeños y las casas de alquiler completo, en entornos naturales y con pocas habitaciones, siguen siendo los más demandados, lejos de las aglomeraciones y asegurando un espacio de libertad y desahogo.

Desde Ruralka, su fundador y CEO, Rafael Ausejo, afirma que ‘el sector de los hoteles con encanto tiene una gran oportunidad para convertirse en el gran aliado para aliviar la tensión que la situación actual genera en todos los que vivimos en las grandes ciudades. Acercar el campo a las grandes urbes de una manera amable, auténtica y sostenible es uno de los grandes propósitos de Ruralka. Nuestros hoteles están inmersos en un proceso de adaptación constante, realizando propuestas diferentes cada semana y sirviendo de bálsamo para todo aquel que busque un lugar en el que evadirse y vivir una experiencia maravillosa en un entorno natural’.  

Entre las tendencias que se observan desde Ruralka, destaca la propuesta por parte de los hoteles de teletrabajar en el entorno de la naturaleza.

En estos casos, ofrecen ofertas especiales con el fin de que el viajero pueda combinar una parte de ocio en el campo con la oportunidad de trabajar en un espacio ideal lejos de la gran ciudad y la presión que esta representa en estos momentos. 

Teletrabajo en la naturaleza 

En ese sentido, por ejemplo, La Infinita, en Carmona -Cantabria-, una casona típica de arquitectura montañesa en el valle de Cabuérniga, ofrece a las empresas, la opción de reservar 4 habitaciones para un mismo departamento para hacer team building.

La oferta en este caso es de alojamiento y desayuno, sesión de deporte o meditación a primera hora, espacio de trabajo, coffee break y cena por 120 euros al día por persona. 

Por su parte, en El Castañar de Aracena, en Huelva, una casa de campo dentro de un bosque privado de 15 hectáreas y rodeada de castaños centenarios, ofrecen la posibilidad de alquilar la casa completa con todo el equipamiento ofimático y catering, adaptando en este caso el presupuesto a la necesidad de cada cliente.

O por ejemplo, Les Capçades, en Horta de Sant Joan -Tarragona-, capital turística y cultural de Terra Alta y próximo al Parque Natural del Ports, propone tres noches de estancia entre semana, con desayuno y espacio de trabajo por 330 euros donde concentrarse alejado de las distracciones y el bullicio. 

Planes al aire libre 

Otra de las fórmulas que están potenciando los hoteles para inspirar y atraer viajeros es la de promover las actividades al aire libre ahora que el espacio abierto es el más deseado.

Sumar experiencias en la naturaleza a la estancia en un hotel con encanto está cobrando hoy en día más importancia si cabe.

Así encontramos por ejemplo en Molino la Nava, en Montoro (Córdoba), una propuesta de noche, desayuno, comida y actividad guiada incluida para conocer de cerca la berrea y escuchar en la sierra los bramidos de los ciervos en pleno ritual reproductor.

En la sierra Norte de Madrid, en Gargantilla de Lozoya, la Hospedería del Valle Boutique Apartments, propone una ruta en bicicleta por el Parque Natural de Peñalara, facilitando el alquiler desde el propio hotel, para disfrutar de este ecosistema de alta montaña y extensos bosques de pinos.

Can Pou, en el Vall de Llémena, a 20 minutos de Gerona, propone una ruta espectacular de 9 kilómetros a pie desde el hotel, en la que poder subir a la cima del volcán del Puig d’Adri donde contemplar las vistas y las gargantas de Canet d’Adri.

Y en Torre do Río,  en Caldas de Reis -Pontevedra-, un complejo textil rehabilitado del siglo XVIII y bañado por el río Umia, la propuesta pasa por coger el coche e ir a contemplar el rompeolas en la playa de La Lanzada, donde la exaltación de la naturaleza cobra todo su esplendor por la fuerza del mar, donde además en esta época del año, se da un espectáculo de aves impresionante que llegan a pasar el invierno, como los colimbos, alcatraces y págalos.

Expreso. Redacción. J.R

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