Comienza la nueva temporada de sidrerías en Guipúzcoa

EXPRESO - 19.01.2008

Ir de sidrería no es sólo probar la sidra directamente de las barricas y degustar su característico menú; supone participar de una costumbre muy arraigada en Guipúzcoa y disfrutar de un ambiente singular. La nueva temporada comenzó el 16 de enero y se prolonga hasta abril.

Son tres meses por delante para visitar algunas de las decenas de sidrerías repartidas por Guipúzcoa.

En Guipúzcoa, las sidrerías están repartidas por una veintena de localidades. La mayoría se concentra en la comarca de Donostialdea. Astigarraga es considerada la capital de la sidra, con más de quince establecimientos. Hernani, Urnieta, Usurbil y Donostia-San Sebastián cuentan, asimismo, con diferentes sidrerías. En otras localidades encontraremos una o dos, como en Albatzisketa, Aduna, Aia, Ataun o Zerain.

Por lo que se refiere al menú es prácticamente igual en todos los establecimientos: tortilla de bacalao, bacalao frito con pimientos verdes, chuletón, queso con membrillo y nueces. La tradición marca comer de pie pero, hoy en día, no todas las sidrerías siguen esa norma.

Una carácterística común a estos locales es que la sidra se sirve directamente de las barricas. Estos establecimientos se convierten en un ir y venir de gente que, vaso en mano, se desplaza de la mesa a la bodega.

Cumplido el ritual, hasta el mes de abril, serán miles las personas que se acerquen a las sidrerías, desde las localidades y provincias cercanas, pero también desde Francia.

Los productores anuncian una sidra ‘más aromática, con cuerpo y mucha fruta fresca'.  Las bajas temperaturas han traído consigo una menor cantidad y tamaño en la manzana, pero también un caldo ‘de mayor calidad'.

Si se piensa ir a una sidrería, es recomendable reservar con antelación, sobre todo los fines de semana, dado que suelen estar completas. También es conveniente acudir sobre las ocho de la tarde, y hacerlo bien abrigado, puesto que se trata de una bodega. Para degustar la sidra en su plenitud, los expertos recomiendan servirse poca cantidad y beberla en el momento, para después volver a la mesa con el vaso vacío.

El comensal encontrará en cada barrica una sidra con matices diferentes. Se puede consumir la cantidad que desee, siempre atendiendo a las indicaciones del sidrero, que se encarga de abrir las barricas. Una vez abierto el barril, se forma una cola y cada persona espera su turno. A la hora de servirse, se aconseja inclinar el vaso hasta que la sidra rompa en una de las paredes y saque ‘chispas'.

Otro dato a tener en cuenta es que las sidrerías cierran pronto. No sirven café y copa, que pueden consumirse en el centro urbano.

Redacción. A.F

Comentarios