El parque de Xcaret, récord Guinness por la crianza de guacamayas

EXPRESO - 08.06.2011

GuacamayasEl parque temático Xcaret, en la Riviera Maya de México, ha recibido la certificación de Récord Guinness por conseguir el mayor número de guacamayas nacidas en cautiverio en el mundo. Este reconocimiento – el único récord mundial otorgado por Guinness World Records a un programa de reproducción de especie en peligro de extinción- alaba el esfuerzo y trabajo realizado durante más de una década para la preservación de esta especie en riesgo, una de las aves más espectaculares por su vistoso plumaje, pariente de pericos, cotorras, loros y cacatúas.
El parque temático acoge en su aviario 772 ejemplares de guacamayas, de las que 105 nacieron en un año.
Esta especie, cuyo nombre científico es ara macao, cruzaba el cielo por millares hasta hace no más de tres décadas, antes de que fuese diezmada por los cazadores furtivos y se convirtiese en un trofeo de zoológicos privados.
Para luchar contra esta situación, el grupo Xcaret desarrolló el programa Guacamaya, que ha permitido hasta ahora el nacimiento de 95 ejemplares de guacamaya roja y diez de la variedad verde gracias a actuaciones especiales, ya que esta ave encuentra muchos obstáculos para reproducirse en cautiverio o en zonas de reserva.
Este ambicioso programa se lleva a cabo bajo el estricto seguimiento de la normativa: todos los nacimientos cuentan con un registro ante las autoridades y cada ejemplar está debidamente identificado. Las guacamayas se tienen exclusivamente para exhibición y reproducción. Una vez desarrollados, estas aves serán liberadas en sitios estratégicos de la selva de Quintana Roo
Una complicada labor de reproducción y supervivencia
La crianza y reproducción asistida de esta especie no es fácil. Un aspecto complejo es que la guacamaya no tiene dimorfismo sexual (las hembras son iguales a los machos), por lo que los propios biólogos de Xcaret han desarrollado una técnica con procedimiento quirúrgico para saber a qué sexo pertenecen y poder formar parejas.
Por otra parte, la especie alcanza la madurez sexual entre los tres y cuatro años, pero una pareja no garantiza huevos fértiles ni intención de reproducirse. Requieren cuidados especiales, ambiente, nido limpio y alimento adecuado, así como buena salud. Una vez que ponen huevos, incuban hasta tres por puesta y requieren de 24 a 28 días de cuidados para garantizar el desarrollo de los embriones y tener una cría.
Las atenciones una vez que las crías rompen el cascarón son máximas. Los biólogos del parque sustituyen a los padres y se hacen cargo de la alimentación y cuidado de los polluelos con una dieta especial y horarios adecuados durante dos semanas.
A partir de los dos meses de vida reciben apoyo para desarrollarse, comer fruta y alimentos equilibrados. En la siguiente etapa se les ayuda a valerse por sí mismas, comer normalmente, y se les da atención hasta que desarrollan su plumaje.
Cada guacamaya requiere cinco meses para iniciar su entrenamiento y tres años más para reproducirse. Este esfuerzo puede obtener una gran recompensa, ya que en condiciones adecuadas estas aves tienen una larga vida, llegando a cumplir los cien años.
La guardiana del bosque y la selva
Para los mayas, que le llaman Mo, esta especie es la guardiana del bosque y la selva. La tradición maya cuenta que el dios Itzamná, señor de la creación, después de pintar la noche con estrellas escogió la más brillante, Ek, y le encargó cuidar el bosque.
Después se dio cuenta de que, además de la estrella, un animal debía hacerlo, por lo que seleccionó al ave más colorida y la nombró Mo. Los mayas creen que por eso la guacamaya puede hablar y tiene memoria y lucidez mucho mayor que otros animales. También le atribuyen cierta capacidad de raciocinio otorgada por los dioses mayas para cuidar la selva y los árboles.
Expreso. Redacción. A.F

Comentarios