Parma, Capital Italiana de la Cultura 2020

EXPRESO - 14.01.2020

Distinguida ciudad de arte, Parma sorprende con sus monumentos elegantes, iglesias, museos y espacios verdes, pero también es una ciudad de teatro y de música y una tierra de excelentes productos gastronómicos.

El rico patrimonio histórico, artístico y gastronómico ha servido para que Parma haya obtenido el título de Capital Italiana de la Cultura 2020: con un calendario de más de 500 eventos, este 2020 es el año perfecto para descubrir la ciudad.

Turismo de Italia, ENIT, nos informa y recomienda una visita a la bella ciudad italiana.

La visita de Parma debe empezar en la Plaza del Duomo, centro neurálgico del arte y del carácter sacro de la ciudad. Aquí se levantan los dos lugares símbolo: la Catedral, del siglo XII, uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica de Italia y cofre de obras renacentistas de relieve, como la espléndida cúpula con frescos de Correggio y, al lado, el imponente Baptisterio de planta octogonal, revestido totalmente de mármol rosa y embellecido con pinturas y frescos.

A pocos pasos de la Plaza se encuentra la Abadía de San Juan Evangelista, a espaldas de la Catedral. En el interior del conjunto monástico, fundado por monjes benedictinos en el año 980, puede visitarse la iglesia con frescos del siglo XVI de varios autores (entre ellos Correggio), los tres claustros distintos, la biblioteca y la especiería (la antigua farmacia).

Nuevamente desde la Catedral, en cinco minutos andando se llega al Monasterio benedictino de San Pablo, otra espléndida ocasión para sumergirse en la belleza.

El antiguo monasterio es hoy un museo que comprende la estancia pintada al fresco por Alessandro Araldi y el maravilloso Aposento de la Abadesa, reabierto al público desde hace poco, con los magníficos frescos de la bóveda, obra de Correggio.

Atravesando la zona verde de la Plaza de la Paz, en 4 minutos llegaremos al Palacio de la Pilotta, un conjunto monumental de finales del siglo XVI que comprende varios edificios. Con una sola entrada se pueden visitar las colecciones y tesoros artísticos de la familia Farnese: el Museo Arqueológico Nacional, la Galería Nacional, el Teatro Farnese, el Museo Bodoniano y la Biblioteca Palatina.

Desde el Palacio de la Pilotta en dirección a la Plaza de la Paz y recorriendo la calle Garibaldi, en solo tres minutos se llega al Teatro Real de Parma. Construido por deseo de la duquesa María Luisa en los años 20 del siglo XIX, es uno de los teatros más importantes de la tradición operística italiana.

Aquí se celebran espectáculos de ópera, danza, conciertos y recitales, destacando entre todos ellos los eventos del famoso VerdiFestival (celebrado en octubre, mes de nacimiento del gran compositor parmesano.

Un poco más allá, después del teatro, se encuentra una de las iglesias más importantes de la ciudad de Parma: la Basílica de Santa María della Steccata, del siglo XVII, que por su enorme cúpula pintada al fresco, además de las obras de Bernardino Gatti y del Parmigianino, bien merece una visita.

Sede, desde 1718, de la Orden Constantiniana de San Jorge, en su interior alberga también un tesoro de arte e historia, el Museo Constantiniano della Steccata, con capillas sepulcrales de la familia ducal, estatuas de madera y mobiliario sacro.

Girando a la derecha en la calle Mazzini y atravesando el Puente di Mezzo, se llega en pocos minutos al barrio Oltretorrente, donde se encuentra la Casa natal de Arturo Toscanini, uno de los mejores directores de orquesta de todos los tiempos.

La casa es hoy un interesante museo que exhibe muebles y recuerdos de época, objetos y trajes de ópera, y espacios evocadores como la Estancia del Piano y la habitación en la que, en 1867, nació Toscanini.

A pocos metros de la Casa natal de Toscanini se extiende el mayor jardín de Parma: el Parque Ducal, lugar ideal para un disfrutar de un paseo relajante antes de despedirse de la ciudad. Además de avenidas con árboles seculares, estatuas, fuentes, quioscos y zonas de juego infantiles, en el parque se encuentra el antiguo Palacio Ducal y el Palacete Eucherio Sanvitale, perteneciente a la época renacentista.

Degustar la enogastronomía parmesana

Parma posee una tradición enogastronómica de primer orden con platos y singularidades apreciadas en todo el mundo, como sus embutidos, el más conocido el Jamón de Parma (al que se le ha dedicado incluso un museo) -, el queso Parmesano y las recetas típicas tradicionales como la torta fritta (pan frito), los tortelli d’erbetta (raviolis de verduras) y otras muchas exquisiteces.

Esta destacada excelencia culinaria ha permitido a Parma conseguir, por primera vez en Italia, el título de Ciudad Creativa de la Gastronomía de la UNESCO.

Pero las bellezas del territorio parmesano se extienden incluso más allá del centro histórico urbano: los alrededores de la ciudad están llenos de testimonios de los tiempos en que Parma fue capital del Ducado de Parma y Piacenza.

Entre los numerosos castillos del Ducado, merecen sin duda una visita la Reggia di Colorno, conocida como la ‘Versalles emiliana’, a 15 km del centro de la ciudad; el Castillo de Torrechiara (a 20 km de la ciudad), situado en una ubicación panorámica encima de una colina, uno de los mejores conservados de Italia, y la Rocca Sanvitale, en Fontanellato (a menos de 20 km de Parma), con frescos del Parmigianino, todavía completamente rodeada por un foso, que mantiene intacta su belleza medieval.

Expreso. Redacción. A.F

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