Irlanda se ofrece como destino de City-Breaks

Las ciudades irlandesas parecen indicadas de cara a disfrutar de una pequeña escapada con una combinación de cultura, patrimonio histórico, paisajes, entretenimiento y espectáculos. Son modernas, cosmopolitas, vibrantes, pero no demasiado grandes como para que nos aturdan ni demasiado pequeñas como para aburrir.

Además de su actualidad y su ambiente cosmopolita, las principales ciudades irlandesas son ideales para una escapada por sus dimensiones, ofrecen diversas opciones, desde el arte más exquisito hasta el estilo más depurado, pasando por sus afamados pubs o sus exquisitos restaurantes.

Dublín vibra de energía, con una variedad de restaurantes, sofisticadas tiendas, pubs legendarios, galerías de arte, verdes parques, elegantes edificios, un trasfondo histórico fascinante y turbulento, y una situación privilegiada en el bello entorno costero del Mar de Irlanda.

Belfast es una de las ciudades más vibrantes de Irlanda del Norte. Con una población en torno a los 275.000 habitantes, que se duplica si contamos su área metropolitana, Greater Belfast Area, la ciudad que se atrevió a construir el Titanic cuenta con un sinfín de propuestas de toda índole que la sitúan a la cabeza del progreso en el universo del ocio, la restauración y la cultura.

Los amantes del shopping encontrarán en Belfast una amplia colección de productos desde los más tradicionales a los más modernos.

Es obligación para los compradores pasear por la zona central de tiendas, que va desde la calle Donegall Place hasta la Royal Avenue, y que es fácil recorrerla a pie. En el Mercado de San Jorge (el mercado cubierto más antiguo de Irlanda) el sábado por la mañana es el día de especialidades autóctonas agrarias y ofrece una gran variedad de productos autóctonos típicos de alta calidad.

Conocida como La Ciudad de las Tribus en honor a las 14 familias ancestrales más célebres de esta zona, Galway mantuvo durante largo tiempo relaciones comerciales con España, lo que dejó una gran influencia en su arquitectura, como es el caso del Spanish Arch y la Spanish Parade, una explanada donde los comerciantes acaudalados y sus familias disfrutaban de agradables paseos.

Galway es el auténtico corazón de la lengua irlandesa, con una vida cultural brillante y permanentemente activa que se traduce en el Festival de las Artes más importante de Irlanda; mezclado con la efervescencia juvenil que emana por tratarse de la ciudad universitaria por excelencia, convirtiendo sus noches en un espectáculo bastante nutritivo y dinámico donde la diversión y la fiesta es el plato fuerte del menú.

Los pubs compiten por ofrecer música en directo con los mejores grupos, una tradición musical que se remonta a la Edad Media, cuando los bardos celtas cantaban a los héroes, y ahora se ha convertido en un signo inequívoco de identidad nacional.

Con el sobrenombre de República Popular de Cork, la ciudad tiene un sabor muy diferente al de Dublín.

En Cork prevalece la libertad de espíritu, y su rica herencia cultural se refleja en su posición de Capital Europea de la Cultura 2005. Si añadimos la prestigiosa reputación de su  gastronomía, las tiendas, sus mercados y elegantes bares, es evidente que Cork es perfecta para una escapada urbana.

Expreso. Redacción. Q.R