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En la tierra de Darío y de Sandino (1) San Juan del Sur
EXPRESO - 16.01.2020
Por la senda de la división continental y con escala en el Cristo de la Misericordia, buscando el canal de Nicaragua
Una estupenda casualidad hizo que nuestra estancia en Nicaragua, en septiembre del 2019, coincidiese con el quinto centenario de la primera incursión que realizaron los españoles en esta tierra de lagos y volcanes. Gil González de Ávila fue el primero en explorarlas, en 1519. Vio el lago Cocibolca, al que llamó Mar Dulce, y su unión con el lago de Managua por medio del río Tipitapa, creyendo erróneamente que éste comunicaba con el Pacífico. En la región de Rivas habitaba Nicarao (o Nicaragua), el rey o cacique que tenía el poder en 1522 y pactó con el español asuntos de negocios y de credos.
Quizás Nicarao y Gil se reunieron en las cumbres de aquella cordillera, en algún punto crítico en el que cada gota de agua de lluvia puede acabar en el Atlántico o en el Pacífico, dependiendo de que la brisa la desplace unos centímetros. Justo en este paraíso, en el istmo de Rivas, entre dos océano, ahora, cinco siglos después, rodeados de aves exóticas, monos e iguanas, está el Parque de Aventura las Nubes, un punto de partida para emocionantes rutas; la más especial es el sendero que sigue la división continental de las Américas, esa línea que delimita la cuenca del Pacífico y la del Atlántico. Desde cualquier punto de esa senda, sólo con girar la cabeza vemos a un lado el mar del Sur y al otro, en el lago Cocibolca cuyas aguas vierten al Caribe, la isla Ometepe, la de los volcanes Concepción y Maderas, ambos de conos perfectos.
Es en el kilómetro 135,5 de la carretera a San Juan del Sur donde está el desvío para introducirse en la selva tropical que esconde este impresionante Parque privado, un lugar idóneo para la observación de la naturaleza y practicar deportes de riesgo. Para llegar es imprescindible el uso de vehículos especiales 4x4, que trepan literalmente por la ladera dejando atrás el Pacífico. Los mismos vehículos están disponibles para realizar excursiones atravesando el espeso bosque tropical, cruzando arroyos y subiendo montañas. Se puede hacer rapel desde una plataforma de 20 metros de altura; balancearse como Tarzán en el árbol más alto de la Reserva Natural a 30,5 metros sobre el suelo; atravesar las copas de los árboles usando puentes suspendidos; deslizarse por las tirolesas; usar el parque infantil, con construcciones de madera... El bar dispone de servicio de bebidas, bocadillos y almuerzos ligeros.
Hay varias razones para visitar el Mirador del Cristo de la Misericordia. Esta imagen, bien conocida en Nicaragua, es una escultura de 24 metros de altura realizada por el escultor y arquitecto costarricense Max Ulloa Rayo, por encargo del empresario Erwin González Bendaña, propietario de lujoso y exclusivo complejo residencial Pacific Marlin, en el que se ubica. Se trata de una estructura metálica revestida con fibra de vidrio y colocada sobre un pedestal de 9 metros de altura en el cerro Nacascolo, de 110 metros de altitud, que corona la península existente entre las bahías de Nacascolo, al NO, y de San Juan, al SE. El monumento merece la pena por sí solo, pero la vista de un tramo de costa tan amplio, la cordillera del istmo de Rivas y las montañas de Costa Rica a lo lejos, con la bellísima playa de San Juan del Sur a sus pies, deja extasiado al viajero. Desde su inauguración, en abril del 2009, se ha convertido en lugar de recepción de turistas, pero también en una referencia para los peregrinos cristianos.
El canal de Nicaragua es un sueño de siglo y medio largo, que quizás no se materializó por las disputas de ingleses y norteamericanos sobre el proyecto y el control del negocio, ya a mediados del siglo XIX. Pero ¿quién dice que no puede ser realidad en el XXI, aunque el empresario hongkonés del HKND Group parece ser que ha quebrado? Según hemos leído, el presidente Ortega, que no tira la toalla, resucitó el tema a mediados del año 2019, confiando en el milagro o en despertar la codicia de algún otro adinerado. De cualquier modo, la viabilidad del proyecto pasa por cruzar el istmo de Rivas y San Juan está en el punto más angosto. Da igual que la boca esté en Brito, aprovechando la desembocadura del propio río, San Juan del Sur es la referencia.
Texto y fotos: Manuel Bustabad Rapa
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