Cuba mira hacia Oriente (2). Cementerio de Santa Ifigenia, Santiago

EXPRESO - 03.07.2017

Santiago de Cuba, como decíamos, primera capital de la isla desde su fundación en 1515 hasta 1556, es conocida con el apelativo de Ciudad Héroe por su protagonismo y apoyo a los movimientos libertarios

Santiago de Cuba, como decíamos, primera capital de la isla desde su fundación en 1515 hasta 1556, es conocida con el apelativo de Ciudad Héroe por su protagonismo y apoyo a los movimientos libertarios. Por eso no es casualidad que su Cementerio Patrimonial de Santa Ifigenia, entre numerosos próceres, héroes, generales, músicos..., albergue también los restos de los tres hombres más decisivos en la historia de este país: Carlos Manuel de Céspedes, José Martí y Fidel Castro.

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Cementerio Patrimonial de Santa Ifigenia
Está considerado como el mayor museo al aire libre de la ciudad y en él predomina el color blanco del mármol, repesentando flores, madonas, ángeles y algunas cruces, entre otros símbolos.
 
Céspedes
En la avenida principal, bien identificado por las banderas, encontramos el panteón de Carlos Manuel de Céspedes y Borja del Castillo. Era natural de Bayamo, doctor en derecho por las universidades de Barcelona y Madrid, amigo personal del general Prim y líder de la insurrección cubana en 1868. Lo mataron en una encerrona en 1874 un mes antes de cumplir los 55 años. Fue el primer presidente de la República de Cuba y es considerado el Padre de la Patria. Su monumento funerario, realizado con mármol de Carrara por el escultor italiano Salvatore Bonne, representa la libertad y la gloria, por medio de las cadenas rotas y el laurel. Está flanqueado por dos banderas izadas permanentemente en sendos mástiles: La tricolor, presentada en el ingenio la Demajagua el 10 de octubre de 1868 (día de la proclamación de independencia), confeccionada por su esposa Candelaria Acosta, y la bandera cubana.
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Martí
En lugar preeminente del camposanto sobresale el sepulcro de Martí. José Julián Martí Pérez, natural de la Habana, cuyo sentimiento separatista nació posiblemente a sus 15 años con el grito de independencia de Yara, dado por Céspedes en 1868, era doctor en Derecho y Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza. Durante sus años de destierro viajó por numerosos países de Europa y América, dedicándose siempre a la causa independentista, a la enseñanza y a la literatura. Redactó las bases del partido revolucionario y murió en acción de guerra en Dos Ríos, en 1895. Tenía 42 años. Héroe Nacional de Cuba. Su mausoleo es una torre exagonal de 26 metros de altura, que tiene en cada esquina, a modo de cariátide, sendas esculturas representando las seis provincias (anterior división política). Al acercarnos descubrimos que tiene forma de templete en dos niveles. Desde el superior, abalconado hacia el interior y visitable, se puede contemplar, abajo, el ataúd cubierto por la bandera, que todos los días, en algún momento, recibe los rayos del sol. La guardia, permanente, se releva cada media hora entre gran expectación.
 
Fidel
Próxima a la de Martí está la tumba de Fidel Alejandro Castro Ruz. Fallecido el 25 de noviembre del 2016, sus cenizas reposan aquí desde el 5 de diciembre bajo una piedra de 43 toneladas, en cuyas formas redondeadas algunos quieren ver representado un grano de maíz. En la lápida se lee: FIDEL; suficiente para saber que es uno de los hombres más emblemáticos de esta época; cambió la historia de Cuba y resistió la presión mundial de los más poderosos durante medio siglo. Su tumba está equidistante al monumento a los mártires del 26 de julio de 1953 y al panteón de los caídos por el internacionalismo. Hemos sido testigos de la numerosa concurrencia que, ordenadamente y bajo la atenta vigilancia de los militares, visita el sepulcro de Fidel. La mayoría, para depositar una flor y hacerse un selfie.

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Numerosos muertos ilustres
En la misma calle que Céspedes están varios de los monumentos de mayor valor artístico, además de la tumba de Emilio Bacardí, el primer alcalde republicano de Santiago de Cuba. Y muy próximos los de la familia Maceo, con bandera también la de la madre de Antonio, Mariana Grajales, la Madre de la Patria... Tampoco podía faltar la tumba al soldado desconocido, que, con el nombre de Tumba al Soldado del Deber, esta dedicada a los españoles que lucharon a favor de la metrópoli.
Pero en la interminable lista de muertos notables no sólo encontramos políticos y militares, ideólogos y revoluconarios, en Santa Ifigenia reposan también innumerables personalidades de todos los ámbitos del arte y la cultura. Así, en el "Sendero de los trovadores" reposa Francisco Repilado, Compay II. Nos cuentan que sus restos están sobre arena de la playa Siboney, la más popular de Santiago de Cuba, donde nació. En la lápida figura el título de su última canción, "Las flores de la vida", junto con unas flores, su guitarra y su sombrero, en bronce. También están aquí los huesos de Perucho Figueredo, autor del himno nacional, y de Pepe Sancho, creador del son. Y otros, sorprendentes, como los del corso François Antommarchi Mettei, último médico de Napoleón Bonaparte y quizá su asesino, como se llegó a especular; en todo caso, autor de la primera operación de cataratas de Cuba.
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En el Oriente cubano son conscientes de que tienen la esencia: el germen de las etapas determinantes, además de la cuna y el sepulcro de sus líderes más influyentes. Sólo hay que repasar la Historia.
Era inevitable la visita a los difuntos, pero seguiremos contando cosas de Oriente, de vida y de futuro. Un futuro que se percibe muy vivo en las continuas filas de escolares que visitan a sus muertos.

Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa

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