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10 imprescindibles en una escapada de finde a Cracovia
EXPRESO - 02.09.2016
Cracovia es una ciudad amable, majestuosa, coqueta, animada… pero, sobre todo, es un destino perfecto para una deliciosa escapada de fin de semana
Cracovia es una ciudad amable, majestuosa, coqueta, animada… pero, sobre todo, es un destino perfecto para una deliciosa escapada de fin de semana. Especialmente desde España, gracias a los vuelos de Iberia Express que han comenzado este verano, ya que sus horarios permiten exprimir los dos días al máximo.
Los horarios de salida son desde Madrid a las 00.05 horas, dos días a la semana, y desde Cracovia a las 03.50 horas. Y el viaje comienza a bordo… gracias a la nueva plataforma digital de entretenimiento de la aerolínea española, a la que los viajeros pueden conectarse gratuitamente desde sus dispositivos móviles. Series, cortometrajes, prensa, música o guías de destinos son algunas de las opciones disponibles.
Pero no te harán falta guías para conocer Cracovia en un fin de semana, porque aquí te desvelamos los diez lugares imprescindibles para descubrirla. Sin prisas, porque esta ciudad luminosa y animada tiene casi todos sus must en el casco histórico, perfectamente abarcable caminando.
1. Planty
Rodeando completamente ese casco histórico (stare miasto), los ocho kilómetros de longitud del parque Planty son un cinturón verde de jardines de diferentes estilos que siguen el trazado de la antigua muralla. Un paseo arbolado que dan ganas de recorrer cada día, refrescante en verano y acogedor el resto del año. Entrando al centro por su parte oeste encontrarás un enorme edificio amarillo. Se trata del palacio episcopal. En su fachada, una imagen de san Juan Pablo II, cuando todavía era estudiante residía aquí.
Entrando desde el palacio episcopal hacia el centro se llega pronto al imponente edificio gótico del Collegium Maius (Colegio Mayor) de Cracovia, el edificio universitario más antiguo de Polonia. De hecho, tuvo entre sus alumnos al gran Copérnico. Merece la pena entrar a su patio porticado de ladrillo y piedra, y recorrer el museo de instrumentos históricos de astronomía, cartografía, física y meteorología, entre otras ciencias.
2. Plaza del Mercado
Es el centro neurálgico de la Cracovia histórica, y una de las plazas más bonitas y animadas de Europa. Aquí se celebraba el mercado de paños desde el siglo XIII, allá por la fundación de Cracovia. Hoy repleta de terrazas y coches de caballos que esperan a los turistas, aquí se encuentran tres edificios emblemáticos.
El primero, el propio mercado de paños, con sus puestos de artesanía tradicional que llaman al viajero. Ámbar, madera, cristal tallado…
En segundo lugar la Torre del Antiguo Ayuntamiento, la única parte que se conserva del viejo edificio. 110 escalones llevan a las plantas superiores donde se puede ver la maquinaria del reloj de la torre además de algunas fotografías históricas.
Y, por último, la Basílica de Santa María, símbolo de la ciudad con sus dos torres de diferente altura. Desde la más alta, cada hora sin falta, día y noche, suena la melodía de una trompeta en directo. Un bombero rinde así homenaje al trompetista que fue asesinado cuando trataba de alertar a los ciudadanos de la invasión de la ciudad.
En su interior, de visita obligada, un impresionante retablo de madera del siglo XV con más de 200 enormes figuras talladas.
3. Murallas y barbacana
Saliendo de la plaza por la calle Florianska se llega al único fragmento que se conserva de la antigua muralla de Cracovia. Además de servir como escaparate a las pinturas de artistas callejeros, la Puerta de San Florián conduce a la Barbacana circular, una curiosa construcción medieval de 25 metros de diámetro, única en su estilo.
4. Estación de ferrocarril
Justo junto a la barbacana hay un paso subterráneo peatonal que lleva desde el parque Planty hasta la estación de trenes. Aquí todavía se pueden ver besos de despedida en el andén, ferrocarriles con ventanillas que se abren… el tren aún no ha perdido su encanto en Polonia y vertebra el país.
Junto a ella, el gran centro comercial Galería Krakowska, con sus tiendas abiertas incluso en domingo, aunque también abren la mayor parte en el centro histórico.
5. Calle Grodzka
En el extremo opuesto de la Plaza del Mercado arranca esta calle Grodzka, peatonal, el paseo más famoso de Cracovia, que se dirige hacia el sur, a la colina de Wawel y su imponente castillo. Tiendas, cafés, restaurantes, casas de cambio… la oferta es amplia y deliciosa, porque los polacos son muy, muy amables con los viajeros.
Casi al final de la calle, las iglesias de san Martín y san Andrés son algunos de los ejemplos de varios estilos de edificios religiosos que hay en esta ciudad profundamente católica. Enfrente, la plazuela de Santa María Magdalena acoge un mercadillo de artesanía, actuaciones musicales y gastronomía.
6. Colina de Wawel
El imponente montículo a orillas del río Vístula que preside el sur de Cracovia alberga algunos de los monumentos más importantes de la ciudad. Aquí están el palacio real y la catedral, dos visitas imprescindibles.
Pero la leyenda vive a los pies de esta colina de Wawel. La estatua de un dragón que a ratos echa fuego por la boca recuerda al legendario animal que antaño devoraba a los ciudadanos. Hasta que un zapatero decidió engañarlo rellenando la piel de un cordero con azufre. Al dragón le provocó tanta sed que se bebió toda el agua del Vístula y explotó.
Actualmente es posible visitar la cueva del Dragón de Wawel durante los meses de verano, se accede a ella a través de un viejo pozo.
Palacio real
El palacio real preside un colorido recinto ajardinado, un placer pasear entre sus mil flores de variedades imposibles. Dentro, varios edificios en uno, que muestran la historia de Cracovia desde su fundación por el rey Segismundo el Viejo. No hay que perderse la impresionante colección de tapices, y las diferentes exposiciones permanentes y temporales, aunque es imposible visitarlas todas en un solo día.
Catedral
Oscura y realmente curiosa, guarda tanta historias como leyendas. La de santa Euduvigis, la reina niña que oraba ante el Cristo negro, o las reliquias de san Juan Pablo II, el Papa viajero del siglo XX. Como casi todas las iglesias de la ciudad, tiene entrada libre al culto libre y de pago para los turistas.
7. Fábrica de Schlinder
Fuera ya del casco histórico de Cracovia, una de las visitas más famosas de la ciudad es la de la Fábrica de Oskar Schindler, conocida mundialmente gracias al cine. Un recorrido por la ocupación nazi de Polonia que no se puede olvidar, aunque aquel dolor queda ya muy lejos, y este es un país vibrante y alegre.
8. Guetto
El distrito de Podgorze es el auténtico gueto judío de Cracovia. Aquí fueron confinados los judíos por el régimen nazi desde 1941. La plaza Bohaterów, plaza principal del gueto, acoge hoy el gran monumento de las sillas, un homenaje de Roman Polanski para recordarlos.
Impresiona especialmente por la noche, las sillas iluminadas. En la esquina, todavía pervive la farmacia del Águila, un lugar de confianza que ayudó mucho a los polacos judíos.
9. Barrio judío
Kazimierz, el barrio judío en el que vivían la mayor parte de los ciudadanos deportados al gueto, es actualmente una de las zonas más animadas y bohemias de Cracovia.
El antiguo edificio circular que era matadero ritual de aves en la Plaza Nueva alberga puestos de comida rápida tradicional. No hay que perderse los zapiekanki, bocatas de queso, champiñones y algo más, típicos de aquí. En los alrededores, restaurantes, galerías de arte y conciertos al aire libre conforman el paisaje del verano.
10. A tiro de piedra:
A las afueras de Cracovia, a poca distancia en coche, hay dos lugares que atraen la atención del viajero y cuya visita puede encajarse perfectamente en un fin de semana. Las excursiones pueden reservarse en cualquier agencia.
El tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz-Birkenau no necesita descripción. Dicen los que lo han visitado que hiela la sangre.
Mucho más agradable es la visita a las Minas de sal de Wieliczka, declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1978, una maravilla subterránea que no hay que perderse.
Guía práctica
Ahí van unos cuantos consejos prácticos para que tu viaje a Cracovia sea inolvidable.
Qué llevar
Desde España se puede viajar a Polonia con DNI o pasaporte. También conviene llevar la tarjeta sanitaria europea en vigor, ya que es válida en el país. Las tarjetas de crédito más comunes funcionan perfectamente aquí, y en la ciudad hay numerosas casas de cambio que no cobran comisión.
El huso horario es el mismo que en España, y el clima en Cracovia parecido al de la meseta castellana. En verano hay días de fuerte calor, aunque las temperaturas suelen bajar bastante por la noche.
Cómo llegar
Cracovia es una de las 15 nuevas rutas que Iberia Express ha estrenado en su programa de verano 2016. La ruta cuenta dos frecuencias semanales, los lunes y los sábados. Los precios de los billetes se encuentran desde los 49 euros, precio por trayecto (desde los 175 euros en clase Business Express) siempre que se compre ida y vuelta.
Dónde dormir
Un hotel perfectamente situado frente al Planty, y por tanto a orillas del centro histórico, es el Radisson Blu. Un cuatro estrellas muy cómodo que cuenta con wifi gratis, sauna y fitness incluidos en el precio de la habitación, y desde aquí se llega caminando a todos los lugares imprescindibles.
Dónde comer
En general, la polaca es una gastronomía contundente. Arenques, steak tartar, carne de vaca, cerdo, ternera, caza y aves son algunos de los ingredientes más representativos, y suelen estar deliciosamente cocinados… Las cartas y los rótulos están como mínimo en polaco e inglés, así que es fácil comprenderlos, y la amabilidad del personal hace el resto. Estos cuatro lugares nos han encantado:
The Piano Rouge, en uno de los laterales de la plaza del Mercado, su sofisticada decoración contrasta con la frescura de sus platos. Muy agradable comer también en su terraza.
Pod Baranem, św. Gertrudy. Elegante y clásico, uno de los mejores restaurantes de la ciudad, frecuentado por la última Premio Nobel de Literatura polaca, Wislawa Szymborska. Perfecto para probar auténtica gastronomía polaca. Como curiosidad, los entremeses se sirven con vodka, al estilo tradicional. Buenísima la verdura rellena de arroz y carne con salsa de boletus.
CK Dezerter, Bracka 6. Este pintoresco restaurante recrea la comida del periodo austrohúngaro de Polonia. El país ha sido en sus mil años de historia parte de varios imperios, y ha sufrido varias ocupaciones pero, al igual que el cuerpo de san Estanislao, su patrón, se volvió a unir. Hay que probar la sopa de boletus, servida en un bollo de pan rústico, y el codillo, muy bueno.
Pod Nosem, al sur del casco histórico, este restaurante chic sorprende con detalles como una vajilla española de la Cartuja de Sevilla, la espectacular presentación de su steak tartar, o la tabla de quesos ecológicos polacos, muy recomendable.
El café expreso es bueno en muchos lugares de la ciudad, y suelen servirlo con un vasito de agua, al estilo europeo. Además, hay locales que cuentan con zonas separadas para fumadores.
Qué comprar
Polonia produce uno de los mejores vodkas del mundo. También son típicas las artesanías de madera, desde sencillas cajitas policromadas hasta curiosos juegos de ajedrez a tres. Otro buen recuerdo son las joyas de ámbar, y el cristal tallado polaco.
Los mejores lugares para comprar son la Lonja de Paños, en la plaza del Mercado, y las calles Florianska y Gordzka, además de mercadillos callejeros como el de la puerta de San Florián.
Por toda Cracovia hay puestos de pretzel, una especie de rosquillas de pan muy ricas.
Cómo moverte
Caminando. El casco histórico de Cracovia es tremendamente agradable para callejear, y perfectamente abarcable a pie. Semipeatonal, porque junto a los viandantes conviven sin problemas coches de caballos, segways, coches eléctricos y bicis. Además, los robustos pero elegantes caballos de las calesas parecen bien cuidados.
Rodeando el centro, la red de tranvías de Cracovia lleva desde finales del siglo XIX vertebrando el resto de la ciudad.
Lo mejor
A pesar de que en Cracovia encontrarás muchos grupos de turistas, este destino es perfecto para viajes individuales, realmente fáciles de organizar. Solo hace falta reservar vuelo y hotel, los monumentos importantes cuentan con guías y audioguías en español. Y, sobre todo, las gentes son aquí extraordinariamente amables, así que el idioma no supone ningún problema.
Más información:
Turismo de Polonia www.polonia.travel
Texto y fotos: Ana Bustabad Alonso
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internauta (no verificado)
03.09.2016 - 17:54
Que días sale? Gracias