Por un Imserso sin edad que salve los hoteles

EXPRESO - 11.09.2020

Javier Jiménez, director de la Escuela de Negocios Turísticos FORST

Javier Jiménez

El panorama del sector turístico se ha convertido en un camino de cristales rotos sobre el que andar descalzo desde que a estas tierras llegó el virus de la Covid-19, que nos paralizó, nos sacó del camino y que sigue condicionando nuestra vida cotidiana y nuestra actividad empresarial: el turismo.

En esta situación, y superado el mes de agosto, es necesario hacer frente sin demora a nuevas medidas que permitan que un sector fundamental y estratégico, como nuestro turismo vacacional y urbano, tengan viabilidad. Si no, el panorama que se presenta en las próximas semanas es dantesco. El mes de septiembre va a suponer el cierre de los pocos establecimientos que han operado en los meses anteriores, aunque fuera con niveles de ocupación raquíticos, por tanto, los ERTEs seguirán siendo el pan nuestro de cada día. Y en noviembre y diciembre seguramente le llegará el turno a los EREs. Ahí el sector empezará a tocar fondo.

Las autoridades deberían preguntase cómo ayudar a un sector a que mantenga parte de su actividad, si no toda. Especialmente en el sector vacacional y urbano. Es fundamental evitar el cierre completo de todo el parque hotelero de nuestro país. Porque esta situación de block-out a largo plazo es un riesgo para la supervivencia de muchos hoteles y pequeñas cadenas. Corremos el riesgo de que muchas de ellas acaben bajo capital extranjero, mucho menos comprometido con nuestros territorios y con nuestros destinos. En estos casos, el capital se convierte en un agente cobarde cuando llegan situaciones complicadas o de descenso de la rentabilidad baja.

Para evitar esta situación, los planes de extensión de ERTEs son importantes. Pero hay otras herramientas complementarias, y seguramente mucho más baratas. Lo denominamos el “Imserso Intergeneracional”, un plan similar al convencional para mayores y jubilados, pero extensibles al resto de la población, sin límite de edad.

En la actualidad, los hoteles mantienen su actividad con una inversión del Estado mínima por persona y noche, una inversión rentable, que permite la recuperación de 1,54€ por cada euro invertido. Esta aportación a los planes convencionales del Imserso se ha convertido en una herramienta para salvar la temporada baja en muchos destinos. Su impacto sería mayor si se amplía este plan a los mayores de 18 años. Con una inversión mucho más barata que la que supone la aplicación de los ERTEs. Además, es una reclamación conocida por el sector que el presupuesto que estaba previsto para el Imserso que no se va a desarrollar, redunde en otro público objetivo como pueden ser los jóvenes.

Estos planes significarían que muchos hoteles podrían mantener las puertas abiertas, especialmente en destinos de costa y urbanos. De esta manera, los centros hoteleros abiertos dispondrían de un incentivo con el que generar oferta a costa de ajustar sus propios precios.

Es más, un plan de “Imserso Intergeneracional” permitiría que los hoteles adscritos a esta iniciativa pudieran crear ofertas comerciales. Así, de manera conjunta y con incentivos tan potentes, se podría movilizar a los clientes hoy remisos a desplazamientos, no por falta de capacidad económicamente necesariamente, sino por la ausencia de señales positivas. Esta iniciativa supondría, sobre todo, un revulsivo comercial con un coste ínfimo para el Estado y permitirá que los establecimientos ajusten los precios y creen una oferta que invite a los ciudadanos para viajar.

En otros países han optado por generar ofertas e incentivos directos al cliente para el turismo en las fronteras, como Italia y Francia. Entendemos que es más interesante un modelo Imserso que el destino de fondos a cargo perdido, porque su impacto es más equitativo, más repartido y de mayor impacto social y económico.

Son tiempos de imaginación, de resiliencia y de capacidad de inventiva. Sobre todo si la imaginación, la resiliencia y la inventiva está creada para generar futuro. Y de eso se trata, ya no de ganar el presente, sino de garantizar el futuro. Necesitamos medidas urgentes para la situación dramática que vive el sector turístico, y el hotelero en concreto. Necesitamos un Imserso sin edad que salve hoteles y destinos turísticos. Manos a la obra.

 

Javier Jiménez es el director de la Escuela de Negocios Turísticos FORST

 

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