Descubre la belleza natural de Cascais en invierno

EXPRESO - 25.11.2017

Ubicada en la costa oeste de Lisboa y popularmente conocida como la Riviera portuguesa, Cascais es una joya turística que alberga increíbles paisajes naturales

Ubicada en la costa oeste de Lisboa y popularmente conocida como la Riviera portuguesa, Cascais es una joya turística que alberga increíbles paisajes naturales.

Cascais_Cabo_da_RocaAunque sus bellas playas y arenales la han vinculado siempre con el turismo de sol y playa; hoy Cascais es un destino turístico atractivo en cualquier época del año. La clave: conservar lo mejor de su glamuroso pasado sin dejar de mirar al futuro, mantener su importante patrimonio natural y apostar por una rica oferta cultural, deportiva, lúdica y gastronómica que la han convertido en uno de los destinos más cosmopolitas de Portugal.  
Y es que Cascais, se está convirtiendo para los españoles en uno de los destinos favoritos para sus breves escapadas este otoño-invierno. Y es que los encantos de este enclave van mucho más allá de su oferta de sol y playa: tranquilidad, buen ambiente, suaves temperaturas, una rica gastronomía, salvajes acantilados, bellos arenales y olas de escándalo para los amantes del surf; espectaculares puestas de sol, un impresionante parque natural, castillos y palacios que parecen  salidos de un cuento de hadas, y esa mágica luz, tan difícil de describir como de olvidar, pero que lo envuelve todo y le otorga un halo especial.
Hoy bajo el nombre de Cascais no sólo se reconoce a la pequeña villa de pescadores portuguesa de la costa de Lisboa, sino también a toda la región que la rodea: desde la desembocadura del Tajo hasta la salvaje playa surfera de Guinxo, pasando por el Parque Natural de Sintra-Cascais, declarado Patrimonio de la Humanidad y reconocido como uno de los enclaves naturales más importantes de Portugal. 
Un paseo a pie es una magnífica manera de conocer la historia de esta villa, empezando por su centro histórico y su bonita Ciudadela.  En nuestro recorrido podemos visitar la iglesia de Nossa Senhora dos Navegantes, que data del siglo XVIII y es una de las más antiguas de Cascais, ya que fue de las pocas construcciones que no desaparecieron con el terremoto que afectó esta zona en 1755.
Desde allí podemos llegar hasta el ‘Barrio del Museos’ y hacer parada, entre otros, en el Museo do Mar, el Museo de Arte Moderno, la Casa das Historias Paula Rego, el Palacio dos Condes Castro Guimarães, y terminar el paseo en la Marina de Cascais, desde donde tendremos una maravillosa vista de la costa. 
De visita obligada
Dos paradas obligadas cuando salimos de Cascais en dirección a Sintra son Boca del Infierno y el  Cabo de Roca. 
La Boca del Infierno es una espectacular gruta que ha ido esculpiendo el mar a lo largo de los años y que debe su nombre a su forma y al ruido aterrador que provocan las olas cuando impactan contra las rocas los días de temporal. Podemos llegar en coche pero también en bicicleta, ya que hay una vía para cicloturistas, de fácil acceso, desde Cascais. 
El impresionante Cabo da Roca, ubicado en el Parque Natural de Sintra-Cascais, no sólo nos brinda unas vistas espectaculares, sino que tiene la singularidad de ser el punto más occidental de la Europa continental. A menudo, el viento es muy fuerte en la zona, por lo que hay que ir preparado si se desea disfrutar de estos salvajes acantilados que superan los 140 metros de altura sobre el nivel del mar.
El poeta portugués Luís de Camões definió el Cabo de Roca como ‘el lugar donde la tierra acaba y el mar comienza’ y realmente es ésa la sensación que uno tiene cuando lo visita. Ver una puesta de sol desde este punto es una experiencia más cautivadora. 
La magia de Sintra
El parque natural de Sintra-Cascais, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los enclaves naturales más importantes de Portugal, donde convergen en armonía la fauna y flora autóctonas. La variedad paisajística es también impresionante: frondosos bosques, dunas, lagunas, encantadoras playas y salvajes acantilados. No es de extrañar que escritores de referencia de la novela fantástica del siglo XIX como Lord Byron y Mary Shelley decidieran alojarse temporalmente en este enclave natural.
La niebla, que muy frecuentemente invade el bosque, le otorga un halo mágico y misterioso, que abruma por su belleza cuando sube y envuelve los bellos palacios que corona la Sierra de Sintra. Uno de los más emblemáticos es sin duda, el Palacio Nacional de Pena, que se levanta en la cima más alta de la sierra de Sintra, sobre las ruinas del monasterio de los Jerónimos del siglo XV. Se trata de una de las más grandes fantasías románticas del siglo XIX, hecho construir por el rey consorte de Portugal, Fernando de Sajonia. 
El palacio respira el encanto de un castillo sacado de un cuento de hadas.  Detacan también el Palacio de Queluz, conocido como el ‘Versalles Portugués’; el  Palacio de Monserrate, donde encontramos uno de los jardines románticos más importantes de Portugal;  Quinta da Regaleira, un  palacio majestuoso, con rincones y pasajes secretos que esconden historias relacionadas con la alquimia y la masonería;  el Palacio Nacional de Sintra; el Palacio de Mafra o el  Castelo dos Mouro, entre otros.  
Baños de sol todo el año
Las playas de Cascais son uno de los grandes atractivos para los turistas que la visitan. El clima suave que impera en esta región invita también en ésta época de año a tumbarse al sol y disfrutar de agradables momentos de relax en la playa, contemplando el mar, el paisaje y las piruetas de los numerosos surfistas que pueden practicar aquí su deporte favorito durante todo el año. 
Geográficamente, las playas se dividen en dos sectores completamente distintos. Quien desee encontrar su pequeño paraíso, tendrá que buscarlo en la Costa Sur (Tamariz, Cascais, Carcavelos).
Playas con encanto que se abren en pequeñas calas, rodeadas de elegantes villas y palacetes, al estilo de la Costa Azul francesa.  
Por el contrario, quien prefiera entornos más salvajes, deberá buscarlos en la Costa Norte (Guinxo, Adraga, Praia Grande), en pleno parque natural, donde predominan los acantilados, entrecortados por playas de enérgicas aguas, fuertemente yodadas. 
La playa de Guinxo, integrada en el Parque natural Serra da Sintra, tiene una de esas bellezas salvaje que sobrecogen. Una buena manera de conocerla es recorriendo en bicicleta los 9 km paralelos al mar que llevan hasta esta playa, auténtico  paraíso para surferos y amantes del kite surf por su intenso oleaje. 
Expreso. Redacción. J.R

Comentarios

lector (no verificado)

Sin duda un destino con todas las combinaciones deseadas para una escapada de invierno.