Tras los pasos del Papa Francisco en la argentina Córdoba

EXPRESO - 24.03.2013

Las Estancias Jesuíticas de Córdoba, en Argentina declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2000, redescubren algunos de los sitios en los que hizo vida el Papa Francisco

Cordoba_estancia_jesuiticaLas Estancias Jesuíticas de Córdoba, en Argentina declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2000, redescubren algunos de los sitios en los que hizo vida el Papa Francisco. Desde hace más de 400 años, el interior Córdoba alberga entre sus riquezas iglesias y casonas erigidas por la Compañía de Jesús. Después del importente nombramiento eclesiástico, la zona se ha convertido en una de las más visitadas del país.    

La provincia de Córdoba, situada en el corazón de la Argentina, se constituye como uno de los destinos turísticos más elegidos los 365 días del año. Privilegiada por un microclima de temperaturas cálidas y baja humedad, ofrece variedad de atractivos culturales, históricos y de aventura, a los que se le suma una nueva ruta: la transitada por el Papa Francisco.    
Desde el nombramiento del primer Papa argentino, sacerdote de la congregación Jesuita, curiosos de todo el mundo llegan al país a conocer la tierra que lo vio nacer. Uno de los destinos más buscado es el circuito de Estancias Jesuíticas de Córdoba que, con un renovado interés turístico, ofrece servicios y productos de gran interés.    
‘La atracción que ha despertado la elección de este primer papa argentino y latinoamericano, ha puesto en foco a Córdoba y a su enorme patrimonio religioso’, ha informado Gustavo Santos, presidente de la Agencia Córdoba Turismo.    
Turismo patrimonial 
La ciudad Capital de Córdoba es la segunda urbe más importante del territorio, después de Buenos Aires, y de muy fácil acceso desde distintos puntos del país. Con un rico patrimonio arquitectónico, invita al viajero a recorrer iglesias, conventos y casonas levantadas hace más de cuatro siglos por los jesuitas. Un conjunto de construcciones originales reconocido como Manzana Jesuítica.    
Junto a diversas estancias distribuidas en el interior provincial, que eran utilizadas por los misioneros como sustento económico, dan cuenta de la historia colonial de la Argentina, y fueron declaradas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. En este paseo rural, se aprecia la fusión de arte nativo con estilos barrocos, y se visitan los campos donde cosechaban alimentos y criaban animales.    
Con acento italiano 
La primera estancia organizada por la Compañía de Jesús en 1616 fue La Caroya, ubicada en el extremo oeste de la urbe, a unos 44 kilómetros de la ciudad Capital por Ruta Nacional 9. Un caserón colonial, rodeado de arboledas y vides, que fue vendido al fundador del Colegio Monserrat y se convirtió en gran productor de maíz, trigo, frutas, vino, miel y algarrobo.
La estancia sirvió como solar veraniego de los estudiantes del Monserrat, entre los que pasaron Juan José Paso, Nicolás Avellaneda y los hijos del Virrey Liniers. Y en medio de las guerras independentistas que se desataron a principios del 1800, Caroya se convirtió en la primera fábrica de armas blancas.
En 1854 pasó a manos del Gobierno nacional y, finalmente, fue albergue de inmigrantes italianos.    
Los nuevos pobladores se encargaron de organizar el actual conglomerado de Colonia Caroya, en  las inmediaciones del casco. Alrededor de la casona, el circuito incluye un paseo por la capilla, el perchel y el tajamar. Además, funciona allí un Museo Pluritemático y un Centro de Interpretación.    
En las habitaciones del claustro, hay objetos y muebles antiguos, entre arcones de madera, sillones fraileros y pinturas cuzqueñas. Para los amantes de las armas, se exhiben ejemplares de guerra, además de sables y espadas.
Y entre las reliquias más preciadas hay un enorme tonel con prensa para uvas, donde todavía los descendientes de  las familias italianas producen el famoso vino frambua. Las visitas a esta estancia se realizan de martes a viernes de 8 a 18, y los sábados y domingos de 9 a 15, con una entrada estimada en 1 dólar.   
El vino más famoso 
Cuatro kilómetros más al norte de La Caroya, a través de la Ruta Nacional 9, se ubica la Estancia de Jesús María, uno de las áreas productivas más importantes de la Compañía de Jesús y la segunda adquirida. Como parte del camino real, concentraba aborígenes asalariados y cerca de 300 esclavos.    
Una vez expulsados los misioneros del país, la estancia pasó a manos privadas hasta que en 1941 fue adquirida por el Gobierno nacional y declarada Monumento Histórico. Desde entonces funciona como museo y recrea las condiciones originales del emprendimiento.
Uno de los hechos que distingue a esta estancia, cuya fama trascendió fronteras y continúa en estos día, fue la elaboración del lagrimilla, un vino realizado a partir del mosto de 48 mil cepas, que llegó hasta la mesa real de Felipe V, en Madrid. En la planta baja, hoy se encuentra una colección de piezas arqueológicas.
El tesoro jesuítico de Jesús María es la Inmaculada de madera, el Cristo de la Paciencia, los querubines legados por los guaraníes y otras tallas de gran contextura americana. Las visitas guiadas es necesario contratarlas con anticipación, y el acceso es de 0,50 dólares, de lunes a viernes de 8 a 19, sábados, domingos y feriados de 10 a 12, y de 15 a 19. Para llegar, se cruza el río Jesús María a través de un puente de hierro hacia Sinsacate.   
La más grande
Fundada en 1622, la Estancia Santa Catalina se constituye como la siguiente parada de este camino por el pasado colonial de la Argentina. En dirección norte y siempre sobre la Ruta Nacional 9, dista unos 70 kilómetros de la ciudad de Córdoba y 20 de Jesús María. Declarada Monumento Histórico Nacional, permanece todavía en manos privadas.   
Tras la expulsión de la Orden, Don Francisco Antonio Díaz adquirió la estancia en una subasta, cuyos descendientes ocupan hoy unas 60 habitaciones de la residencia. Por ello, para recorrer el área es necesario solicitar permiso. Y de esa forma, se degusta en el itinerario algún plato casero en una pulpería campestre, donde funcionaba la ranchería de aborígenes y esclavos.     
La primera gran obra de los jesuitas en esta estancia fue la construcción de conductos subterráneos para el abastecimiento de agua, desde Ongamira. Este avance permitió la cría de miles de cabezas de ganado, como así también  actividades en telar, herrería y carpintería. Uno de los distintivos es la Iglesia, visiblemente influenciada por la arquitectura centroeuropea. Al edificio, se suman claustros que cercan los patios, galerías, talleres, caballerizas y depósitos. Si bien las visitas se pueden realizar todo el año, de martes a domingos de 10 a 13 y de 15 a 19.
Para llegar desde Jesús María o Colonia Caroya, se toma la ruta E-66 hacia Ascochinga.      
En las afueras de la capital cordobesa se desarrollan actividades de turismo aventura, como travesías 4x4, pesca de pejerreyes y truchas, mountain bike, parapente y trecking. Por las noches, la ciudad ofrece una activa vida nocturna y cultural. Los sabores imprescindibles son: salames, quesos comunes y de cabra, aceites de oliva, dulces, alfajores, vinos, fernet con cola y cabritos.   
Cómo llegar 
Desde Buenos Aires el acceso terrestre es por Ruta Nacional 9, Autopista 008, Ruta Provincial 26, nuevamente la 9, las autopistas 9 y 019, la Ruta Nacional 19 y otra vez la nacional 9. La distancia a Capital Federal es de 713 kilómetros; a Neuquén 1.157; y, a Rosario 401.
El aeropuerto internacional de Córdoba, más conocido como ‘Pajas Blancas’, es uno de los más importantes de Argentina. Opera con varios destinos domésticos, tiene vuelos a países limítrofes y también a Lima, Panamá y Madrid. El tren desde Retiro sale lunes y viernes, a las 20.35, con tarifas desde 8 dólares.
Expreso. Redacción. A.F

Comentarios

Marta Álvarez … (no verificado)

En la ciudad de Córdoba se encuentra la Manzana Jesuítica, que durante casi doscientos años fue sede de la capital de la provincia del Paraguay (hoy Sur de Bolivia, Paraguay, parte de Brasil, y Argentina) Allí vivió el Papa Francisco durante los años 1991 y 1992.
Desde hace muchos años el Servicio de Guías de Turismo de Córdoba, A.C. realiza visitas guiadas diariamente a estos lugares.
guiasdecordoba@gmail.com
PD. las rancherías eran para los esclavos únicamente, los aborígenes vivían más apartados.