Turismo astronómico en la provincia argentina de San Juan

EXPRESO - 08.04.2012

Al suroeste del territorio sanjuanino, en pleno Cuyo argentino, dos observatorios sorprenden al viajero en el Parque Nacional El Leoncito e invitan a disfrutar las maravillas del firmamento 275 noches al año

Argentina_Observatorio_El_LeoncitoAl suroeste del territorio sanjuanino, en pleno Cuyo argentino, dos observatorios sorprenden al viajero en el Parque Nacional El Leoncito e invitan a disfrutar las maravillas del firmamento 275 noches al año. Al itinerario, se suma una de las mejores pistas de carrovelismo del mundo y el rastro de milenarias culturas aborígenes.

A unos 180 kilómetros de la ciudad Capital de San Juan, uno de los paseos turísticos de aventura que más sorprende al turismo extranjero es el que se erige en torno al Parque Nacional El Leoncito, en pleno Valle de Calingasta, donde miles de visitantes se acercan anualmente para disfrutar uno de los mejores avistajes de estrellas que se realizan en la Argentina.
Ubicado al suroeste del territorio provincial, el circuito se ubica entre las ciudades de Calingasta y Barreal, cada una de ella con encantos particulares, entre grandes extensiones de plantas aromáticas, antiguas iglesias de origen jesuita y cuevas entre picos cordilleranos –que separan la región de Cuyo de Chile- donde fueron hallados los rastros de antiguas culturas aborígenes.
Con la vista al cielo
Al sur de la ciudad de Barreal y con acceso por la Ruta Provincial 412, el viajero accede luego de 40 minutos por una cornisa al denominado Barreal Blanco, un área totalmente desértica donde se creó el Parque Nacional El Leoncito. Se trata de 76 mil hectáreas que hace millones de años pertenecían a un lago.
El área se transformó en reserva desde 1994, con el objetivo de conservar muestras representativas de la vegetación del monte puneño y altoandino, así como de erigir un hábitat seguro para especies amenazadas, entre las que se encuentran guanacos, varios tipos de lagartijas, chinchillones, águilas moras y halcones peregrinos, que se exhiben entre las montañas más elevadas.
El atractivo principal lo constituyen el Complejo Astronómico El Leoncito y el Observatorio Astronómico Dr. Carlos Cesco, al que se acercan miles de personas para apreciar las maravillas del suelo y su firmamento. Se trata de un sitio privilegiado de excelentes cualidades atmosféricas, en el cual la claridad del cielo permite la observación de los astros en un promedio de más de 275 noches al año.
El primero de los complejos, ubicado a unos 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar, está equipado con un telescopio de alta complejidad; y, el segundo, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, posee características técnicas que lo distinguen entre los más importantes del hemisferio sur.
Urbes turísticas
El circuito del río y las estrellas al sur de la provincia de San Juan, se concentra en el Departamento de Calingasta, donde se encuentran las localidades de Villa Nueva, Puchuzúm, Villa Corral, La Capilla, Villa de Calingasta, La isla, Hilario, Colón, Sorocayense, Barreal y  Tamberías.
La Villa de Calingasta, se ubica a unos 1.500 metros sobre el nivel del mar, donde ríos, montañas y valles deslumbran al visitante todo el año, con un micro clima privilegiado. Entre sus principales atractivos, se encuentra al Cerro Alcázar que, según cuenta la historia, fue un área de asentamiento de los aborígenes Huarpe.
El poblado, surcado por los ríos Los Patos y Castaño, limita al sur con la provincia de Mendoza y al oeste con el vecino país de Chile. Fue fundado en 1866 y su denominación significa “pueblo de los habitantes o indios de Calián”, en el dialecto diaguita. En sus inmediaciones, se observa aún la traza del antiguo Camino del Inca, y el rastro de las culturas de Fortuna, Morrillos y Ansilta.
Otra de las villas turísticas más importantes de la región es Barreal, enmarcada por la Cordillera de los Andes y caracterizado por las típicas alamedas y acequias con agua de deshielo que bordean sus calles. Un destino que, además de paseos astronómicos, ofrece salidas de pesca, trecking, cabalgatas y travesías 4x4.
La pequeña urbe es ideal para alejarse de los ruidos citadinos y despertar los sentidos en contacto con la naturaleza. Elegido habitualmente por expedicionarios de alta montaña, posee también capillas construidas por las órdenes jesuitas y milenarias cuevas con los rastros de un pasado aborigen.
Situado a la vera del Río de los Patos, cuenta también con desafiantes bajadas de rafting, y entre las excursiones imperdibles están el Paseo de los Enamorados y el Museo Arqueológico, donde se exhiben cuerpos momificados hallados en la zona. Para sumar al paseo, hay:
-   Un cementerio indígena al que se recomienda asistir con guía local.
-   La Capilla Nuestra Señora del Carmen.
-   El Museo Histórico Hermanos Nacif Weiss sobre Avenida de la Roza al 1.500
-   El Museo Enzo Valentín Manzini, sobre Ruta Provincial 12, en las afueras de Zonda, donde se exhiben máquinas utilizadas en la Imprenta del siglo XIX, así como viejos elementos de trabajo rural y vitivinícola.
-   El Museo Geográfico Einstein, también sobre la Ruta 12, pero en cercanías de Rivadavia.
Adrenalina y diversión
Para los más aventureros, se erige en el mismo Barreal Blanco una de las mejores pistas de carrovelismo del mundo, un deporte no convencional que se practica con autos a vela, los cuales corren empujados por fuertes ráfagas de viento y llegan a superar los 135 kilómetros por hora.
La planicie arcillosa blanquecina, que prácticamente no presenta declives, ofrece 14 kilómetros de largo y poco más 400 metros de ancho para que los carros avancen en forma de zig zag. Allí, hay prestadores de servicios turísticos que comercializan paseos para dos personas, y enseñan a los viajeros a maniobrar los excéntricos vehículos.
Costumbres y tradiciones
·   Uno de los rituales típicos de la región de San Juan son las obligadas siestas que siguen a los almuerzos caseros.
·   Cuna de maestros artesanos, además de la feria dominical en la plaza principal de Barreal, abundan los talleres de trabajadores criollos en madera, soga y tejidos.
·   En las afueras de las urbes turísticas, se aprecian plantaciones de manzanas, así como hierbas aromáticas, y cultivos de zapallos, cayotes, membrillos y tomates, con los que se elaboran dulces caseros.
·   En la cocina tradicional, sobresalen tortas al rescoldo, panes con chicharrón, clásicas chuchocas, humitas, locros y empanadas. Y, entre las especialidades, figura el pollo calingasteño.
Apartados sanjuaninos
-   A unos 450 kilómetros de la ciudad Capital, una de las excursiones recomendadas es al Parque Nacional San Guillermo, con una extensión de 150 mil hectáreas, al que se accede sólo en vehículos 4x4. Situado al norte de San Juan, alberga la mayor cantidad de vicuñas y guanacos de la Argentina.
-   El otro destino recomendado de la provincia es el Parque Provincial Ischigualasto, más conocido como el Valle de la Luna, donde se descubren restos pétreos con más de 250 millones de años, que describen con sus colores y texturas cómo fueron los orígenes del mundo.
Cómo llegar
-  En avión, el acceso al Valle de Calingasta se realiza a través del Aeropuerto Las Chacritas, ubicado a 12 kilómetros de la ciudad Capital, y desde allí se sigue en transfer u ómnibus a Barreal.
-  Por vía terrestre desde Buenos Aires, se accede por Ruta Nacional 7 hasta el empalme con la 40 -una vía que recorre casi todo el país de norte a sur- en Mendoza, para luego seguir al norte hasta el destino seleccionado.
Dónde dormir
-  Las tarifas de hospedajes en la ciudad Capital varían entre 126 y 40 dólares, de acuerdo a  hoteles, cabañas, alojamientos rurales, campings o aparts.
-  En Barreal, hay posadas de alta gama por 105 dólares, tres estrellas alrededor de 70 dólares, cabañas por 25 dólares y hostales económicos por menos de 10 dólares.
Expreso. Redacción. T.R

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