Barceló Formentor recupera el menú Príncipes de Mónaco en su luna de miel

EXPRESO - 12.06.2011

Los Principes de MonacoComo homenaje al inminente enlace real en Mónaco, entre el Príncipe Alberto y Charlenne Wittstock, el Barceló Formentor rescata de su archivo el menú que sirvió a Rainiero y Gracia de Mónaco en abril de 1956, cuando los Príncipes se alojaron en este icónico establecimiento tras su boda. Andreu Genestra, chef del restaurante El Pí, del hotel, recupera los platos que degustaron los Príncipes, utilizando ingredientes locales de la zona, en una mezcla perfecta entre tradición y modernidad.
Con la reedición del menú que tomaron a su llegada, el hotel, testigo directo de aquel cuento de hadas, rinde su particular homenaje a una pareja que marcó la isla, el hotel, y a todos los mallorquines que coincidieron con ellos durante su estancia; además de a Alberto de Mónaco por su próximo enlace. De rememorar el viaje de sus padres, además de disfrutar de la misma cena, podría alojarse en la suite 322, donde hace 55 años lo hizo la pareja real, y que fue nombrada la ‘Grace Kelly suite’ en honor a su madre.
El menú ‘Príncipes de Mónaco’ tiene como entrante, consomé Renaissance; de primer plato, langosta mediterránea fría pochada con salsa de marisco y crema Chantilly; ave de Bresse a la Estrasburguesa con setas laminadas, de segundo plato; y como postre Biscuit Glacé Amandine y ensalada fría de frutas de la isla. Un menú en el que impera la calidad de la materia prima, sin atisbos de cocina complicada, en sintonía con el de las Cenas de Gala en el Barceló Formentor en aquella época: lujo clásico sin artificios que los huéspedes podrán disfrutar este verano.
Sobornos por una foto y galletas con nombre de princesa
De este modo, el hotel también homenajea a sus huéspedes, a los que ofrece la posibilidad de probar los platos que los Príncipes de Mónaco tomaron durante su primera estancia en el hotel; y es necesario especificar que fue en la primera, pues su luna de miel no fue la única visita a este mítico establecimiento (de hecho, para Rainiero tampoco era la primera): el Barceló Formentor fue un lugar muy querido por la familia real monegasca, que lo visitó en diversas ocasiones.
El príncipe Pedro, padre de Rainiero, fue un entusiasta del paisaje de este reducto de intimidad en plena naturaleza y Grace Kelly y Rainiero sentían una especial predilección por el Barceló Formentor. Regresaron en 1960 y 1961 con Onassis y María Callas, siempre por mar a bordo de los lujosos yates del armador griego; y en 1964 volvieron con sus hijos Carolina y Alberto.
La predilección era recíproca, pues Grace Kelly dejó su impronta en Mallorca. Un empresario local, dueño de una fábrica de galletas, llamó ‘Quely’ a sus galletas después de conocer a la bella princesa. Estas galletas se siguen produciendo hoy y son las más vendidas de la isla.
No es la única anécdota que dejaron sus visitas: durante su luna de miel, los fotógrafos tenían en una instantánea de los recién casados su pieza más codiciada. Los empleados, siempre atentos de velar por la intimidad de los huéspedes, interceptaron el paso a la prensa.
Cuentan que los corresponsales de Paris Match sobornaron a la Guardia Civil para que disparara unos cartuchos con la intención de llamar la atención de la pareja una vez fuera del hotel y poder tomar así buenas fotografías.
El precio del menú ‘Príncipes de Mónaco’ se ha establecido en 70 euros +IVA por persona.
Expreso. Redacción. A.F

Comentarios