Reabrió al turismo el Real Alcázar de Sevilla

EXPRESO - 16.06.2020

El Real Alcázar de Sevilla ha vuelto a abrir sus puertas el día 15 de junio con un itinerario ordenado, aforado y seguro y una programación cultural al completo.

Se puede reservar ya y todas las entradas se venderán online para minimizar riesgos y serán nominativas (nombre, apellidos y DNI, sistema aprobado a primeros de año para poner en marcha en verano) y el aforo se rebajará a un tercio, con 125 personas cada media hora y con mascarillas.

El recorrido estará marcado, aforado, vigilado y sin vuelta atrás para el evitar cruce de personas y las aglomeraciones en las zonas más visitadas, y servirá de experiencia para evaluar su continuidad en el Palacio Mudéjar más allá de la crisis sanitaria.

El delegado sevillano de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, ha concretado los detalles de la reapertura del que es el quinto conjunto patrimonial más visitado de España con control y registro de público –tras la Sagrada Familia de Barcelona, la Catedral de Santiago de Compostela, la Alhambra de Granada, la Catedral de Sevilla y a la par de la Mezquita de Córdoba, y exceptuando los museos del Prado y el Reina Sofía de Madrid– y, además, el primero de envergadura en retomar su plena actividad en la capital hispalense.  

‘Es el momento idóneo para que la ciudad haga suyo el Real Alcázar de Sevilla y disfrute al máximo de la visita. A pesar de que en las primeras semanas no habrá trasiego de turistas ni, por tanto, ingresos para el mantenimiento de este conjunto palaciego, hemos decidido reabrir asumiendo un importante coste municipal para que las y los sevillanos, quienes acceden gratuitamente, tengan la oportunidad de conocerlo con todo su esplendor y que sea un enclave más de sus paseos y visitas tras el largo proceso de confinamiento por la pandemia’, según ha argumentado Muñoz, quien ha estado acompañado por la directora conservadora del monumento, Isabel Rodríguez, y una representación de los trabajadores del mismo.  

El Real Alcázar reabre tras un pormenorizado trabajo de reordenación del itinerario para garantizar el cumplimiento de las exigencias de seguridad sanitaria y distanciamiento social tanto para trabajadores como para los visitantes.

Las reservas se pueden realizar ya, íntegramente vía online, en la web oficial del monumento y las entradas serán nominativas, es decir, con nombre, apellidos y DNI, según el sistema ya anunciado a primeros de año.

Por el momento, no habrá taquilla ni pago en metálico, hasta que la nueva taquilla que se construye junto la Puerta del Apeadero entre en servicio y se trasladen para su venta aquellas entradas que hayan sobrado de la reserva por internet.

Con ello, se prioriza la venta online, que permite reservar día y hora concreta y el control digital del acceso –sin billete impreso, basta con el soporte digital por móvil o tablet– se reducen los riesgos del contacto entre el personal y los visitantes y, además, la entrada nominativa facilitará, a efectos de las autoridades sanitarias, la identificación de grupos de visitantes que hayan coincidido con alguien que diera positivo por coronavirus.  

El aforo anterior de 750 visitantes pasa a 250, con 125 cada media hora, con el objetivo de evitar las colas o la concentración de personas en el itinerario interior.

Las visitas serán individuales o en grupos de hasta 20 personas, siempre que se garantice el distanciamiento social, y con la responsabilidad de padre o tutores de mantener controlados a las y los niños menores de 12 años.

En el acceso, se fijarán distintos elementos para garantizar los dos metros de distanciamiento social y, además de pasar por el escáner de seguridad –como antes–, llevar mascarilla obligatoria y opcionalmente guantes y lavarse las manos con gel desinfectante, el visitante será sometido a una prueba de temperatura. 

Ante la imposibilidad de cumplir el distanciamiento social, determinados espacios cerrados estarán cerrados al público, entre ellos el Cuarto Real Alto –decisión acordada con Patrimonio Nacional para la que es la residencia oficial del Rey durante su estancia en Sevilla–, los Baños de Doña María de Padilla y la Sala de la Justicia, así como el Semisótano del Palacio de Pedro I o el Jardín del Laberinto.

Pero la principal novedad en cuanto al itinerario es que no será libre, sino un recorrido obligatorio y delimitado con catenarias y otros elementos, con alternativas para las personas con movilidad reducida y sin posibilidad de carril de vuelta, es decir, una vez iniciado no cabe posibilidad de vuelta, salvo circunstancias excepcionales y mediante acompañamiento de un vigilante. 

Con este itinerario marcado, y del que sólo cabe cierta relajación en el Patio de la Montería y en los jardines al ser espacios abiertos, y siempre guardando la distancia de seguridad, se pretende eliminar el cruce de personas y garantizar el distanciamiento social, al tiempo que evitar las aglomeraciones en aquellos espacios más visitados del Real Alcázar, que coinciden con el Palacio Mudéjar, y llevar los flujos hacia los jardines, en cuya riqueza vegetal se quiere incidir.   

Cada una de las salas se aforará a un tercio de su capacidad y en cada una de ellas habrá vigilante para su control –el personal de vigilancia pasa de 15 a 27 vigilantes, sin contar con el personal propio del Real Alcázar–.

El delegado Antonio Muñoz ha destacado el trabajo minucioso y exhaustivo que se ha tenido que acometer para salvar las distancias de seguridad y ha puesto como ejemplos tres de los enclaves más visitados: en la Galería del Grutesco tan sólo pueden estar simultáneamente 8 personas, sólo 9 en el Patio de las Muñecas y sólo 6 en la Sala de los Infantes.

Para ello, se han tomado en cuenta estudios de capacidades de los distintos espacios y el plan de autoprotección del Real Alcázar. 

Expreso. Redacción

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