El encanto de las fallas vuelve al Pirineo de Lleida

EXPRESO - 05.06.2023

Las fallas del Pirineo, una fiesta ancestral llena de magia y misterio, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, volverán a iluminar este verano las noches de varios municipios.

El Pirineo leridano vive en los meses de junio y julio la singular tradición en la que un grupo de jóvenes —o no tan jóvenes— baja de la montaña con troncos encendidos, las llamadas fallas, hasta el centro del pueblo, donde les esperan el resto de habitantes, y encienden una gran hoguera, normalmente un gran tronco preparado durante semanas. La noche sigue con música y danza.

La fecha tradicional es San Juan, pero el calendario se ha extendido a los distintos pueblos, por lo que se puede disfrutar de la fiesta durante casi todo el verano.  El ritual se ha consolidado todavía más desde el reconocimiento de las fallas del Pirineo como Patrimonio Mundial Inmaterial, en 2015.

En cuanto a Lleida, la declaración beneficia a una veintena de pueblos: Boí, Taüll, Erill la Vall, Barruera, Durro, El Pont de Suert, Llesp, Casós, Vilaller y Senet, en la Alta Ribagorça; Arties, Les y Alós, en la Val d'Aran; Alins, Isil y València d'Àneu, en el Pallars Sobirà, y La Pobla de Segur, en el Pallars Jussà.

Las últimas poblaciones que han recuperado esta tradición han sido Sort, en el Pallars Sobirà, y Alàs i Cerc, en el Alt Urgell. 

En la Alta Ribagorça, uno de los lugares más emblemáticos en este ámbito, hay previstas fallas en Durro (16 de junio), El Pont de Suert, Boí, Casós y Vilaller (23 de junio), Senet (24 de junio), Barruera (2 de julio), Erill la Vall (8 de julio), Taüll (14 de julio), El Pla de l'Ermita (21 de julio) y Llesp (22 de julio).

En todos los casos los falleros encienden las fallas –troncos resinosos de unos dos metros de largo– en un lugar elevado de la montaña visible desde el pueblo y, de las 22.30 a las 23 h, bajan las fallas, guiados por el mozo mayor o jefe de grupo, hasta que llegan a la plaza de la villa, donde son recibidos con música y el toque de las campanas.

Con las fallas medio consumidas, se hace una gran hoguera, se saca torta y vino para todos y se bailan danzas tradicionales. La bajada de las fallas infantiles será en torno a las 22 h. 

En La Pobla de Segur, en el Pallars Jussà, la bajada en honor a la Virgen de Ribera se cierra con un baile de sardanas en la plaza de la Pedrera y una cena popular para los falleros y las herederas. Ambas celebraciones tendrán lugar el 17 de junio. 

En el Pallars Sobirà se harán en Isil y Alins (23 de junio), València d'Àneu (1 de julio) y Alós d'Isil (8 de julio). En estas celebraciones, cuando los falleros llegan a la plaza depositan sus fallas en la hoguera y se ameniza la fiesta con música, torta y vino y danzas tradicionales alrededor del fuego.

Previamente, en Sort (17 de junio), los falleros finalizan la bajada en el Parque del Riuet, donde son recibidos con una gran fiesta reivindicativa que incluye la Canción del Fallero y un baile. 

En cuanto a la Val d'Aran, la Crema deth Haro se celebra en Les, con la quema de un tronco de abeto de unos doce metros de altura plantado el año anterior y a su alrededor se bailan danzas aranesas, mientras que Arties (Naut Aran) acoge la quema del Taro, que se bendice y se arrastra por todo el pueblo hasta la casa del alcalde.

Durante el recorrido los jóvenes saltan por encima del Taro, acompañados de música, folclore y danzas. Ambas fiestas tienen lugar el día 23 de junio. 

En el Alt Urgell, las fallas de Alàs i Cerc, recuperadas en el 2021 tras muchos años de no celebrarse, tendrán lugar el 23 de junio. Están datadas en el año 1543, lo que convierte esta población en la más antigua documentada en los Pirineos catalanes de las que celebran el solsticio de verano con la bajada de fallas.

El descenso comienza en la ermita de las Peces y va hasta el pueblo de Alàs.  Las fallas son una clara representación de que, en el mundo rural, las fiestas populares suelen estar íntimamente ligadas a los ciclos agrarios y solares. En este caso arrancar el fuego, símbolo del sol, de la montaña y bajarlo hacia el pueblo sirve para purificar los campos y los bosques, purificar a la población y preservarla de los malos espíritus.  

Expreso. Redacción. A.F 

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