Lleida se prepara para el jubileo del Camino Ignaciano

EXPRESO - 07.12.2021

El itinerario religioso recorre las comarcas del Segrià, el Pla d’Urgell, el Urgell y la Segarra de oeste a este, con 95 kilómetros y cuatro jornadas en tierras leridanas: Lleida, El Palau d’Anglesola, Verdú y Cervera.

Entre las diversas rutas religiosas que atraviesan total o parcialmente la demarcación de Lleida, el Camino de Santiago, la Ruta del Cister y el Camino Ignaciano, este último es probablemente el más desconocido, aunque recorre algunos de los lugares más interesantes de la plana de Lleida.

Sin embargo, el itinerario ha ido ganando popularidad y se prevé que en 2022, segundo año jubileo del Camino Ignaciano –el primero fue en 2015–, acoja un buen número de peregrinos.

Este camino, puesto en marcha en 2011 por los jesuitas, recrea directamente el que recorrió en 1522 Ignacio de Loyola desde Aizpeitia (Guipúzcoa) –donde nació– hasta la ya famosa cueva de Manresa.

De esta experiencia, cristalizada en el lugar conocido como la Cueva de San Ignacio, nace el espíritu fundacional de la Compañía de Jesús, los jesuitas.

La ruta está ideada inicialmente con un planteamiento religioso (para los peregrinos que vayan siguiendo las huellas del jesuita vasco, estudiantes de los numerosos colegios, escuelas y universidades de la orden, y grupos de seguidores de San Ignacio), pero los atractivos del recorrido lo hacen adecuado para todo tipo de turistas. 

El Camino Ignaciano en la demarcación de Lleida coincide en gran parte, pero en sentido contrario, con el de Santiago. Incluye cuatro jornadas en tierras leridanas (Lleida, El Palau d’Anglesola, Verdú y Cervera) y atraviesa las comarcas del Segrià, el Pla d’Urgell, el Urgell y la Segarra. La señalización del Camino Ignaciano en Cataluña es direccional, con soles ignacianos y flechas de color naranja. 

El santuario de San Pedro Claver en Verdú es una parada obligada para los peregrinos que hacen el Camino Ignaciano. El edificio se levanta en el lugar donde estaba la casa natal de Pedro Claver (1580-1654), jesuita ordenado presbítero en la misión de Colombia, donde tuvo un apostolado dedicado en cuerpo y alma a los esclavos negros.

El refugio de peregrinos anexo al santuario tiene capacidad para 32 peregrinos y cuenta con todos los servicios básicos, además de una habitación adaptada. 

Otros hitos del recorrido son Bellpuig (con el convento de Sant Bartomeu y el mausoleo renacentista de alabastro de Ramon Folch i Cardona), Cervera (con la Paeria, la muralla, el callejón de las Brujas, la iglesia de Santa Maria y la Universidad), Lleida (con la Seu Vella, el palacio de la Paeria y las iglesias de Sant Martí y Sant Llorenç), Tàrrega (con el campanario y el Palacio de los Marqueses de la Floresta) o el propio Verdú (con el trazado medieval, el castillo y la típica cerámica negra de la población). 

Josep Lluís Iriberri, director de la Oficina del Peregrino del Camino Ignaciano, explica que se han incrementado bastante las solicitudes para hacer el recorrido a lo largo de 2022.

Se trata de peregrinaciones organizadas, de grupos de personas de entre 18 y 35 peregrinos cada uno, a los que hay que añadir grupos pequeños y peregrinos individuales, que constituyen la mayoría de los caminantes. Iriberri afirma que ‘como ya ocurre en el camino jacobeo, resulta difícil prever el número de peregrinos y visitantes que vendrán al Camino Ignaciano en este 2022, pero serán muchos más que los que han venido en 2020 y 2021, años flojos en participación debido a la pandemia’. 

El director de la Oficina del Peregrino añade que ‘hoy por hoy, las motivaciones de los peregrinos son más religiosas y espirituales que culturales o deportivas: dado que no se ha hecho una publicidad amplia, quienes conocen la existencia del Camino Ignaciano son gente dentro del entorno de la Compañía de Jesús’.

Considera también que la ruta combina su planteamiento espiritual con el de impulsor económico del territorio (gracias a infraestructuras de acogida a los peregrinos como alojamientos, tiendas locales, servicios de acompañamiento, restauración, etc.), como el que ha supuesto desde hace muchos años el Camino de Santiago.

Iriberri precisa que el 70% de los peregrinos que hacen el Camino Ignaciano son extranjeros, ‘y esto es muy positivo para darnos a conocer como pueblo a otras naciones y culturas’. 

Expreso. Redacción. J.R

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