La Costa Azul de los pintores (VI)

EXPRESO - 16.09.2010

Texto y fotos: Manuel Bustabad Rapa

Musa de pintores, encrucijada irrepetible del arte moderno, la Costa Azul francesa sedujo a genios como Monet, Picasso o Boudin, que montaban sus caballetes entre pinares salvajes y casas de pescadores, y hoy continúa siendo uno de los lugares más cautivadores del mundo. Te proponemos que nos acompañes a un recorrido en cinco etapas por ‘La Costa Azul de los pintores’.
Quinta jornada.-     Niza, capital de la Costa Azul.
Rendez-vous en Francia, y velada en el hipódromo.
NIZA
Aún dentro de la cuarta jornada de nuestro periplo por la Costa Azul llegamos a su capital, procedentes de Menton, a media tarde de un lunes de marzo, con tiempo sobrado para instalarnos en el alojamiento previsto, el Splendid Hotel, en el nº 50 del Boulevard Víctor Hugo, antes de desplazarnos en tranvía hasta Acrópolis, el Palacio de Congresos de Niza, para, con atuendo tenue de ville, asistir a la velada de acogida en la ciudad.
Es el acto protocolario previsto como inicio de la 5ª edición de Rendez-vous en Francia, organizada por ATOUT FRANCE.
El acceso al recinto está marcado por la presencia del Carnaval, fiesta estrella de Niza, con la participación de varias comparsas que ocupaban los aledaños. Y, ya en el interior, majestuosas damiselas vestidas de época, jalonan nuestro recorrido por vestíbulos y escalinatas, completando la ambientación, y consiguiendo trasladarnos por instantes a las coloristas fiestas de las carnestolendas, que tanto han contribuido a la fama de esta ciudad.
La gala continúa con el cóctel de rigor, dando pie a reencuentros y presentaciones, en un ambiente festivo, preludio de próximas horas plenas de descubrimientos y nuevas impresiones. Y culimna en una, aunque multitudinaria, magnífica cena, amenizada con música y canciones en directo, dentro de una temática promocional de Niza & sus fiestas (Carnaval, Festival Jazz).
La inauguración oficial del salón tiene lugar al día siguiente, martes 30 de marzo a las diez de la mañana, en otro recinto del mismo complejo, esta vez en Acrópolis Exposiciones, en presencia de M. Hervé Novelli, ‘Secretario de Estado encargado del comercio, de la artesanía, de las pequeñas y medianas empresas, del turismo, de los servicios y del consumo’.
Este año ha sido elegida Niza a iniciativa de Christian Estrosi, Ministro de Industria, Alcalde de Niza y Presidente de la Oficina del Turismo y de los Congresos, arropado por la Provincia y el Comité Regional de Turismo Riviera, movilizando así todo el savoir-faire, la experiencia y la profesionalidad del ‘primer destino turístico de Francia después de París’.
La mañana transcurre entre la inauguración oficial, los discursos, la rueda de prensa y la entrega de diplomas. Y, después del almuerzo, servido en el mismo recinto, tenemos ocasión de hacer nuevos contactos con los responsables de turismo de algunas regiones francesas inéditas para nosotros, Normandia, Bretaña, Córcega…, a la vez que saludar, recordando pasadas visitas, a los de Midi-Pyrénées, Paris…
El trato amable y las acertadas previsiones de la organización, con acceso permanente a la sala de prensa, servicios gratuitos de correos, bar o consigna, logran una jornada altamente positiva y grata.
Todavía nos sobra tiempo para recorrer el Paseo de los Ingleses, a lo largo de la playa, y los sucesivos malecones que nos llevaron hasta la dársena, repleta de embarcaciones de lo más variopinto.
De regreso hacia el hotel descubrimos la plaza Massena y sucumbimos al encanto de su fuente, con sesión fotográfica incluida.
Pero se me ha escapado ‘playa’y tengo que rectificar, porque en su definición sólo cabe arena y (en nuestro recorrido de los últimos días) únicamente la hemos visto en Juan-les-Pins y en una playita de Menton, al lado del puerto deportivo. Aquí lo que hay en toda su longitud es un auténtico guijarral.
No puedo pasarlo por alto en mis comentarios porque es una de las cosas que más me ha sorprendido. No se me ocurriría pensar que, en una comarca costera de primer nivel turístico a escala mundial, su zona de baños de mar sea un pedregal. Eso sí, siempre con un pintor (al menos) extasiado en el panorama.
Lo que es evidente que Niza cuenta con sobrados encantos para justificar su fama como capital mundial del turismo.
‘A la vez elegante y popular, risueña y animada, orgullosa de su pasado de independencia, sorprende por su personalidad, su dinamismo, su pasión por las artes y la cultura.
Niza reserva mil y una sorpresas… sus monumentos, sus iglesias, sus jardines, sus senderos pedestres que unen las colinas al centro de la ciudad, pero también sus museos, sus artistas, su artesanía local, su gastronomía internacional con los sabores de ajo, de aceite de oliva y de albahaca, su folclore…
Os seduce además por la belleza de sus barrios, por su luminosidad única y la dulzura de su clima’.
Leemos en ‘NIZA PRÁCTICA’, revista de promoción turística editada por la Office du Tourisme et des Congrès.
Y todo ello nos parece escaso elogio para esta capital de emplazamiento envidiable, de vocación marina pero a 50 kilómetros de la nieve perpetua (con un transporte público que te lleva en una hora, por poco más de un euro, desde el barco al esquí). Esta capital del barroco y de la Belle Époque con sus  ‘locuras’.
Esta tierra de vegetación relevante, con más de trescientas hectáreas de jardines en plena ciudad, pero también con producción de buenos vinos y aceites, a la vez que una notable industria del perfume a partir de las esencias florales.
Este club de la astronomía de alto nivel, con su Observatorio del siglo XIX, cuya cúpula del Grand Équatorial, de veinticuatro metros de diámetro (la más importante del mundo en su época), pivota aún hoy sobre si misma gracias a un sistema inventado por Gustave Eiffel. Este foco-imán de artistas capturados por su luz y sus colores.
Este centro de creaciones musicales que es la Ópera de Niza, de renombre mundial. Este templo de la gastronomía mediterránea. Esta capital de la creación artística, con sus festivales pirotécnicos, sus conciertos, sus desfiles de Carnaval…
Interminable ristra de motivos para visitar la capital de la Riviera Côte d’Azur, pero esta noche nos vamos al hipódromo, porque, además de una atractiva carrera de sulkys, nos espera una velada de anunciado jolgorio papilar.
Allí nos enteramos de que sulky es el nombre inglés de un vehículo de dos ruedas, de origen americano, hipomóvil, normalmente para una sola persona, que fue pensado en origen para desplazamientos rápidos en zonas rurales. Su estructura ligera, entre 20 y 60 kilos, hace que sea utilizado hoy para las carreras de trotones de tiro.
Presenciamos con deleite de novato las tres competiciones programadas y aun con oportunidad, que no osamos utilizar, de realizar apuestas.
En realidad, estas pruebas solo vienen a justificar el marco de la velada, cuyo verdadero objetivo es envolvernos en los sabores & olores de Francia, de la mano de grandes nombres de la gastronomía y del mundo de los vinos.
En efecto, en la gala está presente Franck Thomas, Mejor Sumiller de Europa y Meilleur Ouvrier de France, al frente de un equipo de expertos para hacernos descubrir el arte de la degustación entre un buen repertorio de vinos, inmejorable representación de las 17 zonas vinícolas del país, que corresponden a otras tantas grandes regiones turísticas.
Como representantes de la cocina, cuatro expertos de lujo convierten la jornada en inolvidable: Jacques Chibois, Chef de ‘La Bastide Saint Antoine’, de La France des Potagers & Maraîchers (de los Huertos y Hortelanos); Eric Sapet, Chef de ‘La petit maison de
Cucuron’, de La France des Terroirs (de los Terruños); Nicolás Sale, Chef del restaurante ‘Les Pêcheurs’ del Cap de Antibes Beach Hotel, de La France des Côtes (de las Costas) y Stéphane Vergne, Maître refinador, miembro del Círculo de los ‘Fromagers affineurs’ (queseros refinadores), de La France des Fromages (de los Quesos).
Es fácil deducir que, con tamañas autoridades culinarias, la fiesta de los sentidos se nos prolonga largas horas y resulta imborrable, aunque, eso sí, dejando a quien esto escribe inoperante para la Soirée dansante (Baile de noche), al ritmo de ‘todas las músicas del mundo’ que completa la agenda prevista.
Mañana podremos caminar por la ciudad y descubrirla desde el mar en el programado paseo en bateau.
 
No te pierdas la próxima semana:
 
Etapas anteriores de este viaje por la Costa Azul francesa:
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos:

 

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