Menorca, una escapada en barco a Ciutadella

EXPRESO - 21.03.2011

Texto y fotos: Manolo Bustabad y Pilar Alonso Canto Desde Mallorca

Texto y fotos: Manolo Bustabad y Pilar Alonso Canto

Desde Mallorca. Desde allí iniciamos el asalto a Menorca. Tal como lo habíamos dispuesto. Como una excursión más dentro de nuestra estancia de seis días en las Islas Baleares. Eso sí, una escapada de jornada completa que vamos a dedicar exclusivamente a Ciutadella.
De Port d’Alcúdia al port de Ciutadella
En Palma no podemos comprar mapa de ‘Baleares’ ni de Menorca. La verdad, desistimos al tercer quiosco. Tengo la impresión de que incluso se extrañan de nuestro deseo. Nos conformamos con un mapa de Mallorca y hasta que cruzamos el ‘canal’ no conseguimos el de ‘la menor’. Allí percibimos un cierto rechazo recíproco o, al menos, abierta indiferencia por los asuntos de sus vecinos.
Es jueves y llegamos temprano a la estación Marítima de Port d’Alcúdia, para recoger las tarjetas de embarque con el margen aconsejado por la naviera Baleària. Nos extraña el control de la Guardia Civil, exactamente igual que en los aeropuertos, pero hay que decir que me toleran el cortaplumas.
Pasa algo de las ocho y media cuando ‘nuestro’ barco zarpa, enfilando la boca de la bahía para poner rumbo a Ciutadella, mientras desayunamos en el ambigú.
Se trata del Ramón Llull, un ‘ferry súper rápido’ de 83 m. de eslora y 13,50 de manga, con capacidad para 480 viajeros y 100 vehículos, que es capaz de desplazarse a una velocidad de 40 nudos. Esto último en condiciones óptimas de la mar, que no se dan en nuestro caso. Las azafatas de navegación, amabilísimas y muy profesionales, pendientes en todo momento de las neuronas ajenas en particular zozobra.
La duración del recorrido es de más de hora y media, dizque debido al mal tiempo del norte, que ya había teñido de blanco la cordillera Mallorquina. En Menorca, que no supera los 400 m. de altitud, no se espera nieve, pero sí más marejadilla en sus costas.
Durante la maniobra de atraque nos sacudimos el incipiente mareo de la travesía, a la vez que nos percatamos de la angostura del puerto, que sólo permite el viraje de un barco de este tamaño justo enfrente a la Terminal Portuaria que nos acogerá en breve.
Al arribar nos enteramos de que está cancelado momentáneamente el tráfico marítimo en nuestra ruta y que no saldrán barcos hasta las seis de la tarde, por lo menos, que es la hora prevista para el regreso.
Eso, si las condiciones no empeoran. Ahora bien, ‘hemos tenido suerte de poder entrar’ porque la alternativa, que al parecer había barajado el Capitán, era dirigirnos a Maó, a otra hora y media de navegación’.
El muelle de atraque está en la ribera norte, así que, atravesando las obras de rehabilitación del barrio de Dalt sa Quintana, donde pacen gallos y gallinas como en un corral, bajamos la Costa, cruzamos por el puente y subimos la Baixada de Capllonc, desde cuya cima se ve todo el puerto, para llegar al Ayuntamiento, en cuyos bajos se ubica la oficina municipal de turismo, CITUR, donde nos aguarda Soledad Navarro para guiarnos en la ciudad.
Después de esta simpática entrada (me parece gracioso cruzar entre gallos, bajar ‘cuesta’, subir ‘bajada’…) y una amena puesta en situación, por parte de Sole, mientras tomamos un cafetito en la plaza del Born, ya estamos listos para iniciar el ‘descubrimiento’.
 
Descubriendo CIUTADELLA:
 
 
 
 
No sería justo cerrar esta ‘nuestra-primera-incursión-en-Ciutadella’ sin hacer alguna mención a su actividad marítima.
Ciutadella cuenta con dos importantes puertos deportivos: el propio puerto de Ciutadella y el conocido Lago de Cala’n Bosch, que suman un buen número de puestos de atraque. Los amantes de la navegación tienen una amplia oferta de barcos y lanchas en alquiler e incluso grandes veleros con tripulación incluida.
Fideuá, ví de la terra y regreso en Balearia
De la febril actividad de cabotaje de épocas pasadas queda un buen servicio de transporte de viajeros y vehículos de todo tipo, por cuyo medio arribamos a estas costas esta misma mañana, entre Ciutadella y distintos puertos de Mallorca y de la península ibérica.
Ya tuvimos ocasión de conocer su Estació Marítima, una moderna Terminal Portuaria de Viajeros, a nuestra llegada. Está en el muelle norte, justamente al lado de un pequeño varadero en el que se apreciaba gran actividad y casi enfrente al Club Nàutic.
Pudimos observar, durante nuestro paseo de la mañana, la colorista oferta de pescados y mariscos en el Mercat del Peix. Esto es posible porque aún hay pescadores que salen antes del amanecer a faenar con sus redes y palangres para regresar antes del mediodía con sus capturas de langosta y pescado de roca. Tiene también una destacada flota de arrastre que abastece los restaurantes y mercados de exquisitas gambas y cigalas.
Y, como esto activa los jugos gástricos, es momento de mencionar nuestra suculenta, aunque rápida, comida a base de Fideuà de mariscos acompañada de un Sa Forana, ví de la terra illa de Menorca, en el restaurante Ca’n Lluis, en carrer d’Alaior, nº 22.
Llega la prisa porque se acerca la hora de embarque, aunque con la incertidumbre debida al temporal.
De camino aún nos detenemos a comprar unas clásicas abarcas menorquinas, siendo inevitable la conversación sobre esa sensación de ‘aislamiento’ que sienten los isleños (valga la redundancia) tantos días de invierno, en que la marejada impide salir de puerto.
En tal circunstancia su enlace, con el resto del archipiélago y la península, ha de ser a través del único aeropuerto, situado en Maó, al otro extremo.
En este momento, ante nuestra preocupación, el amable comerciante, usando el teléfono móvil, comunica con su amigo el pescador, que aún no ha arribado a puerto, para conocer en directo la evolución de la mar. La respuesta es poco alentadora: él ‘también estaría preocupado si tuviese que atravesar el canal’.
Apretamos más el paso para salir de la duda cuanto antes. Cruzamos el puente, avanzamos por el passeig des moll y allí está el Ramón Llull esperándonos. Esta vez no hay control de escáner y uniformes.
Las olas, de tres metros. El límite para la navegación segura de este buque, olas entre tres y cuatro. Quien decide es el Capitán, dizque hombre de gran experiencia. Zarpamos.
No pasaremos de la veintena los pasajeros de esta tarde. Casi todos clientes asiduos de Baleària, algunos con frecuencia semanal. Las olas asoman, ora por babor, ora por las vidrieras de estribor. Se busca la conversación. Sólo hay un tema.
Hay personal de Protección Civil a bordo. El Capitán del Ramón Llull de Baleària sabe lo que hace. Si hubiese riesgo inminente no habría salido.
Nuri, amabilísima y profesional azafata de navegación de Baleària, nos tranquiliza con paciencia, pero está seria. Este canal de Menorca (¿o de Mallorca?) siempre es muy duro con viento del norte. Dicen que por su barra de arena.
El Norte nos zurra más y más. Nadie se marea. A nadie se le ocurre. Todos tienen otra cosa en que pensar. ¿En el peor de los casos? ‘En veinte minutos estaríamos todos en los botes’. ¿?
Hora y media a veces es un poco más, pero tiene fin. Cuando cesa el balanceo estamos a un tiro de piedra de Port d’Alcúdia. Sonrisas. Atracamos.
En el aparcamiento nos espera el coche de alquiler de AVIS. ¡Que estabilidad se nota esta noche de regreso a Palma! Los próximos dos o tres días no salen los barcos del pasaje.
Islas Baleares, 20 de enero de 2011
 
Escapadas en barco por las Islas Baleares

Baleària tiene conexiones entre Menorca y Mallorca a muy buenos precios en fast ferry desde el puerto de Alcúdia, que llega a Ciutadella en sólo una hora.

Además de disfrutar la travesía por mar, se puede llevar gratis la bicicleta, para descubrir tranquilamente los rincones de cualquiera de las islas. También se puede viajar con el coche, sin límite de equipaje. Además de los barcos rápidos, en los dos últimos años Baleària ha renovado su flota con cuatro nuevos ferries, los más modernos del Mediterráneo español.
Pero Baleària no sólo ofrece escapadas entre islas. Para llegar a Menorca en barco se puede viajar con Baleària desde el puerto de Barcelona en servicios de ferry o de alta velocidad, también con el coche a bordo, una buena idea si se lleva mucho equipaje.
 
Información turística:

Comentarios

internauta (no verificado)

Patético reportaje. Ignorancia supina. "Costa" o "cuesta" es para subir o bajar. "Baixada" o bajada hace referencia al origen desde donde se vive (arriba) en referencia hacia donde no se vive (el puerto). ¿Para qué nos cuentan sus mareos? ¡Que no naveguen, pues!

panxo (no verificado)

!olé¡ estupendo reportaje para programar una visita a Baleares