Jericó, una de las ciudades más antiguas del mundo, cumple diez mil años

EXPRESO - 08.01.2011

La ciudad de Jericó, una de las ciudades más antiguas del mundo, cumple este año nada menos que diez milenios

La ciudad de Jericó, una de las ciudades más antiguas del mundo, cumple este año nada menos que diez milenios. Situada en Cisjordania, la que fuera bautizada ‘Ciudad de las palmeras’, alberga miles de años de civilización en el Valle del Jordán.

Jericó está muy cerca del Mar Muerto, el punto más bajo de la Tierra, y a menos de 30 kilómetros de Jerusalén, y con sus más de 100 tesoros arqueológicos y la huella de tantas civilizaciones en sus piedras milenarias, alberga la esperanza de ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad.
Coincidiendo con el diez mil aniversario, el Ministerio de Turismo de la Autoridad Palestina ha rescatado el proyecto de promoción ‘Jericó 10.000’, con el que espera sobrepasar el millón de visitantes que tuvo la ciudad el año pasado.
Pasear por Jericó significa retroceder en el tiempo. La influencia de las diferentes culturas ha quedado patente en cada centímetro de esta tierra y no hay un lugar que no merezca mención. Recorriendo su mercado es posible encontrar aún los dátiles, los bálsamos y las ‘rosas de Jericó’ que hicieron de ésta ciudad una de las más célebres de todos los tiempos.
Entre otros de los muchos conjuntos arqueológicos se encuentran los vestigios de un magnífico palacio musulmán de la época omeya, el palacio de Hisham. Conserva además, los aposentos reales, una mezquita dónde aún se aprecian dos impresionantes mosaicos y un entonces innovador sistema de canalización para calentar o refrigerar el palacio.
Ya en las afueras, se puede recorrer el oasis de Nabi Musaos, donde se cree que está enterrado el profeta Moisés, o subir al Monte de las Tentaciones, una de las visitas predilectas de los turistas religiosos.
Tampoco hay que dejar de visitar el monasterio de San Jorge, tallado en una pared del cañón con vista al desfiladero de Wadi Qelt. Este monasterio griego ortodoxo fue construido en el siglo V como un centro espiritual de los ermitaños.
Los amantes del senderismo encontrarán aquí diferentes rutas para disfrutar de la naturaleza y explorar la belleza natural de esta zona milenaria, sin olvidar el cercano Mar Muerto. Sus aguas, a cuatrocientos metros bajo el nivel del mar y con un altísimo contenido salino y mineral tienen, según los expertos, propiedades curativas y relajantes que atraen a miles de turistas cada año.
Expreso. Redacción. L.B.

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