Más opciones para el turismo rural en Mallorca

EXPRESO - 10.11.2007

Mallorca es una isla con muchas caras, y ello se demuestra también en el ámbito del turismo rural y es que quien quiera conocer la Mallorca auténtica y sus gentes, debería alojarse en uno de los agroturismos u hoteles rurales de la isla que se encuentran diseminados por toda su geografía y ofrecen un mundo de posibilidades.

La Asocación de Agroturismo Balear, que aglutina actualmente más de 113 fincas y pequeños hoteles en Mallorca, fue fundada en 1989 con el fin de ofrecer la posibilidad a los dueños de antiguas posesiones o granjas de abrirse al turismo y así conseguir los medios económicos necesarios para mantener el patrimonio de la Isla.  

Uno de estos casos es la finca Can Feliu en Porreres, cuyo dueño Carlos Feliu decidió, hace cuatro años, alquilar habitaciones a turistas para poder mantener la granja. Hoy en día, Can Feliu con sus ocho habitaciones se ha convertido en un paraíso para los amantes de la naturaleza, y sobre todo para familias con niños que disfrutan de observar y tocar las vacas, caballos, cerdos, gallinas y avestruces. Además, hay un pequeño parque infantil y una piscina exterior.

Can Feliu es lugar idóneo para familias, con sus amplias habitaciones y la agradable sala de estar y de desayuno con una gran mesa comunitaria. En ocasiones, los dueños organizan barbacoas con los invitados, además, éstos tienen a su disposición una cocina completa para prepararse sus comidas. Desde hace unos años, Can Feliu produce su propio vino ecológico.

La tradición culinaria mallorquina es el eje de la finca rústica Ses Cases de Sabor. El dueño, Biel Camps, es un apasionado cocinero quien se deleita de servir unos suculentos menús a sus visitantes y así acercarles la auténtica cocina mallorquina. Del antiguo horno de leña salen especialidades hechas en casa como la coca, la empanada, guisos de pescado o carne y fantásticos postres como la cassola de brossat.

Un fuerte contraste con el ambiente rústico supone el hotel rural Son Manera en Montüiri, una casa señorial del siglo XIX con 25 habitaciones, amuebladas en el estilo neoclásico.

El hotel ofrece un pequeño spa y gimnasio, piscina interior y exterior, y ofrece la posibilidad de usar los cercanos campos de fútbol y de golf. Son Manera es ideal como base desde donde descubrir el llano centro de la Isla y sus pueblos a pie o en bicicleta. 

Uno de estos pueblos es Lloret de Vistalegre con la finca Son Bauló, donde el dueño alemán Will Kauffmann organiza conciertos, teatro, recitales literarios y otros eventos culturales. Delante de la chimenea, en la biblioteca o en el jardín salvaje, los visitantes encuentran tranquilidad y un ambiente artístico que inspira el pensamiento.

En la cocina de la antigua finca, se organizan cursos de cocina, mientras que la señora de la casa instruye a los interesados en el tema del arte en su estudio.

Servicio personalizado

Estos cuatro ejemplos demuestran la inmensidad de posibilidades que ofrece el turismo rural en Mallorca: alojamientos para todos los gustos y para todas las carteras.

Para guiar a los visitantes a través de este mar de ofertas y asegurar que cada uno encuentre exactamente lo que busca, la Associació Agroturisme Balear ofrece consejos detallados y personalizados. Porque son sus colaboradores los que mejor saben qué hotel se adapta mejor a cada cliente: elegantes casas señoriales o fincas rústicas, hoteles con habitaciones, apartamentos o casas independientes, bullicio campestre o tranquilidad absoluta.

No obstante, hay una cosa que todos tienen en común: se encuentran lejos del turismo de masas y ofrecen a sus visitantes la ocasión de conocer la Mallorca auténtica.

Redacción. Q.R

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