Una de las tradiciones más ocultas de Hungría

EXPRESO - 04.08.2023

El país cuenta con una de las culturas ecuestres más ricas de Europa y da a sus visitantes la oportunidad de recorrer parte de su territorio natural a caballo.

Desde tiempos en los que los conquistadores disparaban flechas desde sus caballos, la equitación siempre ha sido parte integral de la cultura húngara.

No es casualidad que una de las características más notables de la cultura y tradición del país sea su pasión por el mundo ecuestre, pues el legado de la hípica en Hungría posee grandes raíces históricas.

Ya desde el siglo IX, las tribus Magyar que llegaron a la cuenca de los Cárpatos eran jinetes hábiles que rápidamente adoptaron a los caballos como parte esencial de su vida cotidiana.

Más tarde, en los siglos XVIII y XIX, Hungría ya era conocida por producir algunos de los mejores caballos de Europa, y en la Exposición Universal de París de 1900, las razas de caballos húngaros obtuvieron los mayores reconocimientos.

Hoy en día, Hungría es conocida por sus caballos de alta calidad, por la maestría de sus jinetes, senderos turísticos y programas de equitación. Por ello, es el lugar perfecto para que todo el mundo, desde principiantes que sueñan con subirse a lomos de un caballo por primera vez, hasta auténticos jinetes que cuentan con gran experiencia, vivan una aventura ecuestre de primera.

Historia de un gran legado

Desde hace casi un siglo, el turismo ecuestre se encarga de mostrar la riqueza natural del país con lugares como la zona salvaje de Bugaci, la península de Tihany y la estepa de Hortobágy, el primer parque nacional del país y declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Con más de 300 años de antigüedad, recorrer este espacio a caballo es una experiencia enriquecedora, pues da la oportunidad de explorar su vida silvestre, observar de cerca un ruiseñor, localizar grullas y acceder a lugares a los que prácticamente no se puede llegar por otro medio.

Primeros pasos en el mundo ecuestre

Antes de comenzar a galopar por los maravillosos paisajes que ofrece el país, aquellos que quieran dar sus primeros pasos a caballo y aprender las técnicas necesarias para convertirse en un gran jinete lo pueden hacer en lugares como el centro de educación ecuestre, ubicado en el Pabellón Nacional de Equitación en Budapest.

Aquí, los principiantes pueden coger las riendas del caballo por primera vez bajo la supervisión de un instructor a través del entrenamiento con cuerda.

Una vez que el instructor considera que ha llegado el momento oportuno, comienza la clase en la cuadra, donde dará mayor libertad al jinete y donde se aprenderán las principales técnicas de marcha, así como habilidades de control del caballo.

Esto es lo que permite crear mayor interacción y seguridad entre el caballo y el jinete; y lo que hará que pueda comenzar la parte más emocionante de la equitación: adentrarse en el campo.

Por otro lado, en Hungría existen diversas granjas de equitación, donde además de aprender a manejar las riendas, los jinetes podrán conocer las mejores razas de caballos húngaros, ya que todas estas instalaciones están dedicadas a la conservación de la genética de los caballos y promoción de la equitación.

Ejemplos de ello son la Granja de Estudio de Máta, la Finca Nacional Ecuestre y Granja Educativa en Mezőhegyes, la Finca Nacional Ecuestre en Bábolna o la Granja de Estudio de Lipica en Szilvásvárad.

Un recorrido por los senderos húngaros

Gracias a su ubicación privilegiada, practicar el turismo ecuestre en Hungría permite a los visitantes adentrarse en bosques y viajar entre largas distancias por paisajes pintorescos. Tanto es así que el país ha desarrollado una infraestructura en la Gran Llanura del Norte y el centro de Hungría, creando una red de senderos ecuestres de un total de 1.813 km.

De esta manera, se pueden atravesar lugares como Gerecse, donde se encuentra una de las rutas más populares desde donde se pueden contemplar antiguos cauces de arroyos, barrancos e incluso nidos de halcón sacre.

Además, en el Parque Nacional de Hortobágy, a medida que se avanza por la llanura, se pueden ver caballos salvajes de Przewalski y ganado Auroch, así como el arroyo Hortobágy, por el que cruza el famoso Puente de los Nueve Arcos, con 167 metros de longitud.

Otra de las visitas obligatorias de este recorrido es la granja local Máta Stud Farm, considerada uno de los principales centros de cría de caballos de Hungría gracias a los 270 caballos que conviven en ella. 

Eventos para conmemorar el legado ecuestre

En Hungría, los amantes de los caballos no solo tendrán la oportunidad de recorrer libremente su entorno natural, sino que podrán acudir a diferentes eventos que conmemoran el legado de la cultura ecuestre del país.

En este sentido, cada verano se llevan a cabo los Días de Equitación de Hortobágy, un evento que se ha convertido en uno de los más importantes y reconocidos a nivel internacional en la región donde los visitantes pueden disfrutar de competiciones, conciertos y una gran feria ecuestre.

Asimismo, en otoño, los mejores jinetes tendrán la oportunidad de representar a sus municipios en el National Gallop, un concurso espectacular y un festival que tendrán lugar por primera vez este año en Szilvásvárad del 1 de septiembre al 1 de octubre.

Expreso. Redacción. T.R

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