Santiago de Compostela, una de las siete maravillas urbanas del mundo

EXPRESO - 12.11.2011

Ana Bustabad Alonso, periodista

A rey muerto, rey puesto. Para que no se detenga la noria que hace girar millones de euros en candidaturas y promociones, la organización anuncia ya las próximas 7 Maravillas del Mundo, esta vez urbanas. Yo acabo de nominar a la ciudad española de Santiago de Compostela....

Prueba de que a los seres humanos nos encanta elaborar clasificaciones es que la noticia más leída esta semana en Expreso –y estoy segura de que en muchos otros medios- ha sido la lista de las nuevas ‘Siete Maravillas Naturales del mundo’.
El concurso, excelente y lucrativa idea del suizo Bernard Weber, rescata como pocos el sentimiento patrio y continental de los votantes, que se movilizan agitados por gobiernos y entidades de promoción turística.
Guiándonos por el resultado final de la votación virtual habría que sospechar que New 7 Wonders tiene pocos seguidores en Estados Unidos, Tanzania, Israel, Jordania o Ecuador, porque entre los lugares mágicos se han quedado fuera algunas creaciones sublimes de la madre naturaleza.
Sin discutir que son todas las que están, se echan de menos la Gran Barrera de Coral australiana, la mayor del planeta; las islas Galápagos, reducto darwinista ecuatoriano en medio del Pacífico; el Gran Cañón que forma el río Colorado en Arizona, Estados Unidos; el Mar Muerto, punto más bajo de los mares de la Tierra; o el Kilimanjaro, montaña mítica del continente africano, en Tanzania.
Pero a rey muerto, rey puesto. Para que no se detenga la noria que hace girar millones de euros en candidaturas y promociones, la organización anuncia ya las próximas 7 Maravillas del Mundo, esta vez urbanas. Siete ciudades que serán señaladas como las más hermosas, las más deseadas, las más visitadas. 
El plazo para presentar candidaturas ya está abierto. Hasta el 31 de diciembre de 2011, no solo pueden inscribirse los entes de promoción oficiales de las urbes, sino que cualquier internauta en un minuto escaso tiene la oportunidad de aportar su granito de arena a tan vasto acontecimiento.
Yo ya lo he hecho. Acabo de nominar a Santiago de Compostela, ciudad española, como una de las 7 Nuevas Maravillas Urbanas del Mundo. Diminuta comparada con la cinematográfica Nueva York, la bulliciosa Bangkok o el París de los amantes, la capital gallega tiene, además de un patrimonio arquitectónico y urbanístico de auténtico escándalo, el mérito de haber servido de elemento cohesionador de Europa antes incluso de Europa.
Tras la gracia del Apóstol cristiano, millones de peregrinos han recorrido la Ruta Jacobea desde que el Viejo Continente tiene memoria, allá por los tiempos del obispo Xelmírez. Millones de almas en busca de un sueño espiritual, auténticos viajeros en el tiempo y la cultura.
Durante siglos, la mención de Santiago ha servido de motor para peregrinos, reyes y nobles, maestros artesanos tras las últimas tendencias, mendigos, estudiantes, religiosos, intelectuales, hechiceros, almas atormentadas buscando purificación, o turistas curiosos.
En el Camino nacieron y se expandieron modas y estilos arquitectónicos como el gótico o el barroco; las peregrinaciones trajeron puentes, calzadas, hospedajes y hospitales, y originaron nuevas villas y ciudades. No solo supuso para Occidente una fuente de comunicación e intercambio inmejorable, sino también el germen del europeísmo.
Así lo reconoció la UNESCO en 1993, distinguiendo al primer itinerario cultural europeo como Patrimonio Cultural de la Humanidad. El récord de peregrinos y viajeros llegó a alcanzarse, verbigracia la era global, en 2010, el último Año Jacobeo. Al cierre de la Puerta Santa el 31 de diciembre, ya eran más de 9 millones de almas las que habían llegado a la ciudad.
Y a pesar de todo ello, de las riquezas que aporta el Camino, de la grandeza de esta ruta religiosa y adelantada siempre a su tiempo, lo mejor de Santiago es la propia ciudad de Compostela. Su magnificencia delicada se adivina ya desde el Monte do Gozo, parada obligada para vislumbrar por vez primera las torres de la catedral. Estos últimos kilómetros son los más emocionantes, porque el corazón se te desboca a cada paso y hace olvidar ampollas, hambres y cuitas de caminante.
La entrada a la plaza del Obradoiro, kilómetro cero de todos los Caminos a Santiago, sobrecoge por muchas veces que se llegue aquí. No solo conjuga poderes terrenales y celestiales, sino que deslumbra con su fachada perfilada de líquenes, obra maestra del barroco universal.
Compostelanos, estudiantes, viajeros, tunos y peregrinos se cruzan en un baile perpetuo de líneas continuas y discontinuas sobre las grandes piedras de la plaza. Aquí mismo, cuando el Hostal de los Reyes Católicos –hoy uno de los mejores Paradores de la red- era aún Hospital de Peregrinos, nació mi abuela, una mujer que me enseñó que ‘todos, hombres y animales, buscamos lo mismo: cariño’.
No solo por eso, esta ciudad no me resulta en modo alguno indiferente; aquí vivieron algunas de las personas a las que más quiero y admiro: mis abuelos regentaron durante años una posada de estudiantes en la Rúa de San Pedro; mi madre aprendió a ser mujer en el edificio de la Compañía de María y dio la vida a esta que firma en la clínica de la Rosaleda. Y muy cerca de aquí, en la Rúa das Hortas, vivió mi padre en su primera etapa en la capital gallega.
Aún así, demostrada mi parcialidad, créanme si les digo que el Obradoiro solo es el punto de partida de una ciudad que fascina a cuantos la visitan. Santiago de Compostela ofrece todo lo que el viajero puede desear. Buena posada y mejor gastronomía, cultura con mayúsculas, vida nocturna, intemporales espacios verdes como la magnífica Alameda; gentes amables, creativas humildes y emprendedoras, así son los habitantes de Galicia.
Desde la plaza de Platerías, o la del Toral; paseando por la Rúa del Villar; caminando entre los puestos del mercado municipal, atravesando la plaza de Cervantes para llegar hasta San Martín Pinario; recorriendo de bar en bar la Rúa del Franco, famosa ruta París-Dakar; todo en la almendra de granito de Compostela resulta fascinante.
Si no lo han sentido, háganlo ya sin falta. Y luego, cuando comprueben que la experiencia de su mochila personal supera con mucho este torpe alegato, entren en la web de New Seven Urban Wonders y nominen a Santiago de Compostela como una de las 7 Nuevas Maravillas Urbanas del Mundo.
 
¡YA SE PUEDE VOTAR A las ciudades nominadas, entre las que se encuentra SANTIAGO DE COMPOSTELA!  http://cities.new7wonders.com/form/nominate/en
 

Comentarios

internauta (no verificado)

Comparto tus opiniones al 100%. Ya he apoyado su candidatura.
En el ADN de Europa, Santiago es pieza fundamental. Y su sola mención ya emociona.
Es el lugar idóneo para un próximo encuentro.
Felicidades.

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