La Huella de los Peregrinos en la argentina La Rioja

EXPRESO - 25.11.2013

La provincia argentina de La Rioja, al norte del país, destaca por su arraigada tradición y hermosos paisajes

Argentina_La_RiojaLa provincia argentina de La Rioja, al norte del país, destaca por su arraigada tradición y hermosos paisajes. Un circuito religioso se suma a la guía completa para conocer y disfrutar de una tierra que no deja de sorprender, esta vez con leyendas y un legado religioso de gran importancia. 

Además de hermosos paisajes naturales y una rica cultura patrimonial, La Rioja despierta curiosidad  asombro por las Sendas del Espíritu Católico Riojano, destacadas por la proclamación de la fe, cultos y ritos ancestrales.
Se trata de paisajes que propician una pasión diferente ante narraciones y  pleitesías a Vírgenes y Santos patronos, en las diferentes advocaciones.  
La naturaleza anticipa con belleza y colorido cada tramo de este camino peregrino que invita a conocer un santo de madera de naranjo; iglesias al costado del Camino de Hierro; un Obispo Alemán en Los Llanos Riojanos; un cura de la Independencia y una Virgen Morena; antiguas capillas coloniales y la Virgen de un Cirquero, sendero turístico religioso que testifica la paz, el regocijo y el perdón. 
En cada senda, la fe, cultura y arte manifiestan el legado de cada comunidad en la provincia. Los mejores exponentes del credo católico desde los orígenes mismos de La Rioja, nos hacen partícipes de milagros increíbles y profundas historias en que lo divino se funde y entrelaza indisolublemente con lo terrenal, en el relato de los creyentes. Se trata de un legado religioso que alberga gran valor artístico, arquitectónico e histórico; de gran calidad estética que representa un producto auténticamente riojano digno de ser conocido en cualquier fecha.   
Cada circuito atesora un marco natural en cuya paleta colorida se dibuja un escenario diferente digno de sentirse protagonista. La amabilidad de sus residentes, en cada comunidad, permite disfrutar no sólo de cada lugar sino ser parte del legado familiar con relatos e historias ricas en costumbres ancestrales.
La gastronomía y el sabor íntimamente casero hacen degustar una variedad de platos que llevan sin duda el condimento propio de cada pueblo, donde los aromas se conjugan en un deleite. 
 

Un santo en la capital

En la Ciudad Capital, se  atesora a ‘Un santo de madera de naranjo’, que narra la historia evangelizadora de San Francisco Solano,  que con su crucifijo, violín y breviario de plegarias,  apaciguara a varias tribus indígenas que amenazaban con arrasar la ciudad fundada por Juan Ramírez de Velasco.
La majestuosidad arquitectónica nos ubica en los siglos XVI al XIX, con la culminación del estilo italianizante en la provincia,  derivado luego en un eclecticismo con reminiscencias góticas, llevándonos a un viaje a los orígenes a través de murales que atesoran la Fundación de la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja. 
La imagen del Niño Alcalde rodeado de sacerdotes y fieles en el ‘Encuentro de Dios con el Pueblo’ o Tinkunaco; la coronación de la imagen de San Nicolás y la construcción de la Basílica Menor en honor al Santo Patrono, representan las huellas de un pueblo que reconocen en Dios la única potestad. Vitrales de origen alemán que recuerda a los patriarcas del Antiguo Testamento, mientras sobresalen en el ábside los fundadores de las órdenes religiosas que iniciaron la evangelización en la provincia. 
Muros de piedra con la rusticidad del estilo, mármoles en sus distintas tonalidades e imaginería artística de gran relevancia y valor forman parte del virtuosismo que se entremezcla a la proclamación de la fe hacia San Nicolás de Bari en la Catedral homónima; Iglesia y Convento de Santo Domingo, de la Virgen de la Merced y San Francisco Solano junto a Las Padercitas que resguarda las ruinas del fuerte español y la capilla, en cuya cripta descansan los restos de este fraile español que en 1953 concretara su labor evangelizadora.
 

Junto al ferrocarril

El circuito ‘Iglesias al costado del camino de hierro’, forma parte de un recorrido por el llano  donde la estructuración nacional dejó plasmada la llegada del ferrocarril a la provincia.
La dinámica social en el trazado de la línea férrea generó necesidades propias de un pueblo creyente que se asentaba en la búsqueda de nuevos horizontes, invocando en todo momento la protección divina de Vírgenes y Santos en sus diferentes advocaciones.  
La traza arquitectónica de las iglesias responde a líneas propias del período constructivo, poniéndose de manifiesto no sólo el material de época entre los períodos de los siglos XVII al XX inclusive, sino el criterio propiamente dicho.
La labor pastoral del ‘obispo de los Llanos riojanos’, Monseñor José Gollbach, forma parte de un importante reservorio patrimonial y documental de los pueblos llanistas del sur.
Reminiscencias arquitectónicas se confunden con la religiosidad popular ligada íntegramente a legitimar la entrega del pastor a su  pueblo. Connotaciones ingenuas en un pesebre vestido que preside la imagen del Niño Dios, original cantidad de indumentaria sagrada y ornamentos litúrgicos cuyos elementos atesoran el paso del siglo XVIII en antigua Europa, destacándose la técnica del oropel o bordado con hilos de oro.
Cada capilla o templo atesora, en celo, actas bautismales de personalidades de la vida político-institucional de la provincia, e incluso intenta denotar el valor religioso popular del sagrario que perteneciera a la iglesia matriz de La Rioja, destruida por el terremoto de 1894.
Expreso. Redacción. J.R

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