Cómo descubrir Odeceixe y dormir con vistas a uno de los molinos del Algarve

En el siempre cautivador e histórico Aljezur, escondido entre la imponente naturaleza de la Costa Vicentina, descansa Odeceixe, un pueblecito pesquero que reúne todo el encanto de La Mancha y del Algarve.

Aquí, al sur de Portugal, está la meca de surferos y amantes de la slowlife. ¿Los motivos? Una de las mejores olas del país, piscinas naturales de aguas dulces y saladas y una vida típicamente de aldea.

Cierra los ojos e imagina que todo lo que te gusta de La Mancha puedes encontrarlo, de repente, en el ‘Mejor Destino de Playa del Mundo’ (Algarve se ha llevado en tres ocasiones este reconocimiento en los World Travel Awards).

‘La Mancha portuguesa’ existe y está en el Algarve, más concretamente en Odeceixe: un pueblecito pesquero de calles estrechas, vida tranquila y casitas pintadas de blanco y añil (también verde y amarillo…), escondido entre la naturaleza salvaje de la Costa Vicentina y playas de arena dorada bañadas por aguas cristalinas.

En la parte alta del pueblo, un molino de viento recuerda al viajero el pasado rural de este rincón al sur de Portugal. Ahora, imagina un alojamiento de ensueño con vistas a toda esta belleza.

Odeceixe: casitas blancas y añil, un molino de viento y una playa única

Podría decirse que Odeceixe es la meca de hippies y surferos que encuentran en este rincón del histórico municipio de Aljezur todo lo que necesitan: vida tranquila, naturaleza y olas, pero lo cierto es que (por si esto no fuera suficiente) este pueblecito pesquero es mucho más.     

A pesar de su tamaño, que lo hace perfecto para el descanso, Odeceixe cuenta su historia desde la época romana, por lo que su herencia patrimonial se hace evidente a todos los niveles.

Desde su iglesia de Nuestra Señora de la Piedad (s XV) con su sobriedad bañada de aires de gótico manuelino, a su impecable arquitectura tradicional, pasando por su rica gastronomía que combina lo mejor del mar y de la tierra (caldereta de pescado, vinos locales, queso y miel de un sabor extraordinario…). Los cafés aquí son el mejor lugar para tomar el pulso a esta vida portuguesa.     

Y entre calles imposible de dejar de fotografiar, plazoletas y tiendas de artesanía local, los pasos te llevan a su arenal que es, sin lugar a dudas, el paraíso (clasificada como una de las Siete Maravillas de Portugal en la categoría de ‘Playas’). Y es que ¿en qué playa se puede surfear una de las mejores olas de Portugal y bañarse con los más pequeños en aguas más tranquilas?

El río Seixe cruza el pueblo abriéndose paso hacia el océano, dejando tras de sí un espectáculo natural que, al llegar a la playa, permite a unos disfrutar del Atlántico más salvaje y, a otros, de piscinas naturales de agua dulce y salada que se van formando al antojo de la marea. ¡Un lujazo!     

Por si esto fuera poco, Odeceixe sirve de puerta de entrada al Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, un espacio protegido ideal para aquellos que buscan naturaleza virgen y turismo de aventura, pues son muchas las rutas de senderismo y las actividades que se pueden practicar. Desde bodyboard a surf o windsurf, sin olvidar los paseos en barco por el río.     

Todo esto, ante la atenta mirada de un molino de viento que, desde lo más alto de Odeceixe, nos regala las mejores vistas panorámicas de este rincón más desconocido al norte del Algarve.

Este molino del siglo XVIII, que aún sigue en funcionamiento y es uno de los mejores conservados de Portugal, está abierto al viajero y se ocupa de recordar que en el Algarve aún es tiempo de hacer las cosas sin prisas, a merced del viento.     

Alojarse en una casa de aldea con vistas a ‘La Mancha’  

Contagiadas de este ritmo sosegado y esta filosofía slowlife se integran en el territorio as Casas do Moinho, un alojamiento familiar y sostenible, en el que disfrutar de todas las comodidades con las mejores vistas a ‘La Mancha portuguesa’.     

Aquí, entre el mar y la sierra, estas preciosas casas típicas celebran 15 años como primer proyecto de Turismo de Aldeia do Algarve. Una comunión entre naturaleza y cultural local, que pretende poner en valor la vida de aldea con la que el huésped puede sentirse perfectamente integrado durante su estancia, al tiempo que disfruta de ciertas comodidades como una piscina infinita con vistas de primera línea al molino de Odeceixe.      

Para aquellos que se queden con ganas de seguir explorado ‘La Mancha portuguesa’, siempre pueden acercarse a conocer los molinos de viento de Castro Marim u Odiaxere, en Lagos (a dos y una hora en coche, respectivamente).     

Expreso. Redacción. J.R