La hostelería de la ría de Pontevedra resiste en la fase 2

EXPRESO - 12.06.2020

El Grupo de Acción Local do Sector Pesqueiro (GALP) Ría de Pontevedra sigue la evolución del sector durante la pandemia de la Covid-19 y ha entrevistado a varios empresarios de hostelería de la comarca acerca de ello, actualmente en plena fase 2 de la desescalada.

Se trata, desde luego, de una situación excepcional, que ha obligado a cerrar algunas casas emblemáticas por primera vez en su historia. ‘Ya pasamos otra pandemia, la del 1918; de hecho, mi abuelo murió en 1919 por la gripe española pero no cerramos, tampoco cerramos en la Guerra Civil’, explica Manuel Muñoz Pesqueira, que es la tercera generación de hosteleros al mando de Casa Pilán, en Marín.

Casa Pilán volvió al trabajo el primer día de la Fase 2. Este negocio centenario trabaja ‘con la gente del puerto’ y, según su dueño, antes del confinamiento estaban dando casi cien comidas al día; ahora, no llegan a las veinte.

Mientras, en Bueu, el Restaurante Hotel Loureiro abrió sus puertas el sábado, 30 de mayo. ‘Tanto el sábado como el domingo abrimos con bastante recelo por nuestra parte pues todo esto es un tema nuevo. Fue cómo abrir de nuevo’, asegura Manuel Martínez, responsable del negocio, aunque ‘hasta que no se libere un poco la movilidad interprovincial no vamos a tener la afluencia de gente que esperamos’.

Las nuevas directrices higiénico-sanitarias y de distanciamiento social suponen un enorme esfuerzo para todos los implicados en la cadena de trabajo de un negocio hostelero. Los profesionales del sector reconocen las dificultades logísticas, económicas y personales que implica la adopción de unas medidas que impactan directamente en el fondo y forma del trabajo diario. En el Hotel Restaurante Loureiro ‘el servicio que antes hacías en una hora ahora te lleva más tiempo por la complejidad’, explica Martínez.

La mayoría espera que la movilidad interprovincial reactive el comercio en su localidad y en su negocio, ya que un porcentaje bastante grande de su clientela son visitantes con segunda residencia.

El turismo nacional también supondrá un alivio para la Quinta de San Amaro que espera poder salvar parte de la campaña de verano ‘si no hay un rebrote’ porque ahora mismo ‘nuestras previsiones son buenas con reservas en el hotel para julio y agosto, casi completo; y también para el restaurante’, detalla Ouviña, su cocinero y responsable.

Expreso. Redacción

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