¿Son las compañías aéreas tan dulces como solían ser?

EXPRESO - 17.11.2010

El buscador de vuelos económicos Skyscanner revela que los pasajeros echan de menos los caramelos antes del despegue y las visitas de los niños a la cabina del piloto en la aviación moderna

El buscador de vuelos económicos Skyscanner revela que los pasajeros echan de menos los caramelos antes del despegue y las visitas de los niños a la cabina del piloto en la aviación moderna.

Skyscanner echa una mirada al pasado y pregunta a los pasajeros que es lo que más echan de menos de la época más glamourosa de la aviación.
Encabezando la lista de cosas que la gente echa de menos en los vuelos de ayer, con la friolera del 40% de los votos, está la visita a la cabina del piloto que solían hacer los niños, ahora esto ya no es una posibilidad en la era de las medidas de seguridad y de los vuelos rápidos.
La ausencia de caramelos que se solían ofrecen en el despegue y el aterrizaje también suponen una triste pérdida para los pasajeros con un 16% de los votos, sin embargo, parece que lo que los pasajeros realmente echan de menos es estar tranquilos y descansar en el avión, más de uno de cada cinco encuestados quieren “no ser molestados con las ventas de billetes de lotería o de otros productos secundarios durante el vuelo".
La encuesta de Skyscanner sobre qué es lo que los pasajeros echan más de menos de los vuelos de antaño arroja los siguientes resultados:
1. Visitas a la cabina del piloto (40%)
2. No ser molestados con las ventas de billetes de lotería o de otros productos secundarios (21%)
3. Caramelos en los despegues y aterrizajes (16%)
4. Sección de fumadores (13%)
5. Pilotos con sombreros (4%)
6. Maquillajes anaranjados en la tripulación de cabina (1%)
Otras respuestas de viajeros nostálgicos han sido: ‘bebida gratis’, ‘una rodaja de limón en la bebida’ y ‘el rugido del motor en el despegue ya que el A380 es demasiado tranquilo’.
Para Mary Potter, directora de Relaciones Públicas de Skyscanner, ‘aunque el aumento de aerolíneas de bajo coste es, sin duda, algo positivo, ya que ha hecho que los viajes estén al alcance de todos, ha creado miles de puestos de trabajo y que se avance en el intercambio cultural entre países, ha supuesto un precio para los pasajeros. Hemos perdido, sin duda, el glamour que suponía volar. Todavía recuerdo cuando mi madre nos vestía a mi hermana y a mí con trajes especiales para viajar, seguro que nunca pudo imaginar que alguien llevaría un chándal a bordo. Había un sentido único de la ocasión que suponía volar al extranjero, mientras que hoy en día creo que mi hijo habrá volado una docena de veces antes de que haya cumplido dos años’.
Expreso. Redacción. A.R

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