Castillo de Canena entrega el IV Premio de Investigación Oleícola Luis Vañó

EXPRESO - 01.06.2022

‘Invertir en investigación y apoyar a la comunidad científica y universitaria es un pilar fundamental para asegurar nuestro futuro y el del sector del olivar y del aceite de oliva’, declara el presidente de la empresa, Luis Vañó.

Los galardones, que datan de 2010, premian la investigación agronómica del aceite, auspiciados y financiados por Castillo Canena en asociación desde 2016 con la Universidad californiana UC Davis, una de las mejores del mundo y con la Universidad de Jaén, desde sus inicios.

El premio está concebido para fomentar y estimular el conocimiento científico y tecnológico sobre el olivar y los aceites de oliva.

Simultáneamente, rinde homenaje a la figura de Luis Vañó, presidente de la empresa Castillo de Canena, jiennense de nacimiento y por convicción, quien apostó desde el inicio de la década de los años 80 por la innovación y las mejoras continuas en el sector. Un adelantado a su tiempo, muy receptivo a todos los avances del conocimiento científico como herramienta profesional útil para fortalecer y hacer más competitivas sus empresas.

De esta forma, Vañó se ha ocupado de preservar y modernizar el legado y los valores de una compañía familiar que nació en 1780 y adoptó el nombre del castillo familiar que se alza en la loma del municipio de la localidad jiennense homónima, en el privilegiado entorno del Valle del Alto Guadalquivir, entre las sierras Mágina y de Cazorla, y próximo a esas dos joyas que son Úbeda y Baeza, ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad y magníficos exponentes de la esencia cultural andaluza.

En un comunicado de la aceitera, detallan que ‘Castillo de Canena produce aceites de la más alta calidad procedente de variedades de olivos como picual, arbequina o royal cultivados con el máximo respeto hacia la biodiversidad de sus olivares, hábitat perfecto para especies vivas de la zona, tanto vegetales como animales, en donde viven, además, ovejas, gallinas, caballos y asnos, entre otras especies. La empresa ha acometido numerosos proyectos para la recuperación de la fauna (especialmente las aves) y la flora autóctona, y en 2012 puso en marcha un plan de reforestación que aún sigue en marcha’.

El compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente se refleja en el establecimiento anual de objetivos de reducción de consumos y materias primas y en la puesta en marcha de acciones de concienciación y de optimización de recursos.

Además, todo el proceso de elaboración se controla personal y minuciosamente, desde el origen, con el minucioso cuidado de los árboles, hasta el momento en el que el aceite llega al punto de venta en más de 50 países de todo el mundo.

Por lo que se refiere a la investigación, la innovación y el desarrollo, la inquietud es constante. De todos es sabido que el aceite posee incalculables propiedades saludables, pero en uno de los trabajos que obtuvo el Premio Castillo de Canena de Investigación quedó palmariamente demostrada la beneficiosa influencia que tiene la ingesta diaria del AOVE en la prevención e incluso curación de determinados canceres, como el de mama.

El trabajo ngalardonado, denominado “La evolución de transposones como factor principal en la evolución del genoma de los olivos cultivados”, analiza la evolución del genoma del olivo durante el proceso de domesticación.

Tal y como reflexiona uno de los investigadores, Francisco Luque, ‘el conocimiento del genoma es una herramienta poderosa que abre la puerta a nuevos trabajos que sin él serían inabordables y que pueden resultar de enorme interés y utilidad para el sector del olivar’.

A lo largo del estudio y para dilucidar la evolución del genoma del olivo durante este proceso humano de domesticación se re-secuenciaron unas 40 accesiones de olivos cultivados y 10 olivos silvestres adicionales, arrojando luz sobre el origen de los actuales olivos andaluces. Se han analizados muestras de ADN antiguo obtenidas de huesos de aceituna carbonizados procedentes de cuatro excavaciones arqueológicas que se remontan a la época del Imperio Romano.

El estudio de este ADN ha revelado que en ese período las varietales de olivo presentes en Andalucía, probablemente, procedían de la ruta norte del Mediterráneo, incorporados por los romanos debido a su parecido genético con los olivos de la zona de Italia y Grecia y especialmente del Levante español. Sin embargo, en la actualidad en Andalucía, la mayoría de los cultivares están emparentados con olivos de la zona de Siria, probablemente procedentes de la ruta sur del Mediterráneo y que fueron traídos por los árabes.

Expreso. Redacción. A.F

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