De vuelta a casa, tras Fitur

EXPRESO - 04.02.2013

Ana Bustabad Alonso, periodista

Escribía en este mismo espacio hace un año la crónica de una FITUR acuciada por los recortes y anclada sin embargo en tiempos mejores. Este 2013 la sensación que traigo de vuelta es bien distinta.

fiturDe vuelta a casa, o a la redacción de EXPRESO, que viene siendo lo mismo, no puedo evitar un pequeño balance de la edición 2013 de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, Fitur, que acaba de cerrar sus puertas en la capital española.

Escribía en este mismo espacio hace un año la crónica de una feria acuciada por los recortes y anclada sin embargo en tiempos mejores, con una fuerte resistencia al cambio. Este 2013 la sensación que traigo de vuelta es bien distinta.
El cierre del pabellón 2 y algunas arquitecturas provisionales han resuelto dignamente la menor contratación de espacio, que al precio que está el metro cuadrado no puede extrañar a nadie.
La austeridad de los stands institucionales ha sido este año mucho más real que nunca, sin opíparas recepciones a puerta cerrada, y hasta el buen tiempo se ha conjugado para evitar un gasto excesivo de calefacción. Incluso el aparato de la Casa Real, a cargo de la seguridad de los Príncipes de Asturias, nos brindaba el miércoles una inauguración oficial sin tensiones ni hipercontroles absurdos.
Pero donde se ha notado de verdad el cambio es en la actitud de los expositores. Todos ellos, públicos y privados, acogían este Fitur a profesionales y viajeros con los brazos abiertos, sin pedestales, parece que la crisis nos está abriendo la mente. Al menos así lo hemos vivido desde este diario EXPRESO, y así se comentaba en los pasillos.
Este año ha sido un placer descubrir las coloridas novedades de Castilla y León al fondo del pabellón 9, más activo que nunca, que por cierto se ha llevado el premio al mejor stand nacional. El más interactivo de la sección internacional, el de Colombia, se ha quedado en cambio sin premio.

fitur

Ha sido un placer entrevistar a personas como Stefan Dapper de Tui Spain, que hizo que se nos pasasen volando los minutos; reencontrarnos en el pabellón 10 con los amigos que han sobrevivido al injusto ERE de Paradores; y cruzarnos entre convocatoria y convocatoria con colegas de medios turísticos de todo el mundo.
Un placer comprobar la entrega de responsables políticos como el director general de Turismo de Cantabria, Francisco Agudo, que atendía con su habitual cercanía a cuantos se acercaban a conocer la tierruca, en un stand, eso sí, que parecía diseñado por su peor enemigo.
Un placer compartir una Guinness y un cóctel de Jameson con el encantador equipo de Irlanda, con Pura Giménez a la cabeza; recordar las mágicas noches del desierto de Túnez con Leila Tekaia, directora de la Oficina de Turismo en Madrid; o reencontrarnos con Iyolexis Correa, que apura sus últimos días al frente de Turismo de Cuba en nuestro país.
Gracias por su extraordinaria hospitalidad a las delegaciones de Egipto, Accor, de Torremolinos, de Malasia, de Galicia, de Asturias, de la Costa del Sol, de Lanzarote, a la mismísima Organización Mundial del Turismo. A ellos y a muchos más que nos han recibido tan amablemente estos días -siento dejarme tantos en el tintero-, gracias.
Los negocios son lo importante en una feria internacional de la categoría de Fitur, pero no lo único, y en uno y otro aspecto la impresión general de este año ha sido muy buena.
fiturQuedan, por supuesto, cosas por hacer, ni siquiera la gran Fitur es tan perfecta que no necesite mejoras. Como sugerencias, la optimización de las bases de datos de la organización, que a mí personalmente me obligó a siete u ocho correos y varias llamadas para conseguir una acreditación de prensa sin errores a pesar de haber utilizado el registro online.
Y una petición recurrente: mayor control de acreditaciones e invitaciones por parte de organización y expositores durante los días de profesionales, no todo vale a costa de incrementar el número final de visitantes. Este 2013, eso sí, es el primer año que no he visto ni un solo niño de miércoles a viernes.
Las cifras oficiales de la organización dicen que en esta edición, además de instituciones y empresas expositoras de 167 países, acudieron a la feria 120.000 visitantes profesionales. Muchos me parecen, incluso contando entradas y salidas como usuarios únicos, que dirían nuestros queridos informáticos. Hasta última hora se podían encontrar en Madrid buenas habitaciones de hotel por menos de 100 euros, y eso es un indicador difícil de rebatir.
Esta es, claro, solo mi impresión, y me encantaría conocer la de otros profesionales que estos días han formado parte de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, la más importante del mundo, por lo menos para nosotros.

Comentarios

Jorge de Celis (no verificado)

Totalmente de acuerdo contigo Ana, esto es parte de lo que escribía en nuestro blog tras nuestra visita a Fitur.

"Aunque este año el descenso en espacio y empresas expositoras se ha visto mermado debido a la crisis, hemos percibido un ascenso en creatividad y en ganas de hacer más cosas con menos recursos"

Me ha gustado mucho tu articulo.
Saludos,

Manuel (no verificado)

pues yo he visto una señora con carrito y niño, debo decir. (Jueves a mediodía en pabellón 4)

Hellen Faus (no verificado)

Efectivamente, se ha notado el cierre de pabellones, pero aún así quedaban muchos espacios vacíos y paneles bloqueando parte de pabellones, que no pasa nada porque sea más pequeña pero concentrada, señores de Fitur, en serio!! :-)
Fitur siempre es un espacio aprovechable para citas, reuniones, ver gentes y ampliar contactos, pero aún así, echamos en falta un concienciamiento por parte de la feria para facilitar el acceso a las pequeñas empresas... mientras no bajen los precios se hace inviable, porque si pagas un dineral y te encuentras en un pasillo enoooorme sin nada al lado, como pasa a muchos, se te cae el alma a los pies.
Gracias por el artículo, está muy bien reflejado!
:-)

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