Una ruta por la Sierra de Aracena, el secreto mejor guardado de Huelva

EXPRESO - 11.10.2012

Más información Patronato de Turismo de Huelva www

Texto y fotos: Federico Ruiz de Andrés y Ana Bustabad Alonso
Tierra de descubridores, de playas vírgenes, de fresas y linces ibéricos, Huelva guarda todavía secretos que solo conocen los viajeros avezados, los que buscan más allá de los folletos.
aracena
Uno de ellos es sin duda la Sierra de Aracena. Con un paisaje de dehesas, bosques y pastizales, entreverado de pueblecitos blancos como el mejor jamón ibérico, el reloj marca aquí su propio ritmo.
Estamos en la zona norte de la provincia de Huelva, en pleno Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, pero nos gusta más llamarla Sierra de Aracena, por sonoro y porque esta ciudad blanca es el mejor punto de partida para conocerla.
A medio camino entre Lisboa y Sevilla, entre Badajoz y la propia capital onubense, la carretera se adentra sinuosa entre alcornoques, encinas, quejigos y castaños. Cada tanto, clarea la vista entre el monte bajo un prado húmedo y verde, hierba fresca para los cerdos morenos de grandes orejas.
aguadoras
Justo antes de llegar, la torre del castillo asoma curiosa en lo alto. Imposible no detenerse para tomar la primera foto. Aracena entera es una postal, y no deja de serlo por más que se descienda al nivel del suelo, que aquí luce empedrado, dibujado y señorial.
De casitas encaladas, no más de tres o cuatro alturas, aquí y allí salpicada con las obras de Aníbal González, famoso arquitecto que diseñó la sevillana plaza de España. El casino, el lavadero, son solo excusas para recorrer estas calles tranquilas. Si faltasen, bastaría dejarse llevar por los aromas.
Aracena huele a dulce, que los aracenenses son golosos sin miramientos. La primera parada imprescindible ha de hacerse en la confitería Rufino, en la calle Constitución. Abierta desde 1875, es un auténtico templo de los sabores. No hay que perderse sus yemas recubiertas de caramelo y rellenas de nueces o almendra, el mejor souvenir que se puede llevar a casa el viajero.
yemas
O los tocinillos de cielo, o las tartas de fresas, que se recogen en el momento justo de maduración. ‘Nos llaman y salimos a la hora que sea para Lepe’, cuenta Pilar, una de los cinco hermanos propietarios de este negocio que abrió cuando la moneda corriente era el real de vellón y el peso se medía en libras.
Huelva es tierra de fresas, y de gambas, pero eso son otras lides, y aquí en Aracena no hay mayor placer que un plato de jamón ibérico bien cortado, de ese que se alimenta con bellota y otras delicias de la dehesa.
Lo cuentan divinamente en el Museo del Jamón, donde se aprenden curiosidades como que hubo una época en que incluso los musulmanes que poblaban esta zona apreciaban el prohibido manjar. A la salida, frente al punto de información micológica, te despiden con unas lascas que se derriten en la boca.
jamon
casino
Sabe a poco. Completamos el apetito con un plato de Cinco Jotas de Sánchez Romero Carvajal en el restaurante de Manolo Rivero, El Manzano, en la plaza del Marqués de Aracena, especialista en hongos de temporada. Unas colmenillas rellenas de foie. Unas gambas.
O dejándonos caer por la cocina de José Vicente, en la avenida de Andalucía. No se puede pedir más que, quizá, acercarse al Monasterio de las Madres Carmelitas, junto al Ayuntamiento, para poner el punto final con una torta de naranjas.
Son muchos más encantos los que guarda Aracena. Bajo el Cerro del Castillo se esconde la primera cueva turística de España, la Gruta de las Maravillas, que abrió en 1914.
Lo más curioso es su entrada, una puerta más del pueblo, nada la distingue de las demás. Es increíble el blanco intenso de sus formaciones calcáreas, y los paisajes de algodón que forman bajo el agua. Una de las más bonitas de toda España.
gruta
Salir luego al exterior, frente a la Oficina de Turismo, bajar hasta Las Aguadoras, caminar de plaza en plaza para alcanzar la parte más alta del pueblo. Una delicia.
También lo es disfrutar de un paseo urbano disfrazado de juego de rol, revivir el secuestro del Conde Duque de Olivares, caminar por los senderos iluminados en luna llena. Las opciones son muchas y muy divertidas. Por ejemplo, las que ofrecen las empresas de turismo activo como Alma Natura y Culturaleza.
Continuar quizá con una ruta de nordic walking por esta Sierra de Huelva hermosa y desconocida, con aromas de frutos silvestres, de brezo y espárragos, con sabor a miel y a trufas.
Los senderos que la atraviesan resultan fáciles incluso para principiantes, y cambian de color en cada estación. De camino, una parada en el paseo de la Molinilla, en Conservas Jabugo, para entender cómo se logran los mejores jamones.
calles 
Algunas escapadas imprescindibles por la Sierra
La Sierra de Aracena es perfecta para perderse, porque no pasan más de 5 kilómetros sin que te encuentres un pueblo blanco, de casitas perfectas, parada y fonda de gentes amables. Cada uno diferente, todos singulares.
Linares de la Sierra, a media hora escasa de Aracena, espera con sus calles salpicadas de llanos dibujados en piedra, que dan la bienvenida a cada vivienda. Inevitable pensar en la influencia portuguesa, apenas a 60 kilómetros de la frontera. Aquí se viene aunque solo sea a comer. Porque Luismi, el chef de Los Arrieros, ha diseñado una carta imaginativa y espléndida, en una casa de toda la vida.
Hay que probar el Carpaccio de presa con reducción de Pedro Ximénez, la Torta de queso pestoso, ‘sudao’ de leche cruda de cabra y sabor intenso; la Hamburguesa de pluma ibérica y boletus con mermelada de tomate rosa, la Carrillera con boniato –impresionante- o el sencillo postre de queso con membrillo y poleá.
carpaccio
Tras un vino de naranja, una joya dulce de la Denominación de Origen Condado de Huelva, llega el café. Este afuera, aprovechando el buen tiempo de la Sierra de Huelva, en la única mesa que guarda la terraza, concesión amable a los fumadores, rodeada de lascas de pizarra y macetas con flores.
Nos vamos ya camino de Alájar o, mejor dicho, camino de la Peña de Arias Montano, para descubrir desde arriba este pueblo de tejas rojas y mucho más, desde aquí se conquista el mejor horizonte de la Sierra de Aracena.
Nada nos detiene hasta la señorial Almonaster la Real, dicen que la más distinguida de estos lares. Con sus calles convergentes hacia lo alto, a la mezquita, uno de los pocos vestigios visigóticos andaluces, de tiempos de los califas.
Nos dejamos para otro viaje Aroche, con su ciudad romana de Turóbriga; Fuenteheridos, Jabugo, Valdelarco, la querida Encinasola… Tantos rincones especiales que esconde la Sierra de Aracena, uno de los secretos mejor guardados de Huelva.
alajar
GUÍA PRÁCTICAcarretera 
Cómo llegar
Muy cerca de la antigua Ruta Vía de la Plata que cruza de Norte a Sur la Península Ibérica, Aracena se encuentra al noroeste de Andalucía, en la parte septentrional de la provincia española de Huelva.
Para llegar en coche hay que tomar la carretera N-433 desde Sevilla o Lisboa, y desviarse en Santa Olalla, dirección Zufre; También se llega por la N-435 que une Badajoz con Huelva, desviándose a la altura de Garaloza, para llegar por fin a Aracena.
Los aeropuertos más cercanos a la Sierra de Huelva son los de Sevilla, a 100 kilómetros, y Jerez de la Frontera, a 185 kilómetros.
A esta Sierra de Aracena también se puede llegar en tren, gracias a la línea que comunica Mérida con Huelva, y que para en dos pueblos de la comarca, Almonaster y Jabugo.
 
Dónde dormir
Aracena y sus alrededores cuentan con una oferta de alojamiento muy variada, desde hoteles urbanos a pequeños alojamientos rurales.
hotelconvento
Hotel Convento Aracena. El último en llegar, en pleno centro de la ciudad. Abre sus puertas este mes de diciembre con una rehabilitación impecable, de cuartos amplios en torno a los claustros, spa de lujo y una iglesia convertida en sala de exposiciones.
Hotel Finca Valbono. A dos minutos en coche de la ciudad, una delicia el tipismo de las habitaciones en el antiguo caserío y de sus alquerías. Aquí lo que apetece es desconectar, armarse con un buen libro y gastar la tarde soñando despierto bajo su terraza emparrada.
Aracena Park Hotel & Spa. Las mejores vistas sobre Aracena. Con una gran piscina exterior, dos restaurantes con terraza frente al castillo y unas completas instalaciones deportivas. Pertenece a la cadena Asur.
Hotel Sierra de Aracena. El mejor ubicado de la ciudad, en plena Gran Vía, un alojamiento de toda la vida en la gran plaza arbolada, junto al Museo del Jamón.
Finca La Media Legua. Un complejo rural de apartamentos rodeados de castaños, magnífica opción si se viaja con niños. Aquí esperan Lucía, el gato gris, con sus cuatro gatitos, y una mastín llamada Luna. Lo mejor, la piscina de verano y el desayuno que Cinta deja en la habitación, con pan de pueblo, aceite y tomate.
 

Más información

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castaños  

Comentarios

andres (no verificado)

Muy interesante la descripción narrativa del autor. Además, un bonito paisaje urbano y todo ello blanco y color tejas.

internauta (no verificado)

Buenos días, somos la oficina de turismo de Jabugo.
Queremos dar a conocer nuestra oferta turística para que podáis incluirla dentro de vuestras rutas por la sierra de Aracena si os parece bien.
¿Dóndo podemos mandar informaciçón? Si nos dejais un correo electrónico podemos mandaros la informasción necesaria sobre el Centro de Visitantes del Ibérico, las diferentes bodegas que hacen visitas guiadas y de bares y restaurantes.

Un saludo

Miguel López
Ayuntamiento de JAbugo