Ciutadella, por el camí de cavalls a las piedras y las calas

EXPRESO - 21.03.2011

Texto y fotos: Manolo Bustabad y Pilar Alonso Canto Hemos madrugado para escaparnos a una de las ciudades más señoriales de las Islas Baleares, de calles estrechas y apretadas; la que fue primera capital de Menorca: Ciutadella

Texto y fotos: Manolo Bustabad y Pilar Alonso Canto

Hemos madrugado para escaparnos a una de las ciudades más señoriales de las Islas Baleares, de calles estrechas y apretadas; la que fue primera capital de Menorca: Ciutadella.
Tras la travesía del Port d’Alcúdia al port de Ciutadella a bordo del Ramón Llull de Baleària, las primeras horas de la mañana nos han encontrado callejeando por el casco antiguo, descubriendo la Ruta de la historia y los palacios. Pero aún veremos alguna cala y aprenderemos más cosas de Ciutadella y de Menorca antes de comer.
La oficina de Turismo de Ciutadella, en el bajo del Ayuntamiento, es un espacio agradable, lleno de carteles alusivos a las fiestas y excursiones locales, de abundante información sobre cada cala, con muestras de sus diversas arenas (más oscuras las del norte y blancas las sureñas) y sobre todo de personas encantadoras, muy abiertas y dispuestas a rebuscar (hasta en el despacho del jefe, si hace falta) el folleto o la información en castellano, que a veces se hace la remolona o se pierde entre la catalana.
Desde sus ventanas, a través de los soportales, podemos ver un resumen de nuestro paseo por la Ciudad Antigua, con el teatro, dos palacios, el campanario de la catedral, las torres del seminario…, todo concentrado y superpuesto a modo de hermoso pastiche adornado concapiteles y palmeras.
Sólo tenemos una jornada y nos hemos centrado en la joya (la ‘ciudad señorial por antonomasia’), pero Ciutadella es mucho más.
Es el municipio más grande de los ocho de la isla, con un rosario de calitas, algunas con urbanizaciones que son verdaderos pueblos, en su extensa costa orientada a tres puntos cardinales. No en vano recibe la mitad de los turistas de Menorca.
 
Recorremos las más próximas, desde sa Platja Gran, en la misma ciudad, hasta Cala Blanca, pasando por Sa Caleta y Santandria.
Y dejamos para próxima ocasión su vasta ribera, llena de rincones inolvidables para el visitante, desde los acantilados de Sa Muntanya Mala (más de 200 metros de corte casi vertical) en su extremo nordeste, hasta las playitas de cala Galdana, en el sureste.
No podemos omitir aquí un curioso dato que nos aporta, como tantos otros, Soledad, nuestra guía, cuando mostramos nuestra admiración por la transparencia de las aguas. Afirma que ello es debido a la acción limpiadora y depurativa de un alga llamada posidonia, cuyas flores, de forma de espiguillas, son visibles en casi todos los arenales.
 
Ese paseo, que podríamos llamar de circunvalación del término municipal, nos descubrirá sus otros mundos: la ruta arqueológica, preñada de covas, talaiots, taulas y navetas; la arquitectura defensiva, de torreones y castillos, y los faros; las canteras de s’Hostal, de donde salió la piedra para tanto monumento, recuperada ahora para deleite de curiosos; las rutas para bicicleta de montaña, el camí de cavalls, recién recuperado, en el 2010, para disfrute de senderistas y caballistas.
Conocido también como Sendero de Gran Recorrido (GR-223), con sus 185 Km., ‘inspecciona’ (nació realmente para eso hace varios siglos) el perímetro de la isla. 
Los verdaderos expertos sobre todos estos asuntos son un grupo de guías y especialistas compuesto por menorquines, alemanes y catalanes, unidos bajo el nombre de Rutas Menorca. Todos ellos entusiastas del ecoturismo y enamorados de esta ‘Reserva de la Biosfera’, organizan diariamente excursiones y tienen un recorrido para cada día de la semana. Lo mismo organizan viajes a medida para grupos, que facilitan información a los que quieran ir a su aire.
 
Noto que esta jornada, a punto de finalizar, me proporciona emociones opuestas: la positiva, el descubrimiento de esta señorial fortaleza; la negativa, la limitación de tiempo que nos impide profundizar y explayarnos en tantos atractivos a nuestro alcance. La consecuencia (lógica) es el deseo de una próxima y más dilatada visita, que ya bulle en nuestra mente.
Y con estas reflexiones me viene a la memoria nuestro regreso de esta tarde ¡en barco! ¿Será posible? El viento del norte no amaina...
 
Descubriendo CIUTADELLA:
 

Comentarios

internauta (no verificado)

Hola amig@s viajeros: He leido esta noticia y me gustaria dejaros un enlace de una pagina web especialista en el "Cami de Cavalls", GR 223, de Menorca, desde hace varios años, cuando el Cami de Cavalls todavia no era reconocido La informacion esta dividida en etapas y es muy extensda y profesional: http://www.reman.es/medio_ambiente_y_naturaleza/senderismo/senderos-gr/cami-de-cavalls-gr-223-menorca-islas-baleares/ Un saludo