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Mieles de Tenerife: mil colores, mil sabores
EXPRESO - 17.05.2010
Susana Rivera García y Luis Bustabad Alonso La primavera cambia por completo el paisaje duro y casi lunático del Teide
Susana Rivera García y Luis Bustabad Alonso
La primavera cambia por completo el paisaje duro y casi lunático del Teide. El Parque Nacional más alto de España, en pleno corazón de la Isla canaria de Tenerife, se cubre de retamas blancas y rosadas de olor penetrante, de flores amarillas de tajinaste, de delicadas violetas que crecen a más de 3.500 metros de altura.

Pero lo que pocos viajeros saben es que con estas flores, muchas de ellas endémicas, se elaboran algunas de las mieles más deliciosas de las Islas Canarias. Así que nos liamos la manta a la cabeza y nos escapamos a comprobar in situ el sugerente eslogan de la miel de Tenerife: mil colores, mil sabores.
Para un viaje como este no vale cualquier hotel. Buscamos sensaciones y sabores, así que escogemos el hotel Botánico, en el Puerto de la Cruz que, además de ser uno de los mejores alojamientos de Tenerife, cuenta con un jardín frondoso donde hay palmeras, fuentes, estanques con nenúfares e incluso un pequeño huerto urbano con decenas de plantas aromáticas y especies.

Las hay multiflorales, que tradicionalmente se han diferenciado en mieles de costa, de monte o de castaño, y monoflorales; desde la de aguacate, que huele a caramelo y fruta madura, o de retama del Teide, hasta la de tajinaste o hinojo, entre muchas.
Tenerife tiene una gran oferta culinaria. Su gastronomía ha evolucionado en los últimos años dando lugar a una nueva cocina en la que se recuperan recetas tradicionales y se aplican nuevas mezclas de sabores, donde la miel se ha incorporado como un manjar más en interesantes recetas, siendo un deleite para cualquier paladar, así como fuente de salud y bienestar.
El vínculo entre Tenerife y la miel se muestra por toda la Isla en nombres de lugares, como Las Colmenas, Roque de las Abejeras, La Hoya de las Colmenas, entre otros. Las pequeñas abejas se dedican a su elaboración en lugares tan especiales como el Parque Nacional del Teide o el Valle de la Orotava. Pero antes de lanzarnos a descubrir los mejores paisajes tinerfeños, nada mejor que una parada en el lugar más dulce de toda la Isla.
Hablar de miel en Tenerife es hablar de la Casa de la Miel, un lugar que visitamos y donde tenemos la oportunidad de entrevistar a su director, Antonio Bentabol Manzanares. Está situada en la finca La Baranda en El Sauzal, junto a la Casa del Vino. Para llegar allí desde el Puerto de la Cruz, donde nos alojamos, hay que dejar la autopista norte en la salida 21.

Actualmente es un centro de servicios y promoción de la miel que dirige Antonio Bentabol. Mientras nos explica con detalle cómo funciona, no puede ocultar el entusiasmo que le produce su trabajo.
Las mieles elaboradas en este centro llevan la contraetiqueta ‘Miel de Tenerife’, que certifica su calidad, y a través de la web de la Casa de la Miel se puede obtener un informe completo de la trazabilidad de la miel contenida en ese envase.
Es decir, podemos conocer exactamente el recorrido de la miel que estamos tomando, desde sus colmenas de origen hasta su envasado, simplemente introduciendo el número de la contraetiqueta y su fecha de consumo preferente.
La Casa de la Miel presta servicios de mielería con la tecnología alimentaria más moderna, de manera que ningún proceso altere sus cualidades naturales; se ocupa del control de calidad, de la recuperación y laminado de la cera; pero también apoya con asesoramiento técnico a los apicultores de la Isla, y se encarga de que isleños y viajeros conozcan mejor las mieles de Tenerife.
Por otro lado la Casa de la Miel es el organismo encargado de controlar el cumplimiento de las normas que regulan la denominación de la calidad de Miel de Tenerife. No sólo garantiza la calidad y el origen de las mieles, sino que dispone de un comité de cata que asegura la ausencia de defectos y las adecuadas características organolépticas de cada tipo de miel.

Es centro organiza visitas para colegios y grupos interesados en conocer este sector, pero no puede ser visitado por el público en general. Para esto se ha creado el Museo Insular de la Miel, un centro de visitantes que se encuentra en el edificio anexo, donde se explica todo el procesado de la miel y la elaboración de la cera.
La entrada es gratuita, y aquí podemos consultar una guía interactiva con recetas de cocina, los restaurantes donde las elaboran, y mucha más información. Merece la pena visitarlo, porque ofrece una visión completa sobre qué es la miel, cómo se consigue y qué usos tiene.
Tras la visita de la Casa de la Miel y su Museo, nos vamos a probar un menú elaborado con diferentes mieles en el restaurante ‘Casa del Vino La Baranda’, situado en el pintoresco patio de la Casa del Vino, una casona tradicional agrícola canaria perfectamente rehabilitada.

Probamos un menú elaborado por su cocinero, Patxi González, y lo acompañamos de vinos de la tierra que selecciona para nosotros su maitre, Pedro González.
En esta ocasión probamos el vino blanco Comtiempo Vidueño, el tinto Comtiempo dulce de las bodegas Arca de Vitis y el tinto Arautava tintilla.
El trato y la comida son excepcionales, y comprobamos lo que el director de la Casa de la Miel, Antonio Bentabol Manzanares, nos explicaba horas antes acerca de la biodiversidad de las mieles de la Isla con el lema ‘Mil colores, Mil sabores’.
De la carta recomendamos los Canelones rellenos de cordero y miel, o el Lomo de cordero lechal a la miel de castaño sobre tortita de gofio y millo y, como postre, el Queso fresco con calabaza confitada y helado de miel de cumbre al perfume de trufa de verano.

En nuestra visita a la Isla descubrimos que las mieles de Tenerife ofrecen un gran abanico de posibilidades culinarias.
La miel de Retama del Teide y Barrilla, por ejemplo, son adecuadas para endulzar y acompañar infusiones, la Relinchón para tomar con yogur o queso fresco, la de Castaño es ideal para servir de condimento a las carnes y la de Aguacate ha sido usada tradicionalmente para amasarla con gofio y frutos secos, para obtener las deliciosas ‘Pellas dulces’ típicas de la Isla.
Cualquier época del año es buena para disfrutar de las mieles de Tenerife y sus aplicaciones gastronómicas, y casi todas se pueden adquirir en muchos establecimientos distribuidos por toda la Isla. Pero una de las citas más importantes se celebra cada año en noviembre, la Feria de la Miel de Sauzal.

Además de concursos de recetas, exposiciones y visitas guiadas a la Casa de la Miel, durante la feria se organizan curiosos talleres para aprender a elaborar velas o extraer la miel, y esos días se celebran también jornadas gastronómicas en varios restaurantes de la zona.
Ningún viaje resulta completo sin disfrutar los sabores y los olores de su gastronomía.
Tenerife no iba a ser una excepción. Pero aquí, además, basta probar sus diferentes mieles para sentir cómo se deshacen en el paladar los mil sabores, los mil colores, todas las flores de esta isla que siempre nos sorprende.
Agradecimientos:
Mercedes Cabrera, Turismo de Tenerife
Antonio Bentabol Manzanares, director de la Casa de la Miel
José Guadalupe, Hotel Botánico
José Alfonso González Lorente, director de la Casa del Vino ‘La Baranda’
Restaurante Casa del Vino ‘La Baranda’, chef Patxi González y maìtre Pedro González

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