El caballo peruano de paso es de los más suaves del mundo

EXPRESO - 11.09.2012

Elsa de Puga y Nancy Johamory, Hacienda Los Ficus

El caballo peruano de paso es un animal muy noble, sobre todo los criados en esta hacienda porque desde pequeños se les da buen trato y mucho cariño y, como todo ser vivo, devuelve lo que ha recibido…

La Hacienda Los Ficus es un oasis en medio del desierto que parece el Valle de Lurín, a tan solo 15 km al sur de Lima.
Para llegar hasta aquí hemos tomado la autopista Panamericana sur y nos hemos desviado a la izquierda en el distrito de Lurín, un pueblo pequeño lleno de chicharronerías a donde los limeños suelen escaparse cada domingo.
Nos cuenta Elsa de Puga, una de sus propietarias, que ‘la finca se construyó como criadero de caballos peruanos de paso donde no había nada, siempre pensando en los caballos y en su comodidad’.
Todo es poco para estos caballos que se encuentran entre los más ‘suaves’ del mundo. De hecho, la principal característica del caballo peruano de paso es la manera especial que tiene de caminar, suavemente.
La Hacienda Los Ficus cuenta actualmente con más de treinta caballos. Su compromiso, según nos explican, está en mantener la raza y en su educación, y eso se consigue con entrenamiento, buena alimentación y cuadras adecuadas.
El coste de una cuadra de estas características es elevado. ‘El caballo en general es un animal caro, no solo en lo material, sino que hay que esperar mucho tiempo para ver si sirve o no sirve. Ya solo la gestación de una yegua son 11 meses. Se tardan cuatro años en  entrenarlo y todo este proceso tiene un costo’ aclara Nancy.
El caballo peruano de paso es un animal muy noble, sobre todo los criados en esta hacienda ‘porque desde pequeños los acostumbramos a que no tengan miedo a las personas, se les da buen trato y mucho cariño. Como todo ser vivo, devuelve lo que ha recibido y aquí en Los Ficus el caballo recibe cariño, respeto, paciencia y amor’ explica Nancy con orgullo.
Una crianza que dura unos cuatro años, según nos cuenta Elsa de Puga: ‘A esa edad está listo un buen caballo de silla, suave, bien entrenado y seguro de sí mismo para lucirse en exhibiciones y concursos’. Concursos que se realizan a nivel nacional y de los que tienen ya varios premios. Uno de los concursos más importantes se celebra en abril y la hacienda Los Ficus acude todos los años. ‘Nos gusta llegar con el caballo bien preparado y saber que se están haciendo bien y correctamente las cosas’.
Los caballos peruanos de paso son capaces de bailar una marinera, baile de cortejo típico en Perú, de una manera tan elegante y tan en armonía con su pareja, una bella peruana, que me pregunto cómo es posible enseñarles a bailar.
Nancy me lo explica, ‘no es que se les enseñe, es que ya lo llevan en su andar. La marinera norteña es una música que tiene cuatro tiempos y nuestros caballos caminan en cuatro tiempos, ahí está el complemento con la música’.
Aunque es una estancia privada, la hacienda Los Ficus abre sus puertas al público para ocasiones especiales y exclusivas. De hecho, comparte desde hace tres años esta parte de Perú con los viajeros, ‘estamos orgullosos de lo que tenemos y queremos enseñar al mundo algo propio que nos pertenece, una raza propia’.
Aquí se puede disfrutar del trabajo de cada día con los caballos, conocer la raza, su historia; ver las crías recién nacidas e incluso montar alguno de estos suaves caballos. Todo lo relacionado con el mundo del caballo peruano de paso está aquí, los lujosos aperos y las vestimentas de los chalanes, sus entrenadores. La sorpresa final que espera al viajero es un almuerzo con los sabores tradicionales del Perú y productos de su huerto ecológico.

Expreso. Valle de Lurín, Perú. Julia Peñas. 

Comentarios

De cerca relacionados