Curiosidades de los emblemas nacionalistas… De un viaje a Cuba (IX)

EXPRESO - 25.01.2012

Manolo Bustabad Rapa, periodista

Camino de Varadero nos detenemos al borde de la carretera ante un cartel grande. Su parte central aparece ilustrada con los emblemas de la nación cubana: los ‘símbolos patrios’, bandera, himno y escudo y los ‘atributos nacionales’, flor mariposa, palmera real y pájaro tocororo…

En nuestra corta estancia en Cuba hemos constatado la importancia que tienen aquí los carteles, que están presentes en las plazas, en las carreteras, en los accesos a las poblaciones…Casi siempre propagando consignas, pero de estos hablaremos otro día.

Camino de Varadero nos detenemos al borde de la carretera ante un cartel grande, que quizás reúne todos los emblemas de significado estrictamente nacionalista.
Es apaisado y está montado sobre una especie de pedestal pétreo que le confiere vocación de permanente. Su parte central aparece ilustrada con los emblemas de la nación cubana clasificados en símbolos y atributos. Los ‘símbolos patrios’, bandera, himno y escudo y los ‘atributos nacionales’, flor mariposa, palmera real y pájaro tocororo. La sección de la derecha la ocupa una frase de José Martí escrita con primorosos caracteres, bajo el rostro del héroe nacional enmarcado en un medallón y con su firma manuscrita debajo. Y, a la izquierda, un espacio vacío parece destinado a los mensajes más ocasionales.
Dos de estos emblemas aluden directamente a la necesidad de libertad inherente a la condición humana. En el himno se dice a gritos:
Al combate corred, bayameses,
que la patria os contempla orgullosa
No temáis una muerte gloriosa
que morir por la patria es vivir.
En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumidos.
Del clarín escuchad el sonido
¡a las armas, valientes, corred!
La segunda alusión al ‘aire fresco’, imprescindible para la vida, la encontramos en el pájaro tocororo. No es tan explícita, pero, a poco que nos documentemos, aparece el mensaje: A primera vista, la característica más evidente del tocororo es su plumaje, cuyos colores están presentes en la enseña nacional (su cabeza es azul, el pecho blanco, rojo el vientre y en su capa tiene plumas verdosas). Pero lo verdaderamente significativo es su condición de animal libre, puesto que nunca se logró que sobreviviera en cautividad.
Sorprende la presencia de la flor mariposa entre los símbolos, tanto por su origen, que parece ser asiático, como por el motivo de su incorporación, el 13 de octubre del 1936, para dar respuesta a los botánicos que estaban creando el Jardín de la Paz en Argentina. Hemos leído en algún sitio que representa ‘pureza de ideales y símbolo de la paz’, así como ‘paradigma de la gracia y esbeltez de la mujer cubana’.
Por el contrario, la esbelta palmera real explica por sí sola su presencia en el escudo y como emblema en sí misma. Puede sobrepasar los quince metros de altura, sus frutos y madera han sido de gran provecho tradicionalmente, y es el árbol más abundante de la isla.
Del escudo el cuartel superior nos parece lo más llamativo, puesto que en él se representa un amanecer en el horizonte marino, iluminando la isla de Cuba, representada por una llave entre dos cabos, del Yucatán y la Florida. Puede ser la llave que cierra el acceso al golfo de México, o la clave para la conexión de las dos penínsulas. Tampoco hemos averiguado el sentido de la barretina de coronación.
La frase de Martí que completa el cartel no precisa comentario:
 ‘Yo quiero que la ley primera de la República sea el
 culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre’.
 
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