Turismo rural: diversidad y diversificación

EXPRESO - 21.09.2009

María Sánchez, presidenta de NORATUR

Según arrojan varios estudios, más del 25% de los europeos pasan sus vacaciones en el medio rural. Cifras a las que en España sólo se acercan Castilla y León, Cataluña, Baleares y Asturias…

María SánchezEl turismo rural es un fenómeno relativamente reciente en España y, especialmente, en la Región de Murcia. Esta clase de alojamientos cuenta con una larga tradición en varios países de la Unión Europea como Francia, Austria, Suiza e Inglaterra, en donde es una actividad consolidada que genera un importante volumen de riqueza y, lo que es más importante, miles de empleos de calidad.

Según arrojan varios estudios, más del 25% de los europeos pasan sus vacaciones en el medio rural. Cifras a las que en España sólo se acercan Castilla y León, Cataluña, Baleares y Asturias.
En el resto del país, el sector debe batallar contra un gigante: el turismo de sol y playa. Una batalla difícil, ya que este producto ha situado a España líder turístico a nivel mundial.
España continúa siendo el país de la Unión Europea con mayor proporción de territorio sin urbanizar, con parajes que conservan su condición desde hace más de cuatro mil años. Asimismo, nuestro país conserva una red de parques naturales que representan la máxima reserva ecológica de la eurozona. Entonces, ¿cómo no explotar las peculiaridades del turismo de interior?
Evidentemente, los tiempos de crisis sirven para preparar un plan B. Es decir, que la actual coyuntura económica debe procurar al sistema económico alternativas reales para prevenir –y, por lo tanto, evitar– futuros colapsos. Es precisamente en este apartado en donde el turismo rural debe cobrar importancia, en primer lugar, los ciudadanos deben percibirlo como un segmento de mercado aún por explotar en la Región de Murcia. Y, en segundo término, para la Administración.
Antes del boom turístico, en España sólo había polvo y oscuridad. Desde la década de los sesenta, este liderazgo ha requerido, obviamente, una atención prioritaria por parte de la clase política. Pero, como todos los crecimientos, el resultado ha sido desigual entre las diferentes comunidades autónomas. Lo que es indudable, es que el turismo de sol y playa ha alcanzado su grado de maduración.
Para llegar hasta ese punto, al turismo rural aún le queda un gran camino por recorrer. Actualmente, nuestro sector supone un medio de trabajo para personas que vuelven a pueblos y parajes –la mayoría, despoblados– preservando un equilibrio territorial necesario. Además, facilita el acceso a la vivienda a un precios muchos más bajos que los de las ciudades y fomenta un turismo alternativo. La creciente oferta y éxito de este tipo de hoteles, construidos a partir de casas señoriales, monumentos, palacios o edificaciones agrícolas ha revolucionado la oferta turística a nivel regional.
Desde Moratalla a Cehegín. Desde las orillas del río Segura hasta el Parque Regional de Sierra Espuña, pasando por Mula. Evidentemente, la crisis servirá para premiar a aquellos alojamientos rurales que ofrecen, por encima de todo, un turismo de calidad. Por ello, desde esta tribuna, aprovecho para reclamar a las diferentes administraciones que se impliquen para atajar a las decenas de casas rurales que operan ilegalmente en la Región. Sin lugar a dudas, la piratería perjudica seriamente la imagen del sector, a través de una competencia desleal que obliga a muchos propietarios a vender su negocio.
Según los datos facilitados recientemente por la Asociación de Profesionales de Turismo Rural, en España existen 114.818 plazas de turismo rural, repartidas en más de 12.800 establecimientos. Desde el año 2003, el negocio se ha duplicado en España, y sólo en 2008 su crecimiento se cifró en un 9,6%. Con estas cifras en la mano, sólo saldrán adelante aquellos establecimientos que se profesionalicen y cooperen con el resto del sector.
A esta situación hay que unir que existe una normativa desigual en cada comunidad autónoma y unas ayudas exiguas por parte de los organismos públicos. Asimismo, las asociaciones de turismo rural reclamamos urgentemente una menor presión fiscal.
 
María Sánchez es presidenta de NORATUR, la Asociación de Turismo Rural de Murcia (España).

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