Diez errores que irritan a los españoles en una habitación de hotel

EXPRESO - 02.09.2015

jetcostEl buscador de viajes Jetcost ha recogido las quejas de sus usuarios y ha seleccionado lo que más molesta a los viajeros españoles de una habitación de hotel, problemas que afectan a la habitación pero que pueden solucionarse fácilmente por parte de los hoteles.

La llave de la puerta. En la gran mayoría de los casos se trata de tarjetas magnéticas sin número, una buena medida como seguridad si se extravía, aunque es un problema para los faltos de memoria. El problema es que en ocasiones no se sabe cómo usar, si introduciéndola en una ranura en una dirección u otra, o posándola sobre un pomo. Es un buen sistema pero no siempre funciona bien y a veces hay que bajar a recepción para que comprueben si bien grabada, o si se ha puesto una fecha incorrecta de salida.
Las luces. La tarjeta muchas veces también debe introducirse en otra ranura para dar corriente a la habitación. El problema es que hay clientes que quieren tener corriente estando fuera de la habitación, para mantener el aire acondicionado o dejar cargando aparatos electrónicos. Además, a veces es difícil encontrar el dispositivo para correr las cortinas eléctricas o el interruptor de una determinada lámpara. En algunos hoteles se echa en falta también una lámpara cerca de la cama que permita leer.
Aire acondicionado. En general las instrucciones son tan escuetas que cuesta trabajo distinguir el frío del calor, regular la intensidad, programar que se apague automáticamente... E, incluso, en ocasiones es difícil encontrar el mando a distancia.
Minibar vacío. Casi todos los hoteles de cuatro o más estrellas disponen de minibar. Sin embargo, cada vez es más frecuente que al llegar a la habitación esté vacío, aunque con un cartelito que indica que llamando a recepción lo pueden rellenar o elegir qué bebidas se quieren, que además poseen un precio desorbitado.
Exceso de letreros. Algunas habitaciones de hotel parecen tablones de anuncios, llenas de letreros que informan o avisan sobre casi todo, como los de los canales de la tele, los servicios que ofrece el hotel, la encuesta sobre satisfacción, la de posibles fallos en la habitación, los precios del minibar, los de prohibido fumar...
La luz del espejo. En el cuarto de baño es donde se acumulan un mayor número de fallos. Uno de los más frecuentes es situar las luces del espejo en el techo, de forma que no iluminan bien cuando hay que afeitarse o maquillarse, para lo que las luces debe estar en la misma pared del espejo, incidiendo directamente sobre el rostro.
Los mandos de los grifos. En algunas ocasiones cuesta trabajo saber cómo funcionan, especialmente los de la bañera. El tema es especialmente grave en algunas habitaciones de lujo que ofrecen jacuzzi, cuyas instrucciones suelen ser demasiado complicadas.
La distribución de los complementos. Algunas veces parece que el arquitecto que proyecta un cuarto de baño no sabe que el aparato para el papel higiénico debe estar a la izquierda y a una altura razonable, el toallero grande junto a la bañera, una repisa en la ducha, el secador de pelo cerca del espejo, y cortinillas o mamparas que impidan que se inunde el suelo.
Las amenities. Aunque naturalmente tienen un coste, queda ampliamente compensado en el precio de la habitación. Sin embargo, hay una tendencia creciente a no reponerlas durante toda la estancia, y también se echan en falta algunas cosas, como una compresa para casos urgentes.
Gastos innecesarios. Muchos de los clientes estiman que los hoteles incluyen servicios que no siempre son necesarios y que hacen encarecer la habitación. Muchos de ellos apuestan por aplicar la teoría low cost a los hoteles, de forma que se vaya pagando menos si se prescinde de algunos servicios.
Expreso. Redacción. S.S.O.

Comentarios