La diferenciada oferta de turismo cultural de La Palma

EXPRESO - 17.08.2018

La isla de La Palma no sólo destaca por sus especiales características orográficas, paisajísticas y medioambientales, que la convierten en el lugar ideal para los amantes de la naturaleza

La PalmaLa isla de La Palma no sólo destaca por sus especiales características orográficas, paisajísticas y medioambientales, que la convierten en el lugar ideal para los amantes de la naturaleza. Debido al factor de la insularidad y a ser un punto neurálgico de grandes flujos migratorios y comerciales hacia Latinoamérica, hablamos de un destino de gran riqueza cultural.

Un lugar que ha sabido mantener y conservar muchas tradiciones, con un patrimonio material e inmaterial que se ve materializado en su arquitectura, en fiestas locales, en una artesanía de gran arraigo y, por supuesto, en innumerables huellas de su pasado.
Sin ir más lejos, el casco histórico de Santa Cruz de La Palma es una excelente muestra de conservación del patrimonio histórico y de la huella colonial en Canarias.
Declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico-Artístico, la ciudad fue fundada el 3 de mayo de 1493 por el adelantado Alonso Fernández de Lugo.
Es destacable su papel como puerto importante en la ruta entre Europa y las colonias en América, lo que se tradujo en actividad comercial e intercambios culturales entre ambas orillas del Atlántico.
El siglo XVI fue su época de mayor esplendor, al convertirse en tercer puerto de Europa después de Amberes y Sevilla. 
Destacan sus calles adoquinadas y sus casas típicas, con singulares balcones de madera labrada que miran hacia el mar, con un perfume marino que lo invade todo. Un vasto patrimonio histórico que no sólo se limita a la Calle Real o la monumental plaza de España que, con la iglesia de El Salvador, el ayuntamiento o la fuente, representa el conjunto arquitectónico renacentista más importante del Archipiélago.
Se trata de una experiencia cultural en sí misma, que el visitante puede vivir en primera persona perdiéndose entre sus calles empedradas y sus innumerables e importantes casonas o construcciones religiosas.
Todo este patrimonio arquitectónico, cuyo principal exponente se encuentra en la capital de la isla, pero con ejemplos diseminados por todos sus municipios, es parte de un pasado histórico que se empezó a escribir mucho antes. Se tiene constancia de que los primeros pobladores de la isla estuvieron presentes en La Palma desde muchos siglos atrás, llegando en diferentes oleadas desde el norte de África.
El pueblo benahorita, con una estructura política propia y organización social dividida por cantones, llegó hasta el siglo XV, enfrentándose a los conquistadores castellanos. Hoy en día, el legado de su riqueza cultural, histórica y económica está presente en más de doscientas estaciones de grabados rupestres y en una red de yacimientos arqueológicos, entre los que destacan la Cueva de Belmaco, la Zarza o la Zarcita.
Red de museos con diferentes temáticas de arraigo insular
En el Museo Arqueológico Benahorita, en Los Llanos de Aridane, el visitante puede conocer el trabajo de recuperación y rehabilitación del patrimonio arqueológico de la Isla. En total, 450 metros cuadrados dedicados a la exposición permanente de los benahoaritas, donde se recrea su hábitat, costumbres, juegos, industrias de la cerámica, lítica, cestería y ósea, agricultura y ganadería, grabados rupestres, creencias, ritos funerarios y leyendas. No es el único museo visitable en la isla vinculado con su patrimonio cultural.
El Museo Insular, situado en el Real Convento de la Inmaculada Concepción de Santa Cruz de La Palma, tiene una interesante muestra centrada en la naturaleza, las bellas artes o la etnografía. Por su parte, el Museo del Puro Palmero, en Breña Alta, recoge la historia y tradición de una de las actividades artesanales con mayor arraigo en la isla.
Precisamente, con el desarrollo del cultivo del tabaco a mediados del siglo XIX, traído desde América, la zona de La Breña en La Palma destaca por sus especiales condiciones para el desarrollo de este tipo de plantaciones, Esto hizo que la mayor tradición artesanal del puro se dé en esta zona.
Todavía hoy son muchos los pureros que siguen liando tabaco en torno a una tradición que conecta dos islas separadas por kilómetros de océano, como son La Palma y Cuba.
Artesanía a mano y fiestas tradicionales 
La artesanía del puro es sólo un ejemplo de las muchas iniciativas destacables que permanecen conservadas y a disposición del visitante que llega a La Palma. La seda, la cerámica, la cestería, el bordado o la elaboración de artículos a partir de la madera, la piedra, la piel o el latón son algunas de las formas más reconocidas de la artesanía palmera. 
Si hablamos de fiestas, por su parte, todos los caminos conducen a Los Indianos. Esta popular y tradicional celebración, que tiene lugar cada año en el lunes de Carnaval, simboliza la representación de una parodia de los emigrantes palmeros que regresaban con sus familias de Las Américas, principalmente de Cuba.
Durante todo el día, indianos llegados de todas partes de la isla y del exterior inundan las calles de Santa Cruz de La Palma. Miles de personas bailan al son de la música caribeña y no falta el ron, ni tampoco los polvos de talco.
Los Indianos no son sino la punta de lanza de un sinfín de celebraciones que sacan a relucir el carácter original y divertido del pueblo palmero. Entre ellas, algunas de las más destacadas son El Diablo en Tijarafe, las Cruces de Mayo en diferentes municipios coincidiendo con el Día de la Cruz, el Corpus Christi que engalana y llena de colorido y flores a la Villa de Mazo entre mayo y junio o los Caballos Fufos de papeles de seda en Tazacorte.
Por supuesto sin olvidar la Bajada de la Virgen de las Nieves, que cada cinco años paraliza la isla en Santa Cruz de La Palma, con la emblemática Danza de los Enanos. 
Expreso. Redacción. J.R

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