Una ruta por los sabores más auténticos de la Galicia rural

EXPRESO - 22.07.2011

Y para terminar esta ruta, qué mejor que pasar unos días en medio de la inmensa naturaleza de las Fragas do Eume donde además exista la posibilidad de realizar alguna actividad alternativa

Texto y fotos: Ana García Iglesias
Galicia tiene fama por muchas cosas, y la calidad y abundancia de la comida es una de las principales. ‘¡Cómo se come en Galicia!’ es una frase que se escucha habitualmente a foráneos que visitan estas tierras y se van ‘con unos kilillos de más’.
 
El caso es que para una humilde servidora, que tiene la suerte de vivir en esta tierra y que ha tenido la oportunidad de recorrer la región de punta a punta, eso es totalmente cierto, especialmente en la Galicia rural, repleta de sabores auténticos. 
La ganadería es una de las principales fuentes de riqueza del rural gallego. Las vacas inundan los pastos y montes de Galicia y de ellas se obtienen algunos de los manjares que aquí se pueden degustar.
De entre los diferentes productos cárnicos provenientes del ganado vacuno, la Ternera Gallega es la más importante en cuanto a fama y reconocimiento. Dicha carne procede principalmente de la Raza Rubia, criada a lo largo y ancho de toda la geografía gallega.
Sin embargo, existen otras carnes, como mínimo igual de sabrosas, procedentes de razas mucho menos conocidas como son la Vianesa y la Cachena, ambas autóctonas de Galicia.
La raza Vianesa proviene de la comarca de Viana do Bolo, situada al sureste de la provincia de Ourense. Destaca por su original flequillo, así como por su gran tamaño y musculatura, características, estas últimas, que hacen de su carne un producto de gran sabor y calidad.
Uno de los principales ganaderos de esta raza es José Blanco, más conocido en la zona como Pepe de Cimadevila, pues es originario de esta pequeña aldea perteneciente al municipio orensano de Montederramo, que él mismo se está encargando de restaurar e impedir así que sea abandonada.
Por su parte, los orígenes de la raza Cachena se sitúan en la Serra do Xurés, cadena montañosa de paisaje escarpado que se extiende por el sur de Ourense y la zona limítrofe de Portugal. Las vacas cachenas destacan por su tamaño, siendo considerada una de las razas más pequeñas del mundo, y su gran musculatura mandibular, lo que les permite alcanzar los pocos pastos que se esconden en estas montañas rocosas.
Uno de sus principales criadores es Pablo, hombre simpático y amable que vive en la pequeña aldea de Olelas, perteneciente al municipio de Entrimo, prácticamente limitando con Portugal. Se trata de uno de los ganaderos de cachena más importantes, de lo que se siente orgulloso y encantado a pesar de las enormes dificultades que supone su cría. Su carne es realmente sabrosa y tierna, un manjar que no se debe perder la oportunidad de probar.
Para una más que recomendable escapada a esta zona de Galicia, una buena opción es alojarse en la Casa da FeiraVella, casa de turismo rural dotada de todas las comodidades, piscina incluida, y con un restaurante cuya carta sorprende por su originalidad y calidad, entre los que destaca la especialidad de la casa: Jabalí con salsa de chocolate.
También en la provincia de Ourense, concretamente en los montes que rodean la localidad de Celanova, encontramos una ganadería de lo más peculiar: Facenda O Agro. Dedicados a la cría de la raza Salers, originaria de Francia, destinan su carne a la producción de ‘Galeguesas’ o, lo que es lo mismo, hamburguesas gallegas. Su producción es completamente natural y su sabor exquisito. Se pueden degustar en los restaurantes de la zona, comprar en el puesto que tiene Roberto, su dueño, en el Mercado de Celanova, o pedir a través de su web.
La leche, fundamental para la gastronomía gallega
Además de la carne, el queso es, sin duda, otra de esas delicatessen típicas de Galicia. De las cuatro denominaciones de origen que existen en la comunidad gallega (Tetilla, Cebreiro, San Simón da Costa y Arzúa-Ulloa) probablemente el más desconocido sea el Queso del Cebreiro, propio de la zona más oriental de la provincia de Lugo.
Su capacidad de fundición lo convierte en un ingrediente ideal para todo tipo de salsas y recetas varias, aunque consumido en crudo o con miel, también resulta un plato perfecto para tomar como postre o merienda.
La pequeña quesería familiar Marqués de Cernadas, situada en el municipio de Baralla, produce con cuidado y esmero estos ricos quesos para los restaurantes y tiendas de la zona.
Por su parte, el Queso de Arzúa-Ulloa se produce en la comarca de Ulloa, que abarca varios municipios de las provincias de Lugo y A Coruña.
En la localidad lucense de Palas de Rei se encuentra una quesería muy especial: Arqueixal.
Allí no sólo se puede degustar este sabroso queso y los yogures ecológicos que también producen, sino que además se puede disfrutar de una agradable estancia en una de las casas de esta pequeña aldea rural habilitadas para el turismo e, incluso, descubrir cómo se vivía antiguamente en estos pueblos, puesto que la Casa da Rebordela conserva la estructura y mobiliario antiguos propios de otras épocas.
En el municipio coruñés de Touro se encuentran otras dos queserías importantes de esta denominación de origen: Arquesán y Bama están regentadas por madre e hijo, respectivamente, y ambas suelen disputarse los principales premios en la Festa do Queixo de Arzúa.  Además, Arquesán tiene un aula didáctica donde disfrutan especialmente los más pequeños, con vídeos, cuentos animados y otro tipo de talleres que incluyen la fabricación de su propio queso, y donde pueden aprender a elaborar este delicioso alimento.
Siguiendo con los lácteos, no podemos olvidarnos de los yogures. Además de los ya mencionados producidos en Arqueixal, los que tienen mayor proyección son los yogures ecológicos de la Casa Grande de Xanceda. Situada en la localidad coruñesa de Mesía, esta pequeña fábrica adopta su nombre de la antigua casona del siglo XVIII donde actualmente se encuentran las oficinas.
Sus más de 170 hectáreas de terreno también incluyen un pequeño ‘zoo’ con animales como cerdos, ovejas y ponys propios de la comunidad gallega, perfecto para que las numerosas visitas de escolares que reciben interactúen con ellos y, de esta manera, aprendan un poco más acerca de la fauna autóctona.
Para todos los públicos son también las galletas que elaboran artesanalmente en una granja muy especial. En el municipio lucense de Monterroso, las vacas de Granxa Maruxa viven entre paredes de colores y graffitis con motivos vacunos, al ritmo de la música que les pone Marta, su dueña, para que vivan felices y relajadas.
De la leche que producen estas vacas se obtiene la nata, principal ingrediente de las deliciosas ‘Maruxas’, galletas hechas al estilo tradicional de nuestras abuelas que se pueden degustar directamente en la pequeña tienda que tienen en la propia granja o comprar por Internet a través de su web.
Pero, por supuesto, no sólo de productos vacunos vivimos los gallegos, y la carne de cerdo es otro de los alimentos básicos en cualquier cocina de la comunidad.
Como se suele decir, ‘del cerdo se aprovecha todo’ y eso lo saben muy bien en la localidad lucense de A Fonsagrada, donde cada año la Feira do Butelo reúne a cientos de personas que se acercan a degustar éste y otros productos porcinos. Uno de los más importantes productores locales es la empresa cárnica Casa Castelao, cuya gama de productos incluye jamón, lacón, butelo, chorizo y otros embutidos, tanto del denominado cerdo blanco como de la raza autóctona de Galicia conocida como Porco Celta.
El capón es otro de los platos estrella de la gastronomía gallega, especialmente en las celebraciones navideñas. Seguramente sean los de Villalba los que tienen más fama y notoriedad. Pero existe un pequeño recuncho en el municipio de Chantada,  donde estos animales crecen en total libertad.
Se trata de la finca del Pazo de Sabadelle, núcleo central de la aldea del mismo nombre que, en palabras de Xosé, el señor del pazo, es ‘la aldea más bonita del mundo’. Estos capones, así como otros productos de su granja, se pueden adquirir a través de Facebook o en la web de Granxa Familiar, punto de referencia de la agricultura gallega en la red.
Las mejores granjas ecológicas
Una de las primeras granjas que formó parte de este proyecto promovido por la Universidad de Santiago, fue Agro do Cruceiro, situada en el municipio coruñés de Coristanco. Gestionada y trabajada por Loly, con mucho esmero y disciplina, produce de forma ecológica todo tipo de verduras y hortalizas, frutas y huevos frescos dignos de los paladares más exquisitos.
Entre las más recientes incorporaciones de Granxa Familiar, está la finca ecológica Millo e Landras, localizada en el municipio de Vilasantar.
Además de sus huertas donde cultivan sus productos, también se dedican a la cría de animales como el porco celta o la oveja gallega, y elaboran de manera artesanal quesos y flanes que también se pueden comprar vía on line.
Otra granja, en este caso cooperativa, que también vende sus productos a través de la red es Labregos Daiquí.
Con una filosofía de trabajo totalmente ecológica y natural, mantienen y cuidan al detalle todos sus cultivos en la pequeña aldea de Carballal, en Rairíz de Veiga, que, de no ser por esta cooperativa, estaría abandonada, como tantos otros pueblos en Galicia.
Así, por medio de su web, desde el sur de la provincia de Ourense gestionan los pedidos que les llegan de todas partes de España y los envían a cualquier punto de la península.
 
Más al norte, concretamente en la localidad lucense de Mondoñedo, se encuentra Veigalonga, pequeña empresa familiar que ha ido un pasito más allá y de sus cultivos ha empezado a hacer conservas vegetales, para permitir que duren más tiempo. Sus especialidades son las conservas y salsas de tomate y las mermeladas, especialmente la de mora. Aunque en breve pondrán en marcha su propia web para activar definitivamente la venta on line, también se pueden adquirir sus productos en las tiendas de la zona y de Lugo ciudad.
Otra gran horticultora que pone todo su empeño para conseguir los mejores resultados de sus cultivos es Carmen Pazos. En sus huertas e invernaderos en Rois, cerquita de Padrón, cultiva todo tipo de verduras, hortalizas y tubérculos de reconocida calidad que vende ella misma en el Mercado de Vilagarcía martes y sábados, una buena razón para pasarse por allí.
Si no se puede acceder directamente a las verduras de temporada, la cooperativa Milhulloa se encarga de deshidratar grelos y espinacas, para conservar todas sus propiedades, y de envasarlos para que puedan llegar a cualquier parte del mundo en perfecto estado y con todo su sabor. Además, estas emprendedoras mujeres cultivan y tratan diversas plantas medicinales y aromáticas con las que también elaboran infusiones y especias con diferentes propiedades y sabores para todo tipo de gustos.
Otros productos que se dan muy bien en el campo gallego son las setas. En la empresa Hifas da Terra, situada a escasos kilómetros de la ciudad de Pontevedra, llevan años trabajando e investigando los hongos y setas y han conseguido, no sólo vender estos alimentos de producción ecológica para su consumo, sino facilitar a los interesados los medios y modos para cultivarlos personalmente. Además, dada la formación científica de su gerente, Catalina, también han desarrollado productos homeopáticos mediante el encapsulado de variedades de setas beneficiosas para la salud.
Por su parte, las llamadas ‘verduras del mar’, conocidas por ser igualmente saludables y poseer un sinfín de propiedades, también tienen cabida en la gastronomía gallega.
La empresa Porto-Muiños es pionera en el tratamiento y la comercialización de algas y derivados. Exportan sus productos a numerosos países y entre sus clientes se encuentra el famoso cocinero Ferrán Adriá. Desde algas en conserva, pasando por platos precocinados o postres con azúcar de alga dulce, en esta empresa no dejan de innovar para llevar hasta nuestra mesa los platos más originales.
Y si de alimentos originales hablamos, no podemos olvidarnos de las ortigas.
Aunque son famosas por el picor que produce su contacto con la piel, también tienen una serie de propiedades de lo más curioso. Uno de sus principales defensores y promotores es Martín, ‘o home das estrugas’, como se le conoce en gallego.
Este profesor de cocina lleva años promoviendo esta planta que, según él nos cuenta, no tiene nada de mala hierba, y la utiliza para diferentes actividades: desde fabricar un herbicida natural hasta convertirla en ingrediente de sabrosos platos.
Aunque se mueve por toda España con su furgoneta, la ‘estrugoneta’, es fácil encontrárselo por la provincia de Ourense, en concreto en las cercanías de Celanova, donde planea abrir un centro de interpretación de este desconocido alimento.
Como postre, podemos elegir entre la variada carta de una magnífica repostera de los alrededores de Vigo. Sabor A Tentación hace honor a su nombre y de la repostería todo un arte.
Entre su variada oferta hay pasteles y tartas de todo tipo, sin embargo, son las fondant las que últimamente la tienen más ocupada, pues no deja de investigar con ingredientes y sabores para estas obras de arte que casi da pena comerse.
No pueden faltar los vinos de Galicia
Para acompañar todos estos magníficos alimentos, nada mejor que saborear alguno de los grandes vinos producidos en Galicia. Una de las zonas más impresionantes de la geografía gallega, la Ribeira Sacra que separa de manera natural las provincias de Lugo y Ourense, da nombre a esta denominación de origen vinícola.
Entre las casi cien bodegas que se concentran en las diferentes subzonas de la Ribeira, se encuentra una viticultora muy especial. Esther Teixeiro Lemos presume de ser la primera bodeguera ecológica pues, desde hace más de cuarenta años, en sus viñas no hay sitio para ningún tipo de química y sólo se utilizan elementos naturales para cultivar sus cepas.
En el municipio de Chantada, concretamente en el Lugar de Pincelo, se encuentra la pequeña bodega familiar Diego de Lemos donde, a orillas del río Miño, se puede degustar este vino de variedad de uva mencía 100% ecológico, al tiempo que se disfruta de un maravilloso paisaje.
Cambiando de río, llegamos a los imponentes Cañones del Sil. Allí, entre acantilados que pueden llegar hasta el 40% de desnivel, se encuentran los viñedos de la bodega Guímaro.
Se trata de una bodega familiar con casi un siglo de historia, perteneciente a la subzona de Amandi. Localizada en la aldea de Sanmil, en el municipio de Sober, ha sido completamente remodelada y hoy en día produce unos vinos de reconocida calidad, como lo demuestran los 98 puntos sobre 100 otorgados por el gurú de los vinos, el estadounidense Robert Parker.
Gestionada con eficacia por Pedro Rodríguez siguiendo la tradición familiar, producen dos tipos de vino: el ‘Joven’ y el ‘Guímaro Barrica’. Exportan a diferentes países, si bien es en Estados Unidos donde comenzaron su expansión internacional y donde están los consumidores más fieles de esta joya de la denominada ‘viticultura heroica’.
Y hablando de joyas, no podemos olvidarnos de las arquitectónicas, entre las que se encuentra el Monasterio de Santa María la Real de Oseira, en la provincia de Ourense.
En este majestuoso edificio de finales del siglo XII continúa viviendo un pequeño grupo de monjes que, además de cuidar de la huerta del monasterio, atender la tienda y las visitas, acondicionar la antigua botica y atender a sus diversos quehaceres diarios, elaboran el afamado licor Eucaliptine, hecho a base hojas de eucalipto y otras plantas medicinales que, en palabras de los propios monjes, ‘purifica el alma’.
También para los más pequeños
Los niños, por su parte, también pueden disfrutar del rural pues, además de algunos sitios ya mencionados que cuentan con actividades para ellos, existen algunos otros creados y pensados desde un principio para los más pequeños. Este es el caso de Granxa Garabullos, en pleno corazón de la Terra Cha lucense.
En este espacio natural se pueden ver diferentes clases de animales: cabras, ovejas, gallinas y conejos, entre otros; una pequeña huerta y hasta un horno antiguo donde los niños pueden aprender a hacer su propio pan. Pasando un día de excursión con la familia o el colegio, o haciendo un campamento en sus completas instalaciones, aquí disfrutarán de Galicia en estado puro.
Toda la familia puede acercarse también al vecino municipio de Xermade donde se encuentra la Aldea Artesán A Fraga. El centro de la aldea es una casa rural restaurada donde, además de disfrutar de la naturaleza, se puede aprender a trabajar la madera en el taller que el maestro tornero Vicente Ledo mantiene vivo para no perder la tradición familiar.
La casa está rodeada por un bosque en el que, aunque predominan las especies autóctonas, existen toda clase de árboles e incluso se pueden plantar nuevas especies en el ‘Bosque dos torneiros’, donde personas llegadas de diferentes partes de España y otros países colaboran con Vicente para tener una mayor variedad de flora.
Otro lugar pensado especialmente para los niños es la Casa do Mel en Goente, en el municipio coruñés de As Pontes, muy cerquita del parque natural de las Fragas do Eume. Se trata de una casita que incluye un aula didáctica, un pequeño museo y un taller de cera donde los visitantes pueden conocer a fondo el mundo de las abejas y aprender a hacer velas y jabones, entre otras cosas, con los productos que se obtienen de las colmenas. Pero por supuesto, la miel es la estrella de esta casa y también se puede ver cómo se obtiene y se trata hasta obtener el delicioso resultado final.

Y para terminar esta ruta, qué mejor que pasar unos días en medio de la inmensa naturaleza de las Fragas do Eume donde además exista la posibilidad de realizar alguna actividad alternativa. Esta combinación es la que nos ofrece el Hotel de Naturaleza Monfero Rural, situado en una típica casa grande gallega del siglo XIX, recientemente restaurada.

En el complejo también se dan clases de equitación y equinoterapia, aunque lo que distingue definitivamente a este hotel es el circuito multiaventura que consta de 10 torres de hasta 12 metros de altura con 15 pasos a superar, una tirolina de 70 metros de longitud y hasta un rocódromo.
Los únicos requisitos para poder realizar este circuito son: medir más de 1,50m y tener muchas ganas de divertirse y pasarlo bien. Empresas, particulares, niños, mayores… todos están invitados a Galicia.

 

Comentarios

Daniel Díaz (no verificado)

Como gallego me ha encantado leer este artículo. Es bueno viajar fuera, conocer nuevos lugares y culturas que abren tu mente, pero también no hay que olvidar lo que uno tiene al ladito de casa. Y en mi caso ha pasado, hay sitios preciosos que no conozco de mi tierra, y muchas cosas que desconocía de ella. ¿Cómo puedo no conocer mi propia tierra? Este artículo me ha hecho sacar de mi interior esta pregunta y ha creado las ganas e intención de conocerla un poco más.

merchy (no verificado)

enhorabuena Ana,que poco conocemos nuestra tierra,un biquiño

DiegoTurgalicia (no verificado)

Buenos días. Excelente artículo. Amplia información sobre la gastronomía de Galicia (guía de productos, recetas, fiestas gastronómicas, etc.) en la web gastronómica de la Consellería de Cultura e Turismo: http://www.gastronomiadegalicia.com
Buenas tardes, Una vez más agradeceros la información que publicáis de nuestra tierra y felicitar a Ana por el enfoque de este artículo. Simplemente añadir que todas las personas que necesiten información sobre Galicia, decirles que aquí estamos para eschucharlos a través de los medios habituales y las Redes Sociales. Un saludo desde Turgalicia.

Alfredo y Lola (no verificado)

Ana nos encanta que hables de Galicia y que lo hagas así de bien porque sabemos que es cierto. Gracias por preocuparte de conocer nuestra tierra y contárnoslo

internauta (no verificado)

Ole!!!! No conozco Galicia, pero solo con leerlo, ya se cual sera mi proximo destino.

Gracias Ana, como siempre majestuosa

internauta Benito (no verificado)

Hola:
me gusta lo que as escrito. Yo también tengo una explotación de vacas Salers, en la zona de Bande. otra de apicultura con unas 300 colmenas.
Yo no creo que conoccamos poco nuestra tierra, creo que la queremos poco.
un saludo y felicidades.
B. Prado

luis miguel terron (no verificado)

estoy de acuerdo contigo en que conoceis a la perfeccion vuestra maravillosa tierra,de hecho,aprovechais hasta el ultimo m.de las altas y rocosas montañas para sembrar viñas,nos hemos quedado sorprendidos bajando la ruta de los vinos por el rio Miño.Estos ultimos 10 dias hemos estado por Galicia y Asturias,y algo que es incomprensible,que haya gente que pretenda destruirla dandole fuego.Un saludo
Luis Miguel Terron