Por tierras del Gran Lago Alqueva, el mayor de Europa hecho por el hombre

EXPRESO - 08.04.2013

Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa y Pilar Alonso Canto Proponemos hoy un viaje tranquilo, relajante, para disfrutar plenamente de la naturaleza y del patrimonio cultural de unos pequeños pueblos fronterizos entre España y Portugal

Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa y Pilar Alonso Canto

Proponemos hoy un viaje tranquilo, relajante, para disfrutar plenamente de la naturaleza y del patrimonio cultural de unos pequeños pueblos fronterizos entre España y Portugal. Los interesantes monumentos que visitamos son apenas una pizca entre las numerosas joyas que atesora la Península Ibérica, repartidas en toda su geografía y tantas veces olvidadas a fuer de centrar las informaciones y el turismo en las grandes ciudades.
apertura
Y al hablar aquí de la naturaleza, nos referimos por supuesto a todo eso que llamamos vida y paisaje, pero teniendo muy presente en este caso la presencia del hombre y su vital importancia en el logro de un equilibrio de flora, fauna, medio ambiente y aprovechamiento sostenible, que perdura a través de los siglos.
El marco elegido es el entorno del Gran Lago Alqueva situado entre la Extremadura, española, y el Alentejo, portugués. El embalse del río Ana (o Anas), Guadiana desde la ocupación árabe, en Alqueva, inaugurado en el año 2002, ha dado lugar a uno de los lagos artificiales mas grandes de Europa, ubicado mayoritariamente en territorio portugués. Iniciamos el recorrido desde el lado español y les invitamos a descubrir con nosotros estas pequeñas-grandes maravillas.
 
Alconchel, villa rayana con Portugal, en Badajoz (España)
Estamos al suroeste de la provincia de Badajoz, en las tierras rayanas de la rivera de Táliga (afluente del Guadiana), bajo la mirada de la fortaleza mora de Alconchel.
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La ubicación, de pueblo limítrofe, definió su historia en el pasado y probablemente desde su nacimiento, siendo inseparable de la del Castillo de Miraflores, que lo guarda desde lo alto del cerro, como un centinela de esta comarca de los Llanos de Olivenza. Esta fortaleza fue construida en tiempos de Abderramán II (siglo IX), sobre vestigios romanos y visigóticos, para defenderse de las incursiones del rey de León.
Quizá ésta sea la explicación de su buena visibilidad hacia el Norte, Badajoz, en cambio más limitada en las direcciones Este y Oeste. Es decir, su posición tiene más que ver con las disputas cristiano-musulmanas (Norte-Sur) que con el contencioso hispano-luso, aunque sea éste el que le dio mayor protagonismo, a partir del siglo XII.
Fue ampliado en el XIII por los Templarios, que lo poseyeron hasta la extinción de la Orden, y su recinto amurallado pasó por sucesivos incrementos en los siglos XVI y XVIII para ir adaptándolo a las nuevas técnicas de la guerra.
La paradoja es que de aquel bélico planteamiento, mantenido durante siglos, se ha pasado a los proyectos actuales para habilitar entre sus muros espacios destinados a congresos, reuniones y exposiciones, en franca armonía y colaboración con Portugal, como en concreto el proyecto turístico ADLA, que nos ha traído hasta aquí.
castillo
Actualmente las obras para la recuperación y adaptación a fines turísticos, en las que se contempla disponer además de diez habitaciones, están paradas por problema de presupuesto. No obstante, dadas las buenas perspectivas del Plan de Desarrollo Turístico Transfronterizo, con continuo incremento de visitantes, como nos decía el alcalde, es de prever que las administraciones reanuden las inversiones y con ello se pueda culminar las obras.
Por muy crítica que sea la situación económica a día de hoy, parece sensato invertir en sectores como el Turismo, que no paran de crecer a pesar de todo.
Es cierto que el Castillo ocupa el lugar preeminente, por valor histórico-arquitectónico además de coronar la mejor atalaya, pero Alconchel ofrece al visitante otros atractivos. Así, en la subida a la fortaleza hay una parada obligada en el aljibe mozárabe que se conserva razonablemente bien.
A pesar de ser de propiedad privada, es posible la visita exterior e interior del mismo de forma gratuita, por la amabilidad de sus actuales dueños, que, sin embargo, no logran detener un deterioro que se ve inminente si no se interviene prestamente.   
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iglesia
El monumento mejor conservado es la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, un templo del siglo XVI de una sola nave, con elementos gótico-renacentistas. Está situada en una plaza denominada Llano de la Iglesia, próxima al castillo. Fue construida sobre otra de la que se conserva una escalera datada en el siglo XIV. La patrona es la Virgen de la Luz, representada por una pequeña talla del siglo XVI. Soportó varias reconstrucciones, la última en el XIX.
Hace pocos años, los alconcheleros recuperaron el edificio de la vieja cárcel, rehabilitado en 2004 por la Escuela Taller ‘Alminar II’. Es un sencillo edificio que ahora se dedica a exposiciones y otras actividades culturales. Su campana se usa, como antaño, para avisar de los incendios. La pequeña espadaña de un solo hueco, que la alberga, resalta sobre la fachada principal.
La villa de Alconchel es un núcleo armónico de edificaciones de una o dos plantas, con muchas casas rehabilitadas y buen nivel de conservación. Su mejor panorámica es, naturalmente, desde el Castillo de Miraflores, una atalaya inmejorable para hacer miles de fotos, al núcleo y a los olivares y dehesas circundantes. Casi seguro que sorprenderemos algún rebaño de ovejas en las laderas del cerro.
alconchel
Y éste es un buen momento para sumergirnos en esa naturaleza de que hablábamos al principio, de la mano de las gentes que conviven en ella porque son parte de ese hábitat en equilibrio.
 
 
Las deesas en la dehesa
Es en esta jornada cuando tenemos oportunidad de conocer esta ‘tierra generalmente acotada y por lo común destinada a pastos’ regentada por el ganadero y enamorado del toro Miguel Moreno Zapata, llamada ‘La Cercada’.
La palabra clave es dehesa y entrecomillada su definición oficial, pero aquí, con este hombre y su equipo, hemos aprendido que la dehesa es mucho más.
‘La dehesa la hace la mano del hombre’
personas
A pesar de la fecha, finales de noviembre, la extensa pradera rebosa frescura como si fuese ya primavera y podemos ver a lo lejos, en el espacio abierto, la silueta de unas vacas pequeñas que no están ahí para ser ordeñadas precisamente. Su leche amamantará a los futuros toros ‘Marqués de Villalba de Los Llanos’, los de la divisa verde y grana. Más tarde podremos observarlas de cerca, al igual que las cabalgadas de los vaqueros armados de garrochas para conducir a los bravos con apoyo de las berrendas.
Ahora nos dirigimos a una zona más arbolada de la finca, vadeando un arroyuelo que termina, allá abajo, en una balsa llena de agua. Entre encinas y quejigos, nos aproximamos a la piara subidos en el remolque de un tractor para poder tomar fotos y escuchar las explicaciones al pie de la faena. Éste es un vehículo indispensable para las tareas diarias, que forma equipo con los caballos y los 4x4.
Los cerdos, de tamaño muy parejo, nos ignoran y no levantan cabeza del suelo, entretenidos en comer bellotas y hayucos. Están aquí para eso desde hace un par de semanas. Llegaron con sus 90 kilos, aproximadamente, y se alimentarán libremente de hierbas, bulbos, gramíneas, además del nutritivo fruto de las quercus (1), unos noventa días. Hasta mediados de febrero más o menos.
4x4
bellotas
En ese tiempo engordarán un mínimo de 50 kilos, pero pueden llegar, un buen año como este, al kilo diario. No sería extraño que después de la montanera, que así se llama este período, el fundamental para la alimentación del cerdo ibérico, alcanzasen los 160 kilos de promedio.
Este proceso, como todos en la dehesa, necesita la tutela del hombre día a día: es el vareador. Él, seguido siempre de los gorrinos, va dosificando ese manjar tan rico en fécula que es la bellota. De él depende que la manada se desplace hasta las encinas más alejadas al principio de la montanera, cuando andan más ligeros, y recorran todo el bosque. Ese ejercicio será fundamental para que la grasa, sintetizada en su metabolismo, vaya entreverando las fibras y lograr al final del ciclo el inigualable jamón ibérico de Extremadura.
Claro que todo esto es posible porque el hombre, siempre presente y con la aritmética en la mano, procura que haya unas cincuenta encinas y un cerdo por hectárea, porque sabe que cada árbol dará entre 20 y 25 kg de bellotas, suficientes para que cada animal coma hasta 10 kg diarios, o más, durante las noventa jornadas mínimas de la montanera.
tractor
Pero hemos de retroceder unos meses en la vida de la dehesa para recordar el otro capítulo importante de este periplo, que es el parto de las madres y primera fase hasta el destete. Para ello, ‘La Cercada’ cuenta con unas modernas instalaciones en las que se optimiza resultados con unos sistemas de protección y compartimentación que permiten la libre circulación de las crías en la lactancia, anulando prácticamente el riesgo de perecer aplastadas por el cuerpo de la madre.
Allí, de aquellos hombres pegados a la naturaleza, hemos oído esta frase: ‘La dehesa la hace la mano del hombre’.
La evolución viene de muy antiguo y es lenta. Ya en el 1611, Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana o española, la describe como ‘campo de hierba donde se apacienta el ganado, como lo declara la lay8, tít. 33, partida 7: ‘Pascua llaman en latín a la defensa e extremo do pacen y se gobiernan los ganados’; y por estar guardada y defendida hasta cierto tiempo que admiten el ganado, se llamó defesa, y corrompido el vocablo dehesa… No embargante esto, dice Diego de Urrea ser nombre arábigo, y que significa tierra baja, llena de hierba, por la cual se camina mal por la humedad del suelo y espesura de la hierba, que no deja abierto camino o sendero, cerrándolo todo…’
vaqueros
Eran épocas en que la trashumancia se ejercía puntualmente con los alternativos traslados de ganado a las dehesas de verano, también llamadas agosteras, y a las de invierno, conocidas como invernaderos, y viceversa. Por eso había que tenerlas listas y protegidas para la llegada de las reses.
Actualmente podemos decir que sólo encontramos dehesas en la zona suroeste de la Península Ibérica, en las que siguen aprovechándose muchos de los productos de antaño, como los cereales (eventualmente), el pasto, la madera y la leña, aunque operaciones como el carboneo (que parece recuperarse recientemente) hayan disminuido.
También han perdido razón de ser y, por tanto, desaparecido, las dehesas boyales, en las que el rey Alfonso ‘el Sabio’ concedía a los labradores pobres tres aranzadas (2) de tierra por yugada y que incluso en su día quedaron exentas de la desamortización.   
Volvemos a la actualidad porque el estómago no perdona y nuestros anfitriones han preparado mucho condumio, con entrantes a base de chacinas variadas y excelente jamón ibérico (no podía ser menos, después de lo visto y oído), productos suministrados por Rafael Gómez Nogales y avalados por su marca ‘Ibérico de la Dehesa Majada Colorada’, dentro de la Denominación de Origen DEHESA DE EXTREMADURA.
cocido
El plato fuerte fue un magnífico cocido extremeño, receta ¿quizá de Tierra de Barros? También el vino era de la tierra, ‘Viña Romale’ cosecha de 2011, un tinto maduro de muy buenas sensaciones de la D.O. Ribera del Guadiana.
ecuestre
Y ¿qué mejor sobremesa que un espectáculo ecuestre, en una tierra cuyo día a día no se concibe sin el caballo? En esta ocasión el jinete era Eustaquio Piñera, del club Equestre el Cachito de Valdebótoa - Badajoz, que nos deleitó con una exhibición de doma en el tentadero de ‘La Cercada’.
Ha sido una jornada inolvidable, en íntima interacción con la fauna y flora más características de este hábitat tan ibérico, donde todos son necesarios y suficientes para lograr el ansiado equilibrio, porque si único es el cerdo que nos proporciona un jamón exclusivo, excelentes son estos toros, de nuevo hierro y antigua casta, e inseparables del caballo, que concilia en silencio fuerza, armonía y ritmo.
Es la magia de ese prado-bosque que se nos brinda florido por san Andrés, da sus frutos en invierno y nos invita al regreso ya antes de partir. Pero todo, todo, sería imposible sin la tutela constante del dehesero, porque no olvidemos: ‘la dehesa la hace la mano del hombre’.  
elegancia
El mismo Sebastián de Covarrubias, ya citado, recoge aún otra acepción de ‘deesa’, ésta sin ‘h’: ‘En los libros de caballerías llaman deesas aquellas ninfas dichas en latín dríadas o hamadríadas. Vide suo loco. Deesas se dijeron quasi deas, o semideas’.
¿Habrá sido este el paraíso de las diosas (deesas)? ¿Serán deusas? ¿Permanecerán aún en la dehesa, guiando al vareador y velando a la luz de la luna por la suerte de los maletillas? Trataremos de volver pronto, para averiguarlo…, sin prisas…
Mientras tanto, continuamos nuestro periplo, pasando ahora al otro lado de la ‘raya’.
 
 
Monsaraz y el Gran Lago Alqueva, distrito de Évora (Portugal)
lago 
Reguengos de Monsaraz
Es oportuno decir que nos encontramos en tierras portuguesas, distrito de Évora, en el municipio de Reguengos de Monsaraz, con capital hasta 1838 en la villa medieval amurallada de Monsaraz, cuya visita recomendamos vivamente, por su interés histórico y su importante actividad a lo largo de todo el año.
Es realmente un museo abierto, colmado de monumentos, en el que se puede disfrutar de exposiciones, conciertos, representaciones teatrales y otras manifestaciones artísticas. Baste decir que en su pequeño recinto concentra tres Iglesias, tres Capillas, un Museo de Arte Sacro, un Castillo y numerosos edificios de interés.
monsarazLa comarca es rica en monumentos megalíticos, muestra de que ha sido habitada desde tiempos prehistóricos. A lo largo de los siglos fue ocupada por todos los pueblos que colonizaron y se entrelazaron en la Península Ibérica.
Tradicionalmente, la agricultura y el pastoreo fueron la base de su economía. Esto, unido al poso de culturas ancestrales, se refleja en la gastronomía, en la que ocupan un lugar preeminente los platos más sencillos y tradicionales, como las migas, el gazpacho y las açordas.
La elaboración de tan simples y suculentos manjares se basa en el aceite de oliva, la manteca de cerdo y el pan, sazonados con hierbas aromáticas como perejil, cilantro, hierbabuena, menta cervina, orégano…
Pero no hay que perder de vista (y de boca) las exquisitas carnes, sobre todo de cerdo, que al fin y al cabo sólo hemos cruzado el Guadiana y todo lo que hemos visto en las dehesas extremeñas sigue vivo en el Alentejo. También es notable la cría de ovejas y muy apreciada la caza, sobre todo de perdiz, conejo, liebre y jabalí.
Con todo ello, no es de extrañar que sean famosos sus quesos, sus embutidos y jamones y sus aceitunas. No nos olvidamos de que Reguengos de Monsaraz es una zona vitivinícola por excelencia, con magníficos vinos maduros, pero también suaves y afrutados, apreciados en todo el mundo.
Un atractivo a tener en cuenta por el viajero es que esta comarca todavía tiene muestras relevantes de su artesanía tradicional, con destacada producción de cerámica y de mantas. En este mismo ayuntamiento, la parroquia de Sâo Pedro do Corval, con 23 talleres, tiene la mayor concentración de alfareros de Portugal.
plato
iglesia
Y aquí están las fábricas de las famosísimas ‘mantas de Reguengos’, de característico diseño, cuya industria tiene su origen en la tosca artesanía de los tejidos de lana y lino de antaño. Y no es de desdeñar la producción de cencerros y otros objetos de cobre martillado.
El deleite de tantas sensaciones auténticas es faena de varios días, para no atropellar los sentidos y, disfrutando de cada pausa, detenerse en cada pueblo, en cada aldea.
En barco, en bicicleta, a caballo, en coche, pero con parada en Estrella, para comer; en Monsaraz, para admirarlo; en Juromenha, para estudiar sus baluartes del XVII; en Aldea de Amieira, a da Moura, para extasiarse con un cante tradicional alentejano; en la antigua y agrícola Aldea de Alqueva; en la Aldea de Campinho; en Cheles la mora, hoy española pero con sangre portuguesa en sus venas; en la altiva Mourâo, para desvelar sus cicatrices de raiana; en la moderna Aldea de Luz, nacida con el embalse, como ‘salvaguarda de valores comunitarios’, para reencontrarlos en su Museo de Luz
 
Alqueva
Habíamos hecho nuestro descubrimiento del Gran Lago Alqueva a través de un reportaje publicado por EXPRESO, sobre el propio lago y zonas limítrofes, pero, hasta nuestra participación en el POCTEP en el mes de noviembre del 2012, no habíamos tenido oportunidad de saborear ‘en vivo’ las sensaciones descritas por nuestros compañeros, aunque la experiencia de navegación se limitó a una excursión de hora y media a bordo del ‘Guadiana’, un barco de gescruzeiros’ con capacidad para 120 pasajeros.
puerto
Punto de partida y atraque: el muelle de ‘Amieira Marina’ en sus instalaciones, a dos kilómetros del pueblo de Amieira.
El proyecto de Amieira Marina, de la empresa Nautialqueva Serviços Náuticos Lda, desarrolla el concepto de las casas-barco, el ‘House-boats’, de largo recorrido ya en países como Canadá, USA, Reino Unido, Holanda…, consistente en el alquiler de barcos para grupos desde 2 hasta 12 personas, por períodos de 2 a 7 días o más, sin tripulación.
Este sistema proporciona al cliente la posibilidad de navegar con entera libertad, disfrutando plenamente de la naturaleza y de la posibilidad de visitar las poblaciones y lugares de interés a su albedrío. La mínima formación teórico-practica, imprescindible antes de zarpar y obligatoria para todos los usuarios, tiene una duración media de dos horas.
Las instalaciones terrestres constan de un Restaurante con capacidad para 120 personas, un edificio de Recepción con oficinas, Cafetería con terraza, Tienda de Conveniencia, Tienda de Artículos Náuticos y Deportivos, un edificio Taller con aparcamiento de embarcaciones en tierra y un Balneario. Tienen previsto también la construcción de un hotel.
 
Hotel Rural Horta da Moura.  Monsaraz
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Y, después de la navegación, qué mejor que descansar en el Hotel Rural Horta da Moura, que es como otra pequeña aldea rehabilitada y ampliada, con sus jardines, sus naranjos y sus olivares; sus amplios salones y sus canchas de deportes. Todo lo necesario para el relax y disfrute de tantas sensaciones.
Está en un recodo, al abrigo de Monsaraz, a medio camino de Mourâo a Reguengos de Monsaraz. En definitiva, a 50 kilómetros de Évora y a 200 de Lisboa.
Sus folletos publicitarios, todo poesía, terminan con esta llamada:
VENGA A DESCUBRIR EL HECHIZO DE LA MOURA EN LA ORILLA DEL LAGO
‘La Moura se hace hechizo y encantamiento, vanidosa en el Lago, se quiere bella y seductora.  

Cambió su peinado, tiene ropa nueva, se hace más joven y alegre. Sabe los secretos de seducción, quiere su compañía en las vacaciones, en los fines de semana, en las pausas, y durante los descansos en los’puentes’. 
Se entrega en el galope de un caballo, en un paseo a pie, en una charla de final de tarde, en una vista de Monsaraz, en una navegación de Alqueva.
La Horta es árabe, la Moura es del Alentejo, ardiente y tentadora. Venga a descubrir su cuerpo y su alma’.
atraque 
(1) Los árboles más abundantes en las dehesas son las encinas, los robles y los alcornoques, cuyos nombres latinos son, respectivamente, quercus quercus, quercus robur y quercus suber.
(2) Aranzada.- Medida agraria antigua que en el Reino de Castilla tenía 4.472,- metros cuadrados y en el de Córdoba 3.762,-    
 
Se enmarca este reportaje en las jornadas de Agroturismo y patrimonio cultural en Alconchel y Monsaraz, dentro del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Portugal 2007-2013 (POCTEP).
 
 
Para profundizar o tomar contacto:
 
Ayuntamiento de Alconchel: www.alconchel.es 
Guía Turismo Alconchel: Antonia Miranda Matilla
Turismo de Extremadura: www.turismoextremadura.com
Câmara Municipal de Reguengos de Monsaraz www.cm-reguengos-monsaraz.pt
Turismo de Monsaraz – María de Jesús Cardoso Gamado 
Finca La Cercada. Contacto: Miguel Moreno Zapata
Ibéricos de la Dehesa Majada Colorada. Contacto: Rafael Gómez Nogales
Hotel Rural Horta da Moura****. Contacto: José M. V. Alves. www.hortadamoura.pt
Amieira Marina: www.amieiramarina.com 
Servicios Integrales de Ocio Gerocio: www.gerocio.com

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